MUSICA › RUBéN RADA PRESENTó SU úLTIMO DISCO EN EL ND/ATENEO
El legendario músico uruguayo homenajeó a colegas de ambas márgenes del Plata en la presentación de Rada Fan pa’ los amigos. Temas de Charly García, Fito Páez, León Gieco, Hugo Fattoruso, Eduardo Mateo y Fernando Cabrera sonaron según su particular enfoque.
› Por Carlos Bevilacqua
No hubo grandes sorpresas. Fue una noche para renovar los afectos, del público a su ídolo y del ídolo a los músicos que a su vez idolatra. Claro que el eje sobre el que giró todo fue el polifacético, talentoso y siempre musical Rubén Rada. Por eso, hubo mucho para disfrutar. El Negro, tal como se lo conoce desde hace varias décadas, se dio anteanoche el gusto de presentar en Buenos Aires su último disco, titulado Rada fan pa’ los amigos. El tono nostálgico y plural del show estuvo determinado por el contenido de ese CD, compuesto por personales versiones de autores oriundos tanto de aquel como de este lado del Río de la Plata.
En el colmado ND/Ateneo ya había clima de fiesta antes de que sonara la primera nota. Las palmas del público en clave de candombe anunciaban el filtro estilístico por el que pasaría la mayor parte del repertorio. Una vez que se acomodaron los músicos de su numerosa banda (dos guitarristas, un bajista, un baterista, tres percusionistas, una corista y un tecladista), Rada hizo su celebrado arribo al escenario con un ecléctico look de camisa con chaleco, jeans, zapatillas y anteojos blancos. Para templar el ambiente, arrancó con “No voy en tren”, de Charly García, en una versión de ritmos e instrumentación cambiantes. El público, cómplice, celebró la libertad que se tomó para agregar al estribillo un “Yo no me copo con nadie”, fiel al espíritu de la letra original. Una licencia similar se tomó a continuación con el mix de “Fue amor” y “Un vestido y un amor”, sobre cuya melodía agregó un par de versos más referidos a la bohemia de su pasado personal que a la historia narrada por Fito Páez. “Hoy me puedo equivocar, porque son todas letras de amigos”, aclaró después del primer tema. La extensa carrera de Rada, que se inició en los ’60 en Montevideo, le permite atesorar semejantes vínculos. Pero lo cierto es que no se “equivocaría” mucho más en las letras. Las audacias continuarían más por el lado de las músicas.
El siguiente amigo célebre homenajeado fue Luis Alberto Spinetta, en una versión despojada de “Será que la canción llegó hasta el sol”, con imitación del Flaco incluida en un par de tramos. A otro prócer del rock nacional, Litto Nebbia, Rada le dedicó “Sólo se trata de vivir” en una de las varias versiones extendidas de la noche. El tema del rosarino sonó con improvisaciones de tono jazzero, tarareos al estilo murguero oriental y por momentos en medio de una oscuridad total. También hubo lugar para el scat y los solos en el tratamiento que el Negro y los suyos le dieron a “Mil horas”, el tema de Los Abuelos de la Nada en homenaje a Andrés Calamaro. De la margen occidental del río, sólo restaría un tributo a León Gieco, de quien se escuchó “Pensar en nada”, en una línea funky que no le quedó nada mal.
La segunda mitad del show estuvo dominada por piezas de autores orientales. Fue entonces cuando aparecieron las figuras de los hermanos Fattoruso, Eduardo Mateo y Fernando Cabrera, entre otros. Simultáneamente, se recortaron algunos hitos en la carrera de Rada, como los grupos Tótem y Opa, caracterizados por la búsqueda de nuevas proyecciones para el candombe. Por eso abundaron las letras introspectivas, los arreglos entre rockeros y psicodélicos y algunos ritmos vertiginosos como el de “Corre niña”, un tema de Opa que dejó al Negro exhausto de tanto darle a los tambores. Los tributos alcanzaron también a Los Shakers, grupo fundacional del rock uruguayo. “Quise tocar el piano con ellos, pero a pesar de que eran conocidos, me bocharon por incompetente”, evocó en tono autocrítico, antes de entregar una versión de “Siempre tú”. La simpleza, otra de las posibles caras de Rada, estuvo presente a través de canciones como “Cococho”, de Alberto Wolf, y “Candombe para Figari”, el único tema fuera de la lista programada que además tuvo al único músico invitado de la noche, el pianista Fernando Nolé.
En todas las demás canciones, el Negro Rada estuvo acompañado por una eficaz banda en la que por roles brillaron especialmente los guitarristas Federico Navarro y Matías Rada (su hijo) y el tecladista Horacio Di Yorio, además director musical del conjunto. Rada mantiene intactos su carisma y su musicalidad, pero por momentos acusa en la voz el paso de los años (67, según él mismo se ocupó de recordar como parte de una broma).
Para los bises, volvió el cantautor que fue durante casi toda su carrera. Y como sabor final quedó el de “Blumana”, ese hit que a principios de los ’80 lo introdujo en los medios masivos de la Argentina a través del “Siempre en los conciertos / pasan cosas raras / tengo mucho miedo / que venga la mala. Tocá, che, Negro Rada / tocá, grita la hinchada / tocá y cantá tranquilo / que acá no pasa nada”. La sala entera bailando fue el homenaje que recibió él, luego de tributar a tantos de sus colegas. Juego de afectos que, ante la buena respuesta de público, tendrá una nueva edición en el mismo ámbito el próximo 6 de agosto.
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