MUSICA › OLIVIA RUIZ PRESENTARá SU TERCER DISCO, MISS METEORES, ESTA NOCHE EN LA TRASTIENDA
La cantante francesa, hija de españoles que huyeron del franquismo, dice que las políticas inmigratorias del presidente de su país, Nicolas Sarkozy, le hacen sentir “vergüenza” de su nacionalidad.
› Por Roque Casciero
Cuando se la vio por primera vez por aquí, Olivia Ruiz era La Dama Chocolate. Así, La Femme Chocolat, se llamaba su segundo disco, una muestra de la variedad de géneros y abordajes –desde el pop hasta la chanson– que esta francesa hija de españoles concibe como su propio estilo. Ahora que está de nuevo en Buenos Aires –hoy a las 21 se presentará en La Trastienda, Balcarce 460–, Ruiz tiene otro personaje para abordar: Miss Meteores, La Señorita Meteoro. “La Dama Chocolate era sobre mí, porque la canción que lleva ese título la había escrito mi novio acerca del hecho de que me levantaba cada noche para comer chocolate. Pero Miss Meteoro es sólo sobre una parte de mí, la más oscura, la más profunda, que aparece en la piel de ese personaje.”
–¿Por qué decidió sacar esa parte a la luz?
–Porque desde hacía mucho tiempo trataba de aparecer sólo como una mujer muy fuerte, muy trabajadora, pero me puse a pensar que, aunque me guste proponerle al público lo mejor de mí, a lo más difícil, las cosas que me duelen en mi interior, mis dudas, mis angustias, también tengo que afirmarlas. Al ser parte de mí, necesitaba reconciliar lo que soy realmente con mi personaje de escena, que es una mujer que se ríe siempre, que siempre está con buen humor.
–Y de paso se ahorra el psicólogo.
–Bueno (Se ríe), sí, un poquito.
–Los artistas tienen esa ventaja respecto del resto de los mortales: pueden hacer catarsis a través del arte.
–Totalmente. Y también servirse de sus propias experiencias difíciles, porque el público puede reconocerse en las canciones.
–¿Cómo es ser cantante hoy en Francia?
–Tengo una suerte, la del éxito. Gracias a eso, puedo conservar totalmente mi libertad. Pero para los nuevos artistas es muy difícil: sacar un nuevo disco en Francia parece una misión imposible. Es posible, claro, pero una discográfica no puede poner mucho dinero para el marketing y la promoción del artista, los productores de espectáculos tampoco. Además, incluso si sos un artista exitoso, para el público francés es muy difícil soportar que des una opinión política o social.
–Usted en algún momento pensó que su camino como artista nueva era a través de un reality show...
–Sí, pero no es así: son muy pocos los que pasan por ese tipo de programas y luego llegan a hacer algo con su música. Hemos visto muchos problemas psicológicos para los que se presentan a estos concursos: al final, me parece que hacen más mal que bien, aunque yo sea una especie de contraejemplo.
–Pero usted no ganó, como Susan Boyle...
–Exacto. Ella es muy diferente en cuanto a tipo de música, pero fue muy sorprendente la llegada de esa artista: es muy bueno ver a una cantante que no es un estereotipo. De todos modos, esos programas no me gustan nada, no puedo mirarlos, me parecen muy lejanos a mí y a lo que defiendo. Es como si me hubiera equivocado de camino, aunque finalmente haya llegado a una cosa maravillosa. Son programas sin ninguna clase de valor, porque los concursos y la experiencia de trabajo no es lo que muestran entre los momentos artísticos, sino la vida personal de los concursantes, tonterías...
–Después de tres discos, ¿cree que ya encontró su personalidad musical?
–Sigo buscando, porque trabajo con personas de universos musicales muy diferentes, aunque finalmente mi manera de escribir sea casi la misma, por más que los arreglos cambien.
–En el disco trabaja su pareja, Mathias Malzieu (cantante de la banda de rock Dionysos), y participan su padre (Oliver Blanc) y su hermano Antonio. ¿Por qué se rodeó tanto de su familia?
–Para mí, la única manera de aprovechar la música es cuando puedo compartirla. Y si tengo talentos al lado, como mi padre, mi hermano y mi novio, al pensar en las cosas que necesito para hacer un disco, ¿por qué ir a buscarlas a otro lugar?
–Usted dijo ser cantante porque en su familia había música todo el tiempo, ya que su padre lo era.
–Sí, ahora me doy cuenta de que no hago las cosas sólo para mí sino también para mi familia. Para mi padre, que no tuvo el mismo éxito que yo; para esa familia que se sirve de la música para mantener las raíces presentes. Y aunque pensaba hacer todo para mí, estoy en el mismo camino que mi familia.
–La suya es una familia de inmigrantes que se escapó de la España de Franco. ¿Cómo toma las políticas inmigratorias de Nicolas Sarkozy?
–En este momento es como una vergüenza ser franceses. Para nosotros es algo totalmente medieval y no sé cómo va a acabar esta historia. Nos sentimos sin poder frente a este hombre y también frente a los franceses que lo eligieron.
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