MUSICA › EL PROYECTO SUPERHEAVY, CONTADO POR SUS PROTAGONISTAS
Mick Jagger, Dave Stewart, Joss Stone, Damian Marley y A. R. Rahman explican el sentido de este “engendro de géneros”, como definen al flamante CD. Algunos reivindican el multiculturalismo, pero el Rolling Stone prefiere hablar de “sangrado” de músicas.
¿Qué otra cosa, sino un grupo mestizo de una calidad (y una efectividad) notable, podía surgir de la reunión de esa piedra fundamental de la historia de la música moderna que es Mick
Jagger, de ese notable productor y compositor que es el Eurythmics Dave Stewart, de esa voz insigne y grácil que posee la joven cantante de soul Joss Stone, de esa sangre reggae que pasa por Damian Marley y de esa capacidad orquestal que posee el compositor indio A.R. Rahman (autor, entre otras, de la banda de sonido del éxito bollywoodense Slumdog Millonaire)? Pocos ensambles más amplios y más curiosos que Superheavy, el último supergrupo advenido a la primera plana musical. Cinco artistas que acumulan la friolera de once premios Grammy y a los que, seguramente, su primer y flamante disco Superheavy les agregue unos cuantos laureles por las fusiones transcontinentales del corte “Miracle Worker”, el tema “Unbelievable” o la propia canción epónima al grupo y al CD.
Todo surgió del empuje de Stewart, un nene juguetón en el cuerpo de un inglés de 49 años, que ya había trabajado con el Rolling Stone y la joven inglesa en la banda de sonido de la versión 2004 de Alfie y que, si de algo sabe, es de colaboraciones: en su currículum se acumulan canciones a cuatro manos con Bob Dylan, poemas firmados junto a Leonard Cohen y piezas de rock clásico y eterno junto a Tom Petty. El mismo aporta la mejor definición de Superheavy: “Es el experimento de un alquimista desquiciado”, dice sobre este grupo que, por si no se entendió, combina a uno de los mejores frontmen de la historia, a un compositor de efectividad probada, a un productor pop intachable, a una estrella del reggae actual con apellido ilustre y a una vocalista prodigio que, así de juntos, le escapan a todo tipo de categorización que se corra de la idea esa de un seleccionado.
“Siempre me pareció una buena idea la de reunir no sólo a grandes músicos de rock, o de blues, cosas que yo ya había probado, sino a músicos representativos de distintos géneros y conocedores de la música en general, para ver qué cosa nueva surgía. Lo que nunca pensé es que iba a ocurrir y a funcionar”, admite Jagger. Pero lo hizo: Superheavy ya tiene videoclip rotando en los canales de música (el del corte “Miracle Worker”) y, para el disfrute argentino, unas cuantas cosas por decir.
–Si bien cada uno en su estilo han tenido éxito en el último tiempo, la primera definición que apareció fue la de Superheavy como “el grupo nuevo de Mick Jagger”, ¿está de acuerdo con eso?
Jagger: –Para nada. Esa idea que puede tener la gente acerca de que yo tengo el rol principal en esta banda me parece directamente hilarante. Superheavy es un grupo basado en la colaboración y en la experimentación, para el que todos le sacamos punta a nuestros lápices, trajimos nuestras guitarras o nuestros teclados, y en el que todos aportamos nuestras ideas. Esto es un grupo.
–Usted, Dave Stewart y Joss Stone colaboraron en la banda de sonido de la remake de Alfie, en 2004. ¿Fue ese el germen de este proyecto?
Jagger: –En realidad, yo trabajé con Dave muchísimas veces, aunque no hayamos editado esa música. Trabajar con él y Joss estuvo muy bien, así que nos fue más fácil trabajar juntos esta vez.
Stewart: –Joss cantó el tema principal de Alfie en una versión al piano, arreglada con un órgano hammond, cuando sólo tenía 17 años. Estuvo increíble. También hubo un dueto genial con Mick en esa banda de sonido, así que sabíamos que podíamos llegar a trabajar juntos más adelante. Con A.R. no habíamos trabajado juntos, pero nos conocimos hace doce años y hemos charlado mucho sobre música y sobre la vida en ese tiempo. Damian no tuvo esa facilidad, porque no había hecho nada con ninguno de los demás, pero se integró muy bien y fue muy provechoso para el proyecto.
–Dado que Rahman es compositor y orquestador, usted productor y Jagger no sólo un Rolling Stone sino también una estrella de nivel mundial que suele meterse en las composiciones y las producciones, ¿les fue difícil compartir el estudio a ustedes tres? ¿Hubo algunos roles definidos?
Stewart: –Realmente no había ningún tipo de plan previo acerca de roles; Superheavy fue siempre una idea acerca de la libertad musical, la improvisación y la experimentación, basadas en la colaboración. Todo fue acerca de ideas flotando, aunque no supiéramos a priori hacia dónde iban a irse. Al principio, la idea era algo lunática, pero las cosas fueron tomando forma solas.
Jagger: –Supongo que lo más duro fue comenzar, porque todos queríamos hacer algo para el grupo, aunque no supiéramos qué. Hasta que empezaron a salir las canciones: alguno caía con un riff, otro con una melodía, otro con una idea vocal, otro con un ritmo y empezábamos a ver si todo eso podía ponerse junto en la misma canción o en varias. Fue caótico, pero todos nos pusimos al servicio del grupo, lo cual es una de las cosas maravillosas, desde lo humano, de este proyecto.
Rahman: –La contribución musical fue muy espontánea. Alguno empezaba con una progresión y se convertía en una zapada fácilmente. O quizás se arrancaba con un teclado o alguna idea vocal y empezábamos a jugar con eso hasta que emergía algo. Normalmente, me encerraría en el estudio con mis auriculares e intentaría buscar una idea para cada canción. Pero aquí, si bien tenía algunas ideas para componer las canciones, porque tuvimos casi instantáneamente los estribillos, debimos buscar las estrofas y vestirlas, y fue un trabajo totalmente colaborativo, espontáneo y mágico.
–Y para Joss Stone y Damian Marley, ¿cómo fue la experiencia?
Stone: –Sencillamente hermosa. Es gracioso, porque nunca pensé que nos sentaríamos a hacer música con estos muchachos. Cada tanto hablaba con Dave por teléfono y él siempre me proponía alguna idea divertida. Frente a cada una de ellas, y todas eran bastante locas, pensaba que sí, realmente sonaban divertidas. Hasta que un día me dijo: “Bueno, Joss, si te suena divertido, tengo una idea de armar esta banda con Mick y artistas de otras culturas, ¿te interesaría?” Y yo: “Bueno, sí... ¡Obvio que me interesaría, Dave!”. Trabajar con músicas diferentes y colaborar con esta gente, involucrarme con sonidos indios y de reggae, fue simplemente un proceso hermoso. Estoy feliz.
Marley: –Dave quiso que nos juntáramos a experimentar con otros músicos y me mencionó a Mick y a Joss, y me encantó la idea. No estaba familiarizado con la música de ellos, aunque los conocía, así que para mí fue todo descubrimiento y aprendizaje, aunque es cierto que la idea de juntarme a trabajar con Mick en la misma habitación me convenció instantáneamente. Ver cómo cada uno se involucraba e interactuaba con la música me dio un montón de enseñanzas. Estoy agradecido.
–¿Cómo fue la dinámica de trabajo en el estudio?
Stewart: –Todos estábamos con otras cosas, así que fue algo cortada, pero muy intensa. Unos cuantos días trabajábamos en el estudio, no siempre los cinco, pero todos los que pudiéramos. Luego nos llevábamos las pistas para analizar qué cosas nos gustaban más, pero también para ver qué se nos ocurría a cada uno mientras no estábamos juntos. Supongo que todos intentábamos arreglarlas o juntar las piezas o ponerles letras mientras viajábamos, así que al juntarnos todo era rápido: se veían las mejores opciones, aunque se trataba de que cada yeite que cada uno le ponía se incluyera en la canción final. La mayor parte fue compuesta en Henson Recordings, Hollywood.
Rahman: –Los cinco tuvimos decisión y, aunque yo trabajé más con la composición y Dave con la producción, cada uno veía cosas potables en cada idea ajena que aparecía. Todo en Superheavy se trata de culturas cruzándose y cuando lo entendés, simplemente dejás que se crucen y tratás de estar atento para tomar lo que suene mejor. Convivimos en los estudios de un modo muy serio, no tuvo nada que ver con la idea de unos cuantos rockstars destrozando una sala: no tomábamos ni una gota de alcohol, sólo trabajábamos juntos y dormíamos. Dormíamos cerca, ¡tampoco juntos!
Stewart: –Lo único que abandonamos fue la idea de estar los cinco juntos todo el tiempo, porque era imposible por nuestras obligaciones y nuestros otros proyectos. Las sesiones fueron distintas al modo en que suelo hacer música, libres y poco dirigidas. Yo suelo trabajar con estructuras, pero el caos para mí estuvo bien; quizá para otros fue más raro. Lo grabamos en Henson Recordings, los estudios que tenía Charles Chaplin en Los Angeles. Podíamos meter 50 músicos allí, aunque sólo estábamos nosotros cinco y alguna pequeña sección de cuerdas o de percusiones. Nos sentamos en esa sala en círculo... cuando pudimos; creo que fueron dos veces en los primeros veinte días.
–Si bien dijeron que la idea principal era cruzar músicos de distintos palos, ¿estaba presente la idea de que la música fuera multicultural también o buscaban un sonido más unívoco?
Stewart: –La idea era ver qué salía del cruce, y salió un engendro de géneros. El mejor ejemplo del multiculturalismo del grupo podría ser el tema “Superheavy”, porque repentinamente se vistió de un modo indio aunque también tiene arreglos de pop, de rock, una melodía que es de Joss y una idea rítmica que tiene su matiz reggae. “Unbelievable” es otro gran ejemplo, con ese ritmo jamaiquino que Damian trajo y al que Mick le puso una letra shakesperiana, muy inglesa, y encima de eso hay arreglos indios y una brillante armonía, realmente compleja y muy rica, que puso Joss.
Jagger: –A mí no me convence el concepto del multiculturalismo. Me parece que es un término para el análisis sociológico y aquí estamos hablando de música. En todo caso, será una libertad de conceptos, más que la idea de cruzarlos. Lo indudable es que venimos de trasfondos musicales distintos, pero nos iguala que todos tenemos algún tipo de conocimiento musical o por lo menos de nuestras funciones como para trabajar juntos. Particularmente, tengo bastante conocimiento de reggae, lo que curiosamente hizo que algunas de las piezas reggae surgieran de mí en lugar de desde Damian, y aunque también sé de soul, es clara la especialización que tiene Joss con el soul. Yo lo llamaría un “sangrado” de músicas dentro del que el ADN menos familiar, supongo, vino del modo de tocar y de las texturas que puso A.R. Temas con “Unbelievable” o “Superheavy” tienen la mixtura de los estilos de todos nosotros; yo los entiendo como unos murales de música mundial.
–Todo debe haber sido muy dinámico. Stewart, ¿recuerda cómo surgieron algunas canciones?
Stewart: –Claro. Los primeros días, Mick agarraba una guitarra y esbozaba alguna melodía vocal y luego venía Joss con toda la idea melódica en su cabeza, entonces A.R. se sentaba al piano para ir buscando arreglos y Damian, que tiene un modo de trabajo más... no lo llamaría individual, pero sí era como el más ensimismado, quizá porque no nos conocía tanto. Pero Damian trajo algunas ideas geniales para los arreglos vocales que completaban la idea. El trabajo más “duro” que hubo que hacer con las canciones fue cambiar de tono alguna, lo cual es realmente muy poco grave. Los títulos también aparecieron naturalmente. “Miracle Worker”, por ejemplo, salió de una charla de Mick y Joss en la que me pareció escuchar ese concepto. No había sido así, pero cuando se los comenté, dijeron que era un gran título, y la canción surgió muy rápidamente y cada uno encontró su momento en la canción instantáneamente. En “Superheavy”, Damian estaba cantando algo para sí mismo, buscando el tono para una especie de estribillo, y yo estaba con una acústica, le cambiamos el tono y se la mostramos a A.R, que le metió esos ritmos de batería indios y luego le puso unos violines, lo que dio una combinación rarísima de violines en una canción de rock con un ritmo jamaiquino e indio a la vez. Lo crucial del proceso fue que nunca nadie interfirió a los demás.
–¿Y cuál fue la parte más difícil de llevar adelante este proyecto?
Jagger: –Tampoco lo llamaría algo “difícil”. Todo fue rápido, fácil y divertido. Siempre es difícil volver a cosas que a la primera no tomaron forma, es difícil mantenerlas vivas a veces, pero aquí fue fácil porque nadie tenía que ocuparse de todo el tema. En mi caso, no tenía que pensar una letra y una melodía para todo el tema, en muchas canciones bastó con que pusiera una estrofa o que aportara el estribillo, así que para mí no hubo una parte difícil tampoco. Hubo zapadas que no usamos pero no porque no pudiéramos resolverlas sino porque no queríamos poner zapadas en el disco sino canciones. Hicimos unas veinte y las que quedaron son las que consideramos mejores. También hubo un momento raro cuando grabamos en un bote-estudio que le prestaron a Dave. No sé si un bote es el mejor ambiente para grabar, porque todos estábamos locos con ver los peces y estar un poco al sol, y es raro estar en un estudio que va meciéndose todo el rato. Pero fue divertido, como el resto de la factura de este disco. Eso se los puedo asegurar al ciento por ciento.
Introducción, traducción y selección: Luis Paz.
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