MUSICA › SANTIAGO FELIU, DE GIRA POR LA ARGENTINA CON AY, LA VIDA
El cantautor cubano presenta su nuevo álbum, a veinticinco años de su debut local. Aquí habla de los presos políticos, de la realidad cubana y de los nuevos trovadores de su país. Hoy y el próximo viernes tocará en La Trastienda.
› Por Karina Micheletto
Desde su primera aparición en la Argentina, veinticinco años atrás, cuando fue presentado por Silvio Rodríguez en cinco Luna Park que fueron históricos, el cubano Santiago Feliú tiene en estas tierras una base firme, un público fiel que recibe sus canciones en distintos puntos del país. Ahora el trovador cubano trae un nuevo disco para mostrar, Ay, la vida, en el que ofrece “doce canciones donde hablan las palabras y los silencios”. Además de sus conciertos porteños –hoy y el próximo viernes a las 21 en La Trastienda, Balcarce 460– planea una intensa gira que lo llevará por puntos como Resistencia, Posadas, Corrientes, Rosario, Córdoba y diversas ciudades de la provincia de Buenos Aires.
“He tenido la suerte de recorrer este país varias veces, y es realmente bello volver a hacerlo. Siempre he dicho que aquí es donde más he sentido que se me asimila”, dice Feliú en la entrevista vía mail con Página/12. En esta gira lo acompañan el pianista Roberto Carcassés –encargado de la producción musical del disco, también arreglador del último trabajo de Silvio Rodríguez– “y tres jóvenes veinteañeros que se tocan todo”, según anuncia con orgullo el cantautor: Roberto Luis Gómez en la guitarra electroacústica, Yandiel Cruz en el bajo y Ruly Herrera en la batería. Puesto a definir sus intenciones musicales, Feliú suele hablar de “una canción de arte”: “La verdad es que mi búsqueda se basa en tratar de ser distinto de mí mismo en cada creación. Digamos que es la mejor forma que tengo de ser auténtico, de ser yo mismo. Es decir, no repetirme, tratar de sacar todos los caminos musicales y poéticos que tenga dentro”, explica.
–En su nuevo disco hay una canción dedicada a su hijo, otro en el que se quiere pensar “justo en la mitad de la vida”... ¿Hasta dónde se inspira a la hora de componer en vivencias personales y hasta dónde le es posible separarse de la realidad?
–No creo que sea posible separarse de la realidad a la hora de componer. Lo que sucede es que cuento mi realidad personal, la realidad social universal y, a veces, la nacional. Siempre trato de hacerlo poéticamente. Mejor dicho, me sale así. Verdaderamente, el asunto es dar con el qué decir. Hay canciones que casi salen solas, la misma música te trae las palabras que luego se hacen versos, y es verdaderamente mágico. Son las palabras de la música en sí, como dictadas desde dentro... Las canciones dedicadas a algo en específico llevan cierta responsabilidad, pero siempre se trata de inspiración.
–En “Planeta Cuba”, de su nuevo disco, le pide a su país que siga resistiendo y traza un perfil de los cubanos. ¿Cómo surgió ese tema?
–No pido precisamente que se siga resistiendo, sólo digo que seguimos resistiendo. Es una canción donde nombro los tipos de cubanos que existen dentro y fuera de la isla. Trato brevemente de decir cómo somos y el tema termina reafirmando la resistencia. Grabé la música antes de escribir la letra. Cuando la escuché grabada fui escribiendo esos versos. En este caso, ha sido la imposibilidad de separarme de la realidad a la hora de componer. Es como una explicación breve para el que no conoce mi país.
–El arte del disco es significativo: por un lado, su mano esposada a su guitarra, por el otro esa guitarra empuñada como un arma. ¿Por qué buscó esta estética?
–Como condenado a componer canciones, como preso de mi arte, como una cadena perpetua. Luego en la contratapa como disparando canciones, como que la canción inteligente sigue en combate. Ya sabe, metáfora fotográfica.
–Pablo Milanés ha criticado la actitud del gobierno cubano hacia los disidentes, tras la huelga de hambre de Guillermo Fariñas Hernández. Silvio Rodríguez también ha hecho pública su opinión sobre el tema. ¿Cuál es su postura?
–Cuba ha dado grandes ejemplos de dignidad, soberanía e independencia, grandes logros sociales estando bloqueada y asediada. Tener personas presas por sus ideas sólo debilita la credibilidad, la esencia de la Revolución. Estar en contra con actitudes o acciones agresivas es otra cosa, sería terrorismo, y contra eso estamos todos. Pero por pensar distinto o no estar de acuerdo con la política de un gobierno, nadie tiene el derecho de encerrarte. Ni en Cuba, ni en ningún lado.
–Están llegando muchos representantes cubanos de una nueva generación a la Argentina, como Yusa o Axel Milanés, que han crecido en una Cuba muy diferente. ¿Cree que esto se refleja en lo concreto en su música? ¿Qué artistas cubanos le interesan entre los más jóvenes?
–La historia trovadoresca cubana ha hecho que sigan saliendo trovadores de calidad, armonías y textos interesantes. No obstante, nada me mueve el piso. Tampoco soy el más indicado para hablar de ello. Soy bastante intolerante con respecto a la canción.
–En la promoción de sus presentaciones recuerda que se están cumpliendo 25 años desde sus primeros conciertos en la Argentina, en un contexto de país muy diferente. ¿Cuál es la primera imagen o sensación que se le viene a la mente de aquellos conciertos?
–Fueron cinco Luna Park inolvidables. Tenía 23 años, ¡imagínese! Cantar con Silvio y ser acompañado por la bandona Afrocuba... Luego, conocer y compartir con León, Fito y Baglietto definitivamente marcó un antes y un después en mí como creador, destapó mi veta rockera. Quedé flasheado: toda la euforia del comienzo de la democracia unida a la euforia por la canción de Silvio. Fue tremendo. Gracias a esos conciertos pude entrar en la Argentina, para quedarme y para siempre volver.
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