MUSICA › UN MUY BUEN MOMENTO PARA EL JAZZ EN LA ARGENTINA
Los mejores jugaron de locales
› Por D. F.
Que lo más importante del jazz en Argentina, en 2005, haya sido el jazz argentino, es un signo. En parte por la decepción que provocaron algunos de los grandes nombre extranjeros que visitaron Buenos Aires y en parte por méritos propios, los músicos nacidos aquí fueron, sin duda, los que aportaron propuestas más arriesgadas, atractivas y coherentes. La consolidación de una generación de artistas notables, que además enseña y ya tiene recambios a mano, sumada a la acción de cuatro sellos discográficos que, con diferencias de enfoque y de posibilidades de inversión pero igual respeto por el género, le dedican exclusivamente sus catálogos (S’Jazz, un subsello de EMI, BAU, BlueArt y MDR, el sello de Notorious, que es, además, uno de los centros de irradiación) son factores de un hecho hasta ahora inédito en este país: un movimiento colectivo, identificable, con rasgos estilísticos propios y con un elevado estándar técnico.
A figuras ya consagradas, como el pianista Ernesto Jodos, el contrabajista Mariano Otero, el baterista Sergio Verdinelli, el saxofonista Rodrigo Domínguez, el guitarrista Juan Pablo Arredondo, el trompetista Juan Cruz de Urquiza –que estrenó este año un cuarteto de gran nivel– se suman otros, como la pianista Paula Shocron, que aparece como una de las figuras más personales del momento, logrando un paisaje de una fecundidad sin antecedentes. Un caso aparte es el del pianista Adrián Iaies, con una repercusión que trasciende los límites del público de jazz y que, con su trío con bandoneón y contrabajo (Juan Pablo Mainetti y Horacio Fumero) trabaja frecuentemente con materiales extraños a la tradición del jazz (sobre todo tangos) pero sometiéndolos a procedimientos indudablemente jazzísticos. Otro músico argentino situado un poco al margen es Dino Saluzzi, por un lado porque su música, que los europeos consumen como jazz, está lejos de serlo estrictamente, y, por otro, porque su trayectoria internacional lo coloca casi en el lugar de un músico de afuera. Y de afuera llegaron dos grupos de superestrellas. Uno, el trío de John Scofield, Steve Swallow y Billy Stewart, confirmó su handicap. El otro, el cuarteto de Wayne Shorter, Danilo Pérez, John Pattitucci y Brian Blade, estuvo muy lejos de lo que los antecedentes permitían anticipar.