MUSICA › POLLY FERMAN HABLA SOBRE EL REESTRENO DE GLAMOUR TANGO, EN EL MAIPO
Veintidós mujeres, entre bailarinas, instrumentistas y una cantante, protagonizan el espectáculo dirigido por la prestigiosa pianista uruguaya. Se trata de un generoso despliegue de música en vivo, danza y proyecciones de video.
› Por Carlos Bevilacqua
A una semana exacta de las reivindicaciones de género que en múltiples actos implicó el Día de la Mujer, tarde pero seguro el tango parece pedir la palabra a través de un novedoso espectáculo musical que se reestrenará hoy a las 20.30, en el Teatro Maipo (Esmeralda 443). Glamour Tango, creado y dirigido por la pianista uruguaya Polly Ferman, estará protagonizado exclusivamente por 22 mujeres. Bailarinas, instrumentistas y una cantante que se proponen plasmar sobre el escenario una visión femenina de la música ciudadana.
“Me interesó el desafío de hacerle honor al tango sin la presencia del hombre. No para separarnos en una postura feminista, sino para desmentir eso tan internalizado de que ‘el tango es macho’”, explica Ferman. La idea se gestó hace dos años, cuando la prestigiosa pianista fue convocada por su hija bioquímica para realizar un evento empresarial con total libertad en el Teatro Solís de Montevideo, algo así como el Colón de la otra orilla. Las posibilidades eran infinitas. Ella optó por armar cuadros de música, danza, teatro y proyecciones de video con el tango como columna vertebral y las damas como únicas intérpretes. Tras un par de funciones en el primer coliseo oriental, la obra giró, aunque con intermitencias, por Estados Unidos, Brasil y la Argentina. Hasta llegaron a grabar un CD, que en los próximos días se distribuirá en algunas disquerías de Buenos Aires. Pero recién ahora, con el ciclo que la tendrá en cartel todos los martes hasta el 5 de abril, la obra gozará de una visibilidad continuada.
Tal recorrido tuvo una prehistoria, según cuenta Polly: “Yo había participado de Leading Ladies of Tango, un show que también era protagonizado sólo por mujeres. Dimos cuatro funciones en San Francisco, Estados Unidos, pero era económicamente inviable porque éramos veinte artistas viajando especialmente desde diferentes partes del mundo. Cuando ese show empezó a dar miras de desaparecer, sentí que era una lástima por todo el potencial que tenía”, evoca.
Por eso decidió reflotar el concepto, aunque reelaborado desde su propia sensibilidad, en una puesta pretenciosa, animada desde lo musical por Eleonora Ferreyra en bandoneón, Paulina Fain en flauta, Inés Rojas en contrabajo, Sophie Lüssi en violín y la propia Ferman en piano. A ellas se sumará en algunos pasajes la cantante uruguaya Valeria Lima, una carismática morocha que en 2005 ganó el tradicional Concurso Hugo del Carril que organiza el gobierno porteño. “Tiene un estilo a la vez afinado y arrabalero, además de moverse con mucho aplomo, tal vez por ser locutora”, le pone fichas Polly.
Al diseñar los tramos bailados, a la directora se le planteó el desafío de reemplazar la imagen de la pareja mixta que tanto define al tango. “No quería sugerir escenas de lesbianismo, que es lo primero que se piensa al ver a dos mujeres abrazadas. Así que decidí narrar qué fue pasando con la mujer en el tango a lo largo de las décadas: cómo primero estuvo en el burdel, luego se disfrazó un poco de hombre, cómo en los ’70 ya luce más liberada, hasta llegar al patrón de sensualidad más actual que hoy le conocemos”, adelanta. Para que tal relato pudiese ser contado con movimientos, Ferman apeló a los conocimientos de la bailarina Vidala Barboza, quien armó tres de las cinco coreografías del show. Hoy de gira por Rusia, Barboza se sumará a partir de la función del 22 al elenco compuesto por sus colegas Noelia Soldera, Graciela Calo, Anayansi Macherel y Johana Binelli. Como si esto fuera poco, el final promete una invasión candombera a cargo de la comparsa argentina Iyá-Kerere. “El candombe casi nunca aparece en los shows de tango, siendo que tienen mucho en común: desde las raíces africanas hasta los parentescos rítmicos a través de la habanera y el tango andaluz”, justifica la pianista.
Ese ingrediente se vincula con otro rasgo distintivo de Glamour Tango: la “presencia en ausencia” de Daniel Binelli, como compositor de parte del repertorio del show y como padre de una de las bailarinas del elenco. Autor de sofisticados candombes, el talentoso bandoneonista fue quien introdujo a Ferman en el mundo del tango, siempre esquivo para quienes vienen de la música académica. Desde hace diez años, Ferman y Binelli vienen tocando juntos en el quinteto de él y en un dúo. Cuenta ella: “Si bien con Binelli aprendí mucho del género, nunca dejé de sentirme sapo de otro pozo. Por alguna razón, siempre sentí que era un mundo muy de varones, tanto entre los músicos como entre los bailarines. De hecho, cuando empecé a bailar como aficionada, noté cuánto influye el rol masculino en la pareja, porque así como cuando la cosa no funciona de alguna u otra manera el hombre muchas veces nos echa la culpa, cuando somos conducidas por un señor hábil, el baile fluye. Todo eso fue incitándome a dar una versión femenina, glamorosa, con clase, del tango”.
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