Sáb 18.02.2006
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MUSICA › LOS STONES ACTUARAN HOY EN RIO DE JANEIRO ANTE MAS DE UN MILLON DE FANS

La rollingmanía llegó a Copacabana

El show gratuito que darán en la playa será el más grande en la historia de la banda. La semana que viene tocarán en River.

Los Rolling Stones ofrecerán hoy en Río de Janeiro un concierto gratuito para un público estimado en más de un millón de personas, que puede convertirse en la presentación más multitudinaria de sus casi 44 años de carrera. El veterano conjunto inglés se presentará en un gigantesco escenario de 22 metros de alto, 28 de ancho y 60 de profundidad montado en la turística playa de Copacabana. La entrada a Copacabana estará vedada a vehículos particulares desde el sábado por la tarde para facilitar la llegada de la multitud en autobuses, metro y a pie. El cuarteto integrado por Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts podrá acceder al escenario directamente desde el hotel Copacabana Palace, donde está alojado, a través de una pasarela.

Los Stones llegaron ayer por la madrugada a Río de Janeiro rodeados de un importante dispositivo de seguridad. El Boeing 757 de la empresa Pace aterrizó en el aeropuerto internacional Antonio Carlos Jobim y, pocos minutos después, un ómnibus partió con la comitiva de 50 personas que acompañó a la legendaria banda de rock and roll hasta el hotel Copacabana Palace. El traslado de los Stones hasta el hotel fue escoltado por un fuerte dispositivo de seguridad, integrado por 15 patrullas, 30 motos y 50 efectivos de batallones de la policía militar, mientras admiradores, fotógrafos y periodistas siguieron las acciones de lejos. El líder y vocalista de la banda, Mick Ja-

gger, fue el último en descender del ómnibus, sonriendo y saludando a la multitud.

Ya instalados en el hotel, Ron Wood se asomó al balcón del último piso, desde donde pudo ver las pruebas de luz en el escenario monumental montado frente al Copacabana, y que desde el jueves es una pasarela de centenares de turistas que sacan fotografías con el fondo del palco. Más tarde, fue Keith Richard quien apareció en el mismo balcón, para delirio de los seguidores reunidos frente al hotel. La comitiva Stone, de unas 200 personas, ocupa 60 de las 225 suites del hotel y entre otras atenciones tendrá una gran piscina clausurada para su uso exclusivo.

En la mañana del viernes, puñados de fanáticos comenzaron a llegar a la playa para asegurarse la mejor ubicación ante un gigantesco escenario montado frente al hotel Copacabana Palace. “De acá no salgo”, dijo una fanática que llegó con cuatro amigos de San Pablo e improvisó una carpa a unos 50 metros del escenario. Cerca de ellos otras personas hacían planes para turnarse y cuidar su lugar. Los hoteles que bordean la playa están con capacidad colmada y en muchos edificios fueron alquilados numerosos apartamentos que tendrán una vista privilegiada del espectáculo. Otros disfrutarán desde barcos especialmente fletados para el evento.

La rollingmanía se instaló en Río ya desde hace varios días. La venta de remeras –a más de 10 dólares– florece por doquier. Desde Brasil y otros países arribaban a Río vuelos especiales, cientos de ómnibus, mochileros y hasta grupos de motoqueros. Se espera que el mar frente a Copacabana se llene de embarcaciones la noche del sábado. Muchas personas están desde hace días en la playa, acampando para asegurar su lugar. Dueños de departamentos frente a la costa hacen su agosto alquilándolos por montos que pueden rondar los 2000 dólares la noche.

Para garantizar la tranquilidad durante el concierto, las autoridades de Río pusieron en marcha un operativo similar al que montan con motivo de la fiesta de saludo del nuevo año que se celebra la noche de cada 31 de diciembre en las playas de Copacabana. A la última de estas fiestas asistieron dos millones de personas. Además de los 3000 policías responsables por garantizar el orden público en Copacabana, cerca de 1500 funcionarios de la alcaldía prestarán diferentes servicios, desde la atención en tres puestos médicos hasta la operación de 200 baños móviles.

La presentación de los Stones exigió una inversión de 10 millones de reales (unos 4,7 millones de dólares), de los que casi la quinta parte los aportó la Municipalidad de Río de Janeiro. Para el alcalde, César Maia, se trata de una rentable inversión en la promoción de la ciudad debido a la proyección internacional que tendrá el concierto y el impacto económicoque supondrá, ya que ha supuesto una fuerte movilización tanto de turismo interno como extranjero.

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