Nació en El Carmen, Jujuy, hace casi 30 años. Tiene el pelo largo, raya al medio, y de lejos parece un rocker. Pero no. Bruno Arias, aunque adhiera a la causa de Jimi Hendrix y Pink Floyd, se ha transformado en uno de los faros del nuevo folklore argentino. Dos discos (Changuito Volador y Atierrizaje), una visión renovadora que, sin embargo, no desdeña sus antepasados, y un gran tacto para poner en acto obras propias y ajenas le han abierto un espacio. Un hueco, en medio de la urbe, que no piensa desaprovechar. “En estos tiempos donde para algunos la parte económica es más importante que la artística es necesario encontrar el camino para seguir caminando”, dice él, a punto de presentarse en el ND Ateneo (Paraguay 918) esta noche a las 21. Caminando, caminando, en rigor, es el nombre que Arias eligió para difundir el recital. Es, además de una alegoría para la acción, un centro de gol al pasado libertario de Víctor Jara: así se llama una de las once canciones que el mártir chileno grabó en Canto Libre, su quinto disco, en 1970, y que Bruno descubrió en medio de la escucha compulsiva de sus discos.

Dice: “Hace un año que vengo rastreando la obra de Jara... y, como músico, entré en un mundo nuevo a través de sus canciones. Me cautivó mucho su forma de cantar, me profundizó, y me despertó la inquietud para hacer su música”. En sintonía, el cantautor jujeño tocará esta noche dos canciones de Jara (“Caminando...” y “El cigarrito”) con la intención de mostrar un pedacito del homenaje que tiene en mente activar a corto plazo: recrear quince canciones de Jara sólo con su guitarra. “No es fácil agarrar un tema de él y cantarlo, por más que uno lo afine o lo pulse bien con la guitarra. Hay que meterse dentro del tema y tratar de trasmitirlo desde ese lado, ésa es la idea”, cuenta.

–¿Son covers o versiones?

–En la mayoría de los temas trato de imitar lo que él hacía con la guitarra ¿cover sería, no?... sí, cover. “El cigarrito” lo toco casi igual en términos de arpegios, armonías y rasguidos... aunque obviamente nadie va a tocar como él. Tiene una personalidad muy fuerte en su forma de poner la voz, de trasmitir. Para mí es un desafío fuerte, porque cada tema que elija tengo que trasmitirlo como él. Hay temas que te ponen la piel de gallina.

Arias mostrará también algunas canciones del futuro disco, cuyo nombre no está definido. Puede ser “Caminando...” o “Coya en la ciudad”, un tema de Néstor Gea y Sergio Castro, que también tiene su connotación afín a la cosmovisión de Arias. “Es un canto relacionado con la gente de los pueblos originarios, un no a la discriminación que apunta a tomar conciencia. Pasa que hay gente a la que se la discrimina y se ve obligada a esconder sus orígenes... es muy feo eso”, afirma. El recital, además, mostrará un documental con palabras vivas de Suma Paz donde, según el músico, ella habla de cosas clave para un cantor que recién comienza, y otros estrenos que serán parte del tercer disco: “Jujeñito”, de Fortunato Ramos; “Quebrada de sol y de luna”, otra hermosa composición de Ricardo Vilca –una especie de gurú para Bruno–, y una trilogía de poemas salidos de la pluma de Dora Gómez, poeta de Humahuaca: “Roncos suspiros del viento”, “Canción de carnaval” y “Tristeza sin tiempo”. “Son poemas profundos y nostalgiosos sobre el carnaval, el paisaje y la ausencia. Todos están ligados entre sí, son como una continuación del mismo mensaje. Yo los tomé y los musicalicé.” Todas composiciones, éstas, que serán parte del disco por venir. “Nos estamos metiendo en nuevos ritmos como el tinku y la saya. La idea, también, es salir del folklore tradicional y fusionar con rock o jazz... liberarse de lo más encuadrado.”