“Encuentro de mujeres argentinas hoy en el folklore” es el nombre con que se presenta este ciclo que se viene realizando desde hace seis años en Buenos Aires, todo un logro de permanencia en el trabajo de producción independiente. Cambiando sus integrantes pero con el sello puesto siempre en la calidad y en la apuesta a nuevas intérpretes –más o menos instaladas en el reconocimiento masivo–, el ciclo ha dado muestras de calidad y también fue creciendo con los años. Ahora se reedita, todos los domingos de agosto, extendiéndose hasta el primer domingo de septiembre, siempre a las 21 en el Teatro Viejo Mercado (Lavalle 3177). Sus protagonistas esta vez son talentosas cantantes como Lorena Astudillo, Charo Bogarín (voz del grupo Tonolec), Claudia Romero (quien fue voz del grupo La Manija, comandado por el recordado Chango Farías Gómez), Lucrecia Longarini, Casiana Torres, María de los Angeles Ledesma y Romina Grosso, entre muchas otras. A ellas se suman instrumentistas igualmente destacadas como la pianista Lilián Saba, la vientista Nuria Martínez y la bandoneonista (y también cantante) Susana Ratcliff.

“Estas Mujeres argentinas hoy rescatan la herencia de aquellas mujeres que dejaron una huella en el pasado. Y lo hacen aportando la impronta de estos tiempos musicales, el nuevo color de este siglo”, advierten los organizadores, y nombran entre esas referentes a Mercedes Sosa, Suma Paz, María Elena Walsh, Eladia Blázquez, Leda Valladares, entre muchas otras. El inicio del ciclo, esta noche, será con tres voces de tinte propio: la primera es la de Cecilia Pastorino, que interpreta un repertorio que abarca canciones populares latinoamericanas, rioplatenses, brasileñas y de autores argentinos, incluyendo también algún un tema propio. Estará también Casiana Torres, cantante oriunda de Tierra del Fuego con un estilo bien plantado, y la santafesina Natalia Simoncini, también dedicada a la música popular latinoamericana, desde una búsqueda que fusiona los instrumentos autóctonos con los electrónicos.

A lo largo del ciclo, las programadoras –casualmente, también mujeres– tuvieron cuidado en incluir representantes de todas las expresiones, de modo de cubrir el amplio mapa musical argentino. Hay también propuestas que suman ciertos aires rock, como las de Romina Grosso o Natalia Berasategui, oriunda de Rafaela y cultora de ritmos litoraleños, y este año el encuentro se abrió también a la danza, con la actuación de dos integrantes de la compañía de Koki y Pajarín Saavedra. Con tres o más artistas programadas cada noche, el desafío fue esta vez sumar un plus colectivo: además de sus participaciones por separado, con sus respectivos músicos, las intérpretes se están reuniendo a ensayar para crear temas en conjunto, a modo de cierre de cada noche. A lo mejor este encuentro abre camino en más de un sentido.