Desde Los Angeles

Estados Unidos espera su mayor funeral desde el de Elvis. El mundo está listo para un flujo de pesar que rivalizará con la muerte de Diana, la princesa de Gales. Pero mientras los fans de Michael Jackson encienden velas afuera de sus antiguos hogares o hacen cola durante horas para rendirle tributo en el Paseo de la Fama de Hollywood, se están dibujando líneas de batalla sobre el disputado legado del cantante. Amigos, familiares y antiguos socios dieron a conocer a sus equipos legales ayer mientras se preparan para pelear sobre todo, desde los sombríos eventos que condujeron a la muerte repentina del Rey del Pop hasta la pregunta de los mil millones de dólares de cómo debería ser dividida la herencia y a quién debería corresponderle la custodia de sus tres hijos.

Incluso la sepultura de Jackson es sujeto de riñas legales. Sus padres y ocho hermanos, que pasaron el fin de semana en su casa de Encino, esperan coordinar un servicio fúnebre privado y una conmemoración pública que sacaría a cientos de miles de dolientes a las calles de Los Angeles. Crear un tributo adecuado está complicándose, sin embargo, ya que la familia cercana de la estrella hasta ahora no ha tenido suerte en persuadir a su antiguo entorno de tener acceso a su testamento, donde normalmente se esperaría que estén revelados los detalles de cómo a Jackson le gustaría que se conduzca su funeral.

En una entrevista con Joe Jackson, el padre de Michael, la revista People citó a un pariente que decía: “La familia no tiene acceso al testamento. (Los abogados de Michael) no dejan que la familia lo vea... La familia no tiene idea de qué hacer. Ni siquiera sabe cuándo enterrarlo. No sabe nada sobre nada”. La familia también se ha frustrado en sus esfuerzos por obtener respuestas acerca de los sucesos que llevaron a la muerte de Jackson. Se ha reportado extensamente que el artista desmejoró poco después de recibir una inyección de Demerol, un calmante sintético similar a la morfina, de parte de su médico privado, el doctor Conrad Murray.

El sábado a la noche, la policía pasó tres horas entrevistando a Murray, de 51 años, que estuvo acompañado por un equipo de abogados liderado por Edward Chermoff. Un vocero de Chermoff dijo que Murray había contestado “todas y cada una de las preguntas (que se le hicieron). El doctor Murray ha estado en Los Angeles desde la muerte de Jackson. Fue al hospital en la ambulancia y se quedó durante cuatro horas consolando a la familia Jackson. (El) ayudó a identificar las circunstancias que rodearon a la muerte del icono pop y aclaró algunas inconsistencias.” Es probable que entre esas “inconsistencias” esté la pregunta espinosa de por qué se proveía diariamente a la estrella físicamente vulnerable con una selección de medicamentos poderosos que según reportes incluían el sedante Xanax, la píldora para el ardor estomacal Prilosec, el relajante muscular Soma y el ansiolítico Paxil.

Es posible que la policía también examine la respuesta de Murray al ataque cardíaco de Jackson. Una grabación de la llamada al 911 sugiere que él decidió administrarle los primeros auxilios mientras el cantante permanecía en una cama blanda. Normalmente, los primeros auxilios deben hacerse sobre el piso o sobre otra superficie dura. Si Jackson hubiera realmente reaccionado a un exceso de Demerol, también se habría esperado que Murray le administrara un antídoto, ya que las sobredosis de opiáceos pueden ser tratadas efectivamente con una inyección de drogas comunes como el Naxolone. Grace Rwaramba, la niñera de los tres hijos de Jackson que fue despedida hace seis meses, dijo en el Sunday Times cómo había sido forzada a hacerle lavados de estómago “varias veces” para sacarle cócteles de drogas peligrosos.

La confusión sobre las sustancias en el cuerpo de Jackson ha persuadido a sus familiares de pedir una segunda autopsia. Esperan tener resultados de los análisis toxicológicos antes que la oficina del juez de Instrucción del condado de Los Angeles, que ha dicho que los resultados de su investigación oficial podrían tardar entre cuatro y seis semanas. La madre de Jackson, Katherine, a quien él se mantuvo cercano durante toda su vida, contrató ayer a uno de sus abogados para que represente los intereses legales de la familia. Londell McMillan, además de proteger los intereses financieros de los herederos del cantante, coordinará los esfuerzos de la familia para obtener la custodia de los tres chicos: Prince Michael (de 12 años), Paris (11) y Prince Michael II, también conocido como Blanket.

“Nuestro amado hijo, hermano y padre de tres chicos –expresó la familia en un comunicado– se ha ido de manera tan inesperada, de un modo tan trágico y tan anticipadamente... Nos deja a nosotros, su familia, sin palabras y devastados hasta tal punto que la comunicación con el mundo exterior parece casi imposible por momentos. Queremos agradecerles a todos los que le dieron su apoyo fiel y a sus fans leales de todo el mundo, ustedes, a los que Michael amó tanto. Por favor, no desesperen, ya que Michael continuará viviendo en todos y cada uno de ustedes. Continúen esparciendo su mensaje, porque eso es lo que él querría que hicieran. Sigan adelante, así su legado vivirá por siempre.”