Jue 05.05.2011
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MUSICA › COMIENZA HOY EN EL ECUNHI EL CICLO ESCENARIO ROCK

Para que haya rock en lugar de muerte

La iniciativa, impulsada por León Gieco y Rodolfo García, tiene como objetivo dar un espacio genuino a músicos jóvenes. La novedad, para estos tiempos, es que ni los músicos ni el público tendrán que poner un peso. Se desarrollará en el lugar donde funcionó la ESMA.

Uno de los principales obstáculos con los que se suelen enfrentar los músicos –sobre todo los jóvenes– en Argentina al momento de salir a tocar es la escasez de espacios. Y la lógica de los locales que están no suele ser favorable a los artistas, quienes deben pagar para subirse al escenario. En materia legislativa, la Ley Nacional de Música –aún a la espera de ser tratada en la Cámara de Senadores– y la porteña Ley de Concertación para la Actividad Musical –reglamentada el año pasado– intentan regular la actividad de los músicos. La primera plantea mejorar las condiciones de producción, difusión y circulación de la música independiente. La segunda rompe con la idea de “pagar para tocar”. Pero los cambios se verán a largo plazo. Para tenderles una mano a esos artistas nació Escenario Rock, una iniciativa impulsada por León Gieco y Rodolfo García, dos referentes de la cultura argentina que decidieron apostar a las nuevas generaciones.

La propuesta tiene como objetivo dar un espacio genuino a jóvenes artistas para que se expresen libremente. ¿Cuál es la novedad? Que ni los músicos ni el público tendrán que poner un peso. El lugar elegido tampoco es azaroso: el ciclo que comenzará hoy a las 20 y se realizará todos los jueves hasta fin de año tendrá lugar en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi) –ubicado en Av. Del Libertador 8465–, donde funcionó la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), símbolo del horror de la última dictadura cívico-militar. Los primeros en pisar las tablas serán Eloy, Grumis y Cuore Nero y el cierre de lujo estará a cargo de Gieco.

“Las bandas y solistas que participaron fueron todos muy conscientes de adónde iban a tocar”, se entusiasma el músico santafesino y sigue: “Es una gran idea la de tocar ahí: habrá juventud todos los jueves del año. Es maravilloso que no les haya tocado vivir esa época tremendamente trágica. Lo que es doblemente bueno es que como no lo vivieron, se van a compenetrar con lo que le pasó a esa gente, la mayoría jóvenes que en esa época tenían la misma edad que la que tienen ellos ahora”.

Sin embargo, entiende que no toda la juventud demuestra interés por reconocer los hechos que marcaron la historia del país: “Hay muchos pibes que se sienten lejos de eso porque les parece una ‘especulación’. Está bien, cada uno puede pensar lo que quiera, pero a veces hay falta de información. Parece que si no te tocó vivirla no tenés que hacer nada. Algunos creen eso. Yo no creo que sea una cosa de generaciones. Pienso que tiene que ver con la actitud de luchar por la memoria de un país. Con este gobierno la juventud se acercó a la política: comenzó a tener conciencia de todo lo que había pasado”.

La convocatoria superó ampliamente las expectativas de los organizadores. “No pusimos grandes avisos y de golpe se inscribieron casi 200 bandas”, se sorprende García. “Eso habla de que la oferta artística es muy grande y hay pocos lugares para tocar, sobre todo después de la tragedia de (República) Cromañón”, destaca. En poco tiempo llegaron 180 propuestas de diferentes zonas del país: Gran Buenos Aires y CABA, en su mayoría, pero también de Salta, Córdoba y Mendoza, entre tantos otros rincones del país. Y hasta llegó material desde México. “Estuvimos abiertos a todo tipo de propuestas musicales. No pusimos ni límites de edad, ni de residencia, ni de estilos, aunque por una cuestión de espacio, seleccionamos 80”, explica García. Es así como hasta fin de año desfilarán por el ECuNHi “bandas de rock, blues, progresivas, experimentales, acústicas, solistas y hasta grupos con aires folklóricos”, cuenta el ex Almendra y Aquelarre. En cuanto a la selección de los artistas, lo que intentaron rescatar fueron las propuestas más “originales”. “No le dimos tanta importancia a si el disco fue producido en un gran estudio; lo que tuvimos en cuenta fue el contenido. Muchos de los CD tienen criterios de producción más que interesantes”, destaca el baterista, quien en ocasiones anteriores estuvo al frente de los Escenarios Jazz y Blues.

Para Gieco, la propuesta cultural tiene por lo menos dos rasgos positivos: “Que pibes jóvenes toquen en un lugar tan emblemático como éste es una forma de resignificarlo, porque siempre estuvo cargado de mala onda. Y también tienen la oportunidad de actuar en un buen escenario, con buenos equipos y luces; y hasta dejar un precedente para la prensa”. Sobre esto último se posa parte de la importancia del encuentro: empezar a cambiar las condiciones en las cuales los artistas desarrollan la música en vivo. “En Escenario Rock –dice el autor de ‘Solo le pido a Dios’– brindamos un espacio donde los músicos no tienen que invertir demasiado en llevar un camión con equipos. Los pibes tocan en pubs acá en Buenos Aires, una ciudad que para mí es un ‘bluff’ respecto de eso. Me refiero a que Buenos Aires es una ciudad muy grande, pero resulta que un grupo joven va a tocar a un pub y tiene que asegurarle al dueño el ingreso de 50 personas. Y encima tenés que pagar para llevarte los equipos.”

Otra de las realidades que intenta romper el encuentro es la idea de que todo sucede en Buenos Aires. Por eso, aunque aún está en pañales, la intención es replicar la propuesta en otros puntos del país –“Mendoza, Rosario o Neuquén”, se anima Gieco–. “Si vos tocaras en un lugar del interior, como en mi pueblo (Cañada Rosquín), que tiene seis mil habitantes, metés tres veces más personas que acá en Buenos Aires. Hay mucha más avidez en el interior, porque nunca va nadie. Hay que tener en cuenta eso. Yo hace como seis años que no toco en Buenos Aires. Estoy totalmente ocupado en las provincias y toco para 20 mil personas. Para meter esa cantidad de personas en Buenos Aires tenés que hacer un quilombo de afiches, gastarte toda la guita en difusión. En cambio en el interior, van por el boca en boca. Vas a dos programas de radio y se acabó.”

Las grandes discográficas y empresas de productos vieron en el rock una buena fuente de ingresos económicos. El rock hoy ya no es contracultural, aunque en el under se pueden encontrar propuestas con discursos renovadores. Para Gieco, el rock aún tiene mucho para decir. “La rebeldía del rock y su carácter contestatario se da más ahora que antes. Yo escucho todo el tiempo, cuando voy al interior, una increíble cantidad de grupos que hacen una música contestataria, tratando de mejorar la situación a través del arte. Antes, en la década del setenta, éramos cuatro o cinco los que hacíamos rock contestatario. Y nos tuvimos que exiliar. Eramos muy pocos. Inclusive las compañías tenían muchos artistas y ahora tienen cuatro o cinco. Tampoco es que los artistas del rock actual están tan comprometidos con los medios de promoción, porque no se venden más los discos, se venden muy pocos. Ahora pasa todo por Internet. Está bien que existan los grandes festivales, pero no nos quedemos con la idea de que ésos son los únicos grupos de rock. Y yo creo que tiene que pasar algo para que otros músicos se conozcan. Pero todavía existe la idea de tener que ir a Buenos Aires para triunfar, para tener más movimiento. Y eso se va a terminar.”

Informe: Sergio Sánchez.

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