MUSICA › FITO PAEZ ANUNCIO SU GIRA MUNDIAL “20 AÑOS DESPUES DEL AMOR”
Por el aniversario de El amor después del amor, Páez saldrá a repasar aquellas canciones en el orden del disco, el más vendido del rock argentino. En Buenos Aires, dará un show gratuito en el Planetario.
› Por Luis Paz
Son tiempos éstos en los que Roger Waters puede realizar una serie de nueve conciertos en el estadio de River Plate con una ingeniería audiovisual y arquitectónica asombrosa; pero hace 20 años, con perdón de la obviedad, las capacidades industriales para la realización de conciertos eran en extremo diferentes. Por eso, para el show sin precedentes que requirió la presentación oficial de El amor después del amor en el estadio de Rosario Central, en su ciudad natal, Fito Páez debió traer desde Inglaterra un escenario de 240 metros cuadrados y un sistema de sonido con una potencia del orden de los 50 mil watts, un desconocido sistema de luces rítmicas, pantallas de video imponentes y aquellas enormes cruces que se prendieron fuego en las tribunas tanto para la delicia psicodélica como para la aberración de algunos grupos cristianos que alzaron la voz en ese tiempo. Lo que ocurrió anteayer en Samsung Studio fue muy diferente técnicamente, pero admitió la misma emoción y un fin bastante similar: anunciar la gira “20 años después del amor”, con la que el autor rosarino recorrerá el mundo interpretando en su orden debido las canciones del disco que todavía es el más vendido en la historia del rock argentino, con cerca de 1,1 millón de copias.
Además de uno comercial, El amor... fue un hito sentimental y artístico tanto para el país como para Páez; un disco que marcó a fuego a dos generaciones de amores renacidos o mudados y que, a dos décadas de su lanzamiento, sigue siendo uno de los más perfectos del cancionero argentino. Además de incluir preciosuras como la canción que le da título al álbum, la galopante “Dos días en la vida”, la conmovedora “La Verónica”, la efusiva “Tráfico por Katmandú” y los súper éxitos “La rueda mágica” y “A rodar mi vida” (las seis piezas que Páez interpretó en remozadas versiones en este espacio del barrio porteño de San Telmo), El amor después del amor tuvo en “Pétalo de sal”, “Un vestido y un amor”, “Tumbas de la gloria” y “Brillante sobre el mic” a otros exitosos singles. Y en “Sasha, Sissí y el círculo de baba”, “Creo”, “Detrás del muro de los lamentos” y “Balada de Donna Helena” otras cuatro piezas de una calidad excepcional, que dieron forma a la hora y poco de música comercialmente más potente de la historia del rock & pop local.
Entre fábulas para el amor metafísico, fotos de los Rolling Stones, denuncias sobre las muertes de los “chicos sin su AZT” y excelentes arreglos armónicos, Páez desarrolló en El amor... una obra musical sin fecha de caducidad, inspirada en su encuentro con el amor junto a la actriz Cecilia Roth, luego del final de su relación con la cantante Fabiana Cantilo. Lleno de huellas epocales y culturales (la Gibson Les Paul, el baúl de Thelma y Louise, Divina Gloria y el Muro de los Lamentos) y de versos incandescentes como “piedad o te vuelo la cabeza, puercoespín”, El amor... tiene aquello que incluyen los grandes discos inmortales: música de inminente altura, poética de alto impacto, belleza y terror, esperanza y mentira, verdad, sexo y muerte.
A sus 29 años, Fito Páez lograba con este álbum hitos de todo tipo, con una gira colosal para la época (con más de 80 mil personas en su paso por el estadio de Vélez Sarsfield), un show a beneficio que le dejó 500 mil dólares a las arcas de Unicef, una rotación sin precedentes en las emisoras de radio, el estallido mediático de su condición de gran autor (de hecho, fue distinguido en el Suplemento NO de Página/12 como el “Mejor disco”, “Mejor solista” y “Mejor show”) y la cristalización de una carrera en ciernes que se vio disparada a lugares insospechados para la época, como Israel. Y además, El amor... le abría una galería de puertas en las artes, como la realización de su primera dirección cinematográfica para un mediometraje surgido de la historia de “Balada de Donna Helena”, con Eusebio Poncela y Roth, entre otros artistas. La colaboración ya había sido una marca del disco, que contó con las apariciones musicales de Luis Alberto Spinetta, Charly García, Gustavo Cerati, Andrés Calamaro, Daniel Melingo, Ariel Rot, Antonio Carmona, Fabiana Cantilo, Celeste Carballo, Claudia Puyó y la Gavin Wright’s Orchestra, de Londres, una de las ciudades (también Madrid y Buenos Aires) en las que fue registrado.
Tremenda obra no podía tener un mejor homenaje que el que está por venir. El 2 de junio, en la Arena Movistar (la compañía que patrocinó el evento Free Music que sirvió de marco para este anuncio en el Samsung Studio) de Santiago de Chile, comenzará una gira que continuará por el Palacio de los Deportes de Costa Rica; Caracas y Maracaibo (Venezuela); Bogotá y Medellín (Colombia); San Pablo, Curitiba y Puerto Alegre (Brasil); y Montevideo (Uruguay), para llegar a Buenos Aires primeramente en octubre, en una nueva edición del Movistar Free Music en el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires. Además, Fito replicará “la gira después de la gira” de El amor... en Perú, Paraguay, Bolivia, México, Estados Unidos (Miami y Nueva York), El Salvador, Nicaragua, Honduras, Panamá, España, Israel, Inglaterra (Londres) y Francia (París). Y en el país actuará también en Mendoza, Córdoba, Rosario y Tucumán. Lo hará siempre con las 14 canciones del disco incluidas de manera correlativa y con nuevos arreglos que las actualizan al amor después del cambio de milenio. Un amor que, en definitiva, antes y después, siempre tiene más o menos las mismas características: el mismo heroísmo y misticismo, la misma belleza y magia que contiene la gran obra de Rodolfo Páez Avalos, el pibe rosarino que conquistó el amor mundial.
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