MUSICA › ULISES CONTI SE PRESENTA CON BANDA Y EDITA DISCO DE “SOLO PIANO”
El músico estará por poco tiempo en Buenos Aires, ya que tiene programada una gira europea de tres meses junto a la actriz y cantante Lola Arias. Además, acaba de publicar Posters privados y tocará en Thelonious junto a Los Chicos Sin Miedo.
› Por Santiago Rial Ungaro
A veces los nombres son decisivos: en el caso de Ulises Conti, joven y talentoso compositor argentino, lo suyo parece estar signado por el nomadismo, los viajes. Y ahí está lo interesante, por la astucia a lo Odiseo, que se las ingenia para siempre poder volver. Con la frente bien alta. Como de costumbre, Ulises está de paso: apenas va a estar un par de meses en Buenos Aires, la ciudad en la que decidió vivir, porque ya se tiene que ir de gira a Alemania. Mientras esté aquí, junto a una banda a la que llamó Los Chicos Sin Miedo, se presentará este sábado y el 13 de marzo en Thelonious Club (Salguero 1889).
Pero, claro, hay viajes y viajes: los recorridos exteriores parecen seguir repercutiendo en otros internos, introspectivos. Y un ejemplo de esto es Posters privados, su cuarto y flamante disco, que lo encuentra tocando el piano solo, casi para sí mismo. O sea, un disco íntimo de un artista de por sí introspectivo. “A este disco lo pienso desde hace muchos años, pero no lo hice antes porque sentía que tenía que esperar el momento indicado para hacerlo. Y hubo un momento en el que por decantación se dio”, dice Conti. Nuevamente, lo que permitió esa situación fueron los viajes. Los viajes y los pianos. “Si bien son composiciones que hice cuando era joven, cuando era un pibe, decidí terminarlas ahora, durante las giras que tuve el año pasado con Lola Arias por Europa.”
Conti tiene 33 años, la edad de Cristo. Y si su religión es la música, su icono por excelencia es el piano: “Cuando estás de gira, en general, siempre tocás solo, sin banda, y siempre, en la ciudad a la que vas, hay un piano. Vas a un teatro y hay un piano, vas a un hotel y hay un piano. Al final, terminás tocando en muchísimos pianos”. Grabado en un piano de cola en Munich, este disco (que será editado en vinilo en Europa) es como una especie de autorretrato: es un tipo tocando el piano en vivo, no hay ningún corte, ni edición, ni ningún truco de montaje. “Es como un primer plano mío”, admite el músico. “Y, a su vez, es como si estuviera mostrando un diario íntimo. Es como si tocara para mí. Y no sé si voy a volver a grabar otro disco ‘solo piano’ algún día.”
Lo que si va a seguir haciendo es tocar el piano: de hecho, en su próximo viaje a Alemania junto a la dramaturga, poeta, actriz y cantante Lola Arias, Conti va a musicalizar una obra que trata sobre los Gemelos tocando el piano en el Hau, uno de los teatros más importante de Berlín. El ya colaboró con Arias en las músicas para seis obras de teatro, entre ellas El amor es un francotirador, presentado como obra teatral en el 2007 y “formateado” como disco de canciones en el 2008. Con ella, asegura Conti, se le abrieron muchas más puertas para seguir viajando. Aunque, por cierto, viajar era algo que ya venía haciendo desde hacía mucho tiempo. De hecho, su primer disco (Iluminaciones, 2003) estaba marcado por un viaje panamericano, en el que pasó por casi todos los países de América del Sur y que llegó, incluso, hasta México y Estados Unidos. “Al principio viajaba porque no sabía en dónde quería vivir, no sabía en dónde quería estar. Y finalmente ese rol se invirtió, porque sabiendo que quiero vivir acá empecé a viajar un montón tocando, haciendo además cosas que acá es imposible hacer. Pero siempre vuelvo.”
Quizá la razón sea que acá Conti tiene un núcleo de colaboradores que sintonizan con su música y con su espíritu viajero. “Lo que más me inspira es la gente que trabaja conmigo”, confiesa. “Para mí, la gente miente cuando dice que su influencia es Charlie Parker. Eso es un deseo, una proyección. A mí lo que me influye es trabajar con Jazmín (Berakha, a cargo de la gráfica de sus últimos discos), con Lola, o con los músicos con los que toco.” En la banda con la que va a presentarse, Los Chicos Sin Miedo, participarán Andrés Ravioli en trompeta, Ezequiel Cutaia en contrabajo, Mariano Malamud en viola, David Fernández en batería y Fernando Pereyra en lapsteel. Porque la realidad es que Ulises sigue produciendo desde Buenos Aires hacia afuera: “Eso es lo ideal. No conozco a ningún músico que no quiera viajar por el mundo haciendo música. Siento que la música que hago es de Buenos Aires, una ciudad que está en una burbuja, en un estado como de delay que hace que las cosas siempre lleguen un poco tarde. Las cosas que están pasando en el mundo no están pasando en Buenos Aires, y las músicas que están pasando en Buenos Aires no reflejan lo que pasa en el mundo. Y eso también sucede en la pintura, en el teatro, en el cine...”.
Pero, incluso cuando a Conti no se lo ve por acá, su música siempre está. Por ejemplo, durante los tres meses en que estará de gira por Europa, va a estrenarse una película de Edgardo Cozarinsky con su música. No es nuevo para él: el año pasado ya había hecho la música de Castro, de Alejo Moguillawsky, y en 2008, la de Tetro, de un tal Francis Ford Coppola. Y además de las bandas de sonido para cine y teatro, Conti colabora desde el 2004 en proyectos de danza junto a Diana Szeinblum, para quien hace poco musicalizó La mesa es un pedazo de madera. El compositor no se detiene: “En realidad, en este momento estoy más preocupado por el sonido o por el estudio de la acústica que por la música. Lo que más interesa es musicalizar un lugar, sonorizar un espacio en particular. Ahí está mi fantasía con el sonido y con la música: otorgarles sonidos especiales a espacios específicos, llegar a un lugar y hacer una música para ese lugar. Hacer la música para un parque, un cementerio, un bar o un supermercado. Intervenir los lugares con sonido”.
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