Algunos nombres bastarían. Alcanzaría con Kenny Werner, uno de los pianistas más importantes de las últimas décadas, o con Charles Tolliver, el trompetista que tocó en discos como It’s Time y Action Action Action, de Jackie McLean, o Dance with Death, de Andrew Hill. O con el francés de origen vietnamita Nguyen-Lé, uno de los guitarristas más originales de los últimos tiempos. O con el contrabajista Arild Andersen, tocando con el mismo grupo que grabó para el sello ECM en vivo en Belleville, con el excelente saxofonista escocés Tommy Smith y Paolo Vinaccia en batería. El pianista Adrián Iaies, director del Festival Internacional de Jazz de Buenos Aires, decide destacar, sin embargo, otras cuestiones, entre ellas que, a diferencia de lo que sucede en otros eventos similares, en este caso la mayoría de la programación es local. Y que, además de las actuaciones, existe una cantidad de actividades, que incluyen desde lo pedagógico hasta el encargo de obras, que trascienden ampliamente los seis días de duración del festival.

“Llegar al cuarto año está buenísimo”, dice Iaies a Página/12. “Y yo estoy muy contento con la programación. Viene gente que no ha venido nunca, es variada. Pero, más allá de la programación puntual, donde siempre va a haber cosas que a alguien puede gustarle más o menos, veo que lo que me había propuesto en 2008 se cumple. La mayoría de los encargos que se han hecho han perdurado, han llegado al disco. Lo formativo tiene un lugar fundamental. Los músicos argentinos tocan con la misma técnica que los extranjeros. Se producen cruces. Por ejemplo, este año Charles Tolliver va a tocar con la Big Band de la carrera de jazz del Conservatorio Manuel de Falla. Ellos ya están trabajando su música, coordinados por Ernesto Jodos, que es el director de la carrera, y Tolliver los va a dirigir y va a tocar con ellos. Y hay un arco estilístico muy amplio.” El pianista reivindica su lugar como artista al frente del festival: “Lo bueno es que uno sabe lo que está del otro lado de una manera en que un funcionario no podría saberlo”, afirma. De hecho, en los cuatro años que hace que lo conduce, no ha dejado de tocar y justamente en estos días está presentándose (todos los sábados, en Vinilo) junto al trompetista Mariano Loiácono, Ezequiel Dutil en contrabajo y Pepi Taveira en batería. Pero, al mismo tiempo en que insiste en que su experiencia como músico le sirve a la hora de programar, ha sido rigurosísimo a la hora de no mezclar una cosa con otra. El nombre de Adrián Iaies, en todo caso, corresponde el único músico argentino con trayectoria que permanece ausente del festival.

“Creo que es importante generar ciertas tradiciones, que haya un cierto sello; cosas que sólo suceden en este festival y no en otros”, dice. “Y al mismo tiempo que eso a uno no lo encadene y que no impida hacer cosas nuevas. Para mí siempre fue importante que hubiera cruces y cada vez hay más cruces. Otro sostén son las comisiones. Este año le encargamos a Juan Cruz de Urquiza un trabajo sobre la música de Charly García, así como otros años los hubo sobre Piazzolla, a cargo de Fernando Tarrés, Walter Malosetti, por Mariano Otero, o el Cuchi Leguizamón, releído por Guillermo Klein. Agregamos un escenario, en la Capilla del Centro Cultural Recoleta, que se va usar para conciertos sin ninguna clase de amplificación.”

El festival, que se llevará a cabo desde el próximo martes 1º de noviembre hasta el domingo 6, incluirá también exposiciones de fotografías, exhibición de películas –los muy buenos documentales sobre Charlie Haden de Reto Caduff y sobre Frank Zappa de Frank Scheffer–, clases magistrales y talleres a cargo de los músicos extranjeros y hasta un espectáculo para niños a cargo de la gran percusionista Marilyn Mazur, que también actuará con su grupo. Nacida en los Estados Unidos y radicada en Dinamarca, la ex integrante del grupo de Jan Garbarek llegará aquí con un cuarteto integrado por Fredrik Lundin en saxo, Krister Jonsson en guitarra y Klavs Hovman en bajo. Entre lo más destacado estarán los conciertos de piano solo de Paula Shocrón –que publicó recientemente dos CD, Our Delight y Gran Ensamble– y de Francisco Lovuolo –que acaba de editar un disco remarcable, Vueltas–, las actuaciones del grupo del baterista Hernán Mandelman y del quinteto de Mariano Loiácono presentando sus discos, y del osado quinteto de Ernesto Jodos, con dos contrabajos y dos baterías.

Entre las visitas internacionales cabe destacar que Kenny Werner actuará solo y con su trío, junto a Johannes Weidenmueller y Ari Hoenig, y que Nguyen-Lé lo hará con el originalísimo trío Saiyuki, conformado también por Mieko Miyazaki en koto y Prabhu Edouard en tablas. Los conciertos se realizarán en diversos escenarios del Recoleta (Junín 1930), en el Coliseo (M. T. De Alvear 1125), en los clubes Vinilo (Gorriti 3780) y Notorious (Callao 966), en el C.C.l 25 de Mayo (Triunvirato 4444), en el Teatro Regio (Córdoba 6056) y en La Trastienda (Balcarce 460).