MUSICA › NOTABLE RECITAL DE JAIME ROOS EN LA TRASTIENDA
› Por Karina Micheletto
Jaime Roos exhibe sus temas escondidos, aquellos menos difundidos en sus diferentes discos, y menos tocados en los vivos. El gesto es exactamente el opuesto de aquel con el que el uruguayo cimentó la relación con su público, expresada en conciertos con repertorios de grandes éxitos en dosis generosas. El formato, también: lejos de su populosa banda Contraseña, y del espíritu festivo murguero que la habita, esta vez los temas son asumidos por un cuarteto notable, capaz de dotar de un toque diferente a una serie de canciones de distintas épocas, que pueden disparar hacia la electrónica, el candombe más rockero o la canción abolerada. La oportunidad de este formato íntimo, excepcional para fans, en un escenario pequeño como La Trastienda, se multiplicó gracias al cuco de la gripe A, que ahuyentó a buena parte del público potencial, y transformó al local de la calle Balcarce en el más íntimo de los íntimos, con no más de 400 personas reunidas.
Este Lado B de Roos fue plasmado también en un disco recién editado en la Argentina, y grabado un poco en vivo y un poco en estudio, trabajando sobre esas versiones del vivo, Hermano te estoy hablando. Así se llama el primer tema del CD, y el de los conciertos del jueves y de anoche, que siguieron un orden casi exacto al del disco. El tema pertenece a Siempre son las cuatro, un disco de 1982, y desde aquel entonces al reciente Fuera de ambiente (2007) hay lugar para Sur, de 1987, o Estamos rodeados, de 1991, o el delicioso La margarita (1994), con textos de Mauricio Rosencoff, y hasta para un tema que, salió en un “cassette simple” a mediados de los ’80 (“Ell allá”): “De los dos temas del cassette, éste era la cara B. Vendimos unos ochenta ejemplares”, bromeó el cantautor.
Así, estas “canciones random”, como las definió Roos –“o no tan random, ya que fueron elegidas”– implican también un gesto de repaso, de mirada integral sobre la obra, más allá de los hits, casi de balance. Lejos de un ejercicio de nostalgia, la forma elegida fue la de un toque poderoso y renovador, un cuarteto de notables con tiempo y ganas para divertirse haciendo música. Hubo tiempo para que Hugo Fattoruso hiciera su aporte percusivo desde los teclados, cantara solo “Carta a poste restante” (del primer disco de Jaime Roos, Candombe del 31, de 1977), o se volviera el comandante de la explosión electrónica del final, con “Una vez más”. También para grandes momentos de Gustavo Montemuro y Nicolás Ibarburu, para candombe-funk-rock, toques de tango, bolero o vals criollo. Y para que Jaime Roos aprovechara lo íntimo del espacio en complicidad con el público, dedicando canciones con nombre y apellido, contando historias de Amsterdam o de la famosa “vieja Trastienda”, aquella de Thames y Gorriti.
La idea, así planteada, fue no tanto la del Lado B de las canciones de Roos, sino más bien el Lado B de sus conciertos habituales. Pero entre el público había quienes insistían a los gritos reclamando el Lado A que les era negado. “¡Colombina!”, “¡Adiós juventud!”, “¡La hermana de la coneja!”. El uruguayo explicó, didáctico: “Esas están en el otro show, el que dimos en febrero en la Costanera. Ahora no hay ni batería para hacerlas. Acá van exactamente todas las canciones que no aparecen en el otro show”. La insistencia lo sacudió: “Bó, ¿sigue con el chiste? Si es en serio, ¡que alguien le explique!”. Y la banda siguió tocando.
Presentación del disco Hermano te estoy hablando.
Músicos: Hugo Fattoruso en teclados y voz, Gustavo Montemuro en teclados, acordeón, voz y secuencias, Nicolás Ibarburu en guitarras y bajo
Lugar: La Trastienda
Fechas: Viernes 2 y sábado 3 de julio
Público: 400 personas
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