MUSICA › HOMENAJE ARTíSTICO A LUIS ALBERTO SPINETTA
Muchos músicos, pero también poetas, artistas plásticos y fotógrafos, mantendrán vivas las creaciones del Flaco. La cita, motorizada por la ONG Conduciendo a Conciencia, será hoy desde las 19 en nueve espacios culturales de la ciudad. Se juntarán útiles escolares.
› Por Luis Paz
Menos como juego simbólico que como realidad concreta, la convocatoria destaca que “Luis Alberto Spinetta resulta una enorme presencia en todos los que hacemos y difundimos arte”. El Flaco y sus canciones siguen aquí; “la magnitud de su obra, su capacidad de creación y su mensaje”, también. Estos elementos inspiraron un homenaje artístico masivo y simultáneo a Spinetta, que ocurrirá hoy desde las 19 en nueve espacios culturales de la ciudad, organizado por la ONG Conduciendo a Conciencia. No es casual: Spinetta tuvo un aporte invaluable en la difusión de conductas viales más responsables tanto en sus conciertos y sus intervenciones en medios de comunicación cuanto en eventos solidarios y en su pecho, con la remera de Todos fuimos, todos somos, todos podemos ser que lo acompañó hasta sus últimos instantes. Bandas compañeras como Amel, de su hermano Gustavo, o el Sujatovich Trío, del ex tecladista de Spinetta Jade; amigos como el poeta y comunicador Pipo Lernoud, cancionistas como Leo García, Alvy Singer o Lucio Mantel y bandas emergentes de rock como Superchería o La Ciudad Bajo la Niebla participarán de algunos de los encuentros que, a seis meses del fallecimiento de Luis Alberto Spinetta, celebrarán su arte en centros culturales, teatros y salones porteños. Se trata de un hecho sin precedente: cien artistas por tres canciones dan un total de trescientas obras puestas en movimiento en todos los puntos cardinales de la ciudad; nunca se dio, con este nivel de sincronía, algo de esta magnitud.
No hay que olvidar que se trata de un encuentro solidario: Conduciendo a Conciencia, creada luego del fallecimiento de nueve alumnos y una docente del Colegio Ecos ocurrido por la negligencia del chofer del micro en el que viajaban por Santa Fe, colectará útiles escolares. Pero, por otro lado, el cumplimiento del primer semestre sin Spinetta dispone el eje temático y, también, espiritual del encuentro. Este Homenaje a Luis Alberto Spinetta tiene esa doble entrada. Y ninguna salida, en verdad: lo hermoso es quedarse en esas canciones de vuelta a casa, mañana, siempre.
El Surco, Club Cultural Matienzo, Vuela el Pez, Café Vinilo, Casa Brandon, El Mandril, La Usina, El Emergente y El Quetzal serán los nueve espacios en los que hoy desde las 19, en la mayoría de los casos –en algunos lugares, las actividades arrancarán a las 20 o a las 21 (ver recuadro)–, casi un centenar de artistas emergentes, fundamentalmente músicos pero también poetas, artistas plásticos y fotógrafos, mantendrán vivas las piezas más y menos conocidas del Flaco. En lo estrictamente musical, el grupo de participantes arma un arco holgado que va de expresiones rockeras (los nóveles La Ciudad Bajo la Niebla, por caso) a cancionísticas populares (Mantel, Singer, Valeria Cini), artífices pop (Leo García) y hasta una orquesta típica (la Misteriosa de Buenos Aires). Un arco tan holgado como el que el propio Spinetta desarrolló en sus cuatro décadas de aportes discográficos, desde el seminal Almendra (’69) hasta su última entrega, Un mañana (’08).
En la sumatoria, todo lo que ocurra dará forma a un cuerpo vivo exquisito de canciones: “Me parece que Spinetta supo explotar su exotismo de una manera muy natural, para nada forzada, y también supo cómo trasmitirlo y comunicarlo. Es un artista con una transversalidad y apertura increíbles. Lo que pasa es que también es un artista muy orgánico, uno de esos músicos que componían porque no podía hacer otra cosa”, elabora Lucio Mantel, un autor justamente orgánico cuyo último disco, Miniatura, destila algo de esa influencia que le dejó la escucha de Almendra, a los cinco años, en sus formas etéreas y luminosas. “Sus melodías son muy particulares, porque de repente son muy complejas y, a la vez, muy cantables. Es lo que pasa, también, con su popularidad. Es muy extraña; todos sabemos quién es, pero cada uno tiene su área de contacto con él”, completa el cantor que interpretará “Collar” (de Los Socios del Desierto), “Canción para los días de la vida” (A 18’ del sol), “Lago de forma mía” (Pelusón of Milk) y “Credulidad” en el Club Cultural Matienzo, uno de los espacios que mayor actividad albergarán.
En el mismo lugar estará el grupo de rock cancionero Superchería (nombrado, claro, por aquella canción de Pescado Rabioso), para interpretar “Cantata de puentes amarillos” (Artaud), “A estos hombres tristes” (Almendra) y “Que ves el cielo” (de Invisible), tal vez alguno más. “Son temas de distintas épocas de la carrera de Luis con los cuales nos sentimos identificados”, señala Pira Bastourre, cantante y guitarrista del ensamble que a finales de 2010 publicó Una casa detrás. “Todos recordamos haber escuchado ‘Seguir viviendo sin tu amor’ en la tele o la radio, cuando éramos chicos. Pero no fue hasta el secundario, cuando empezó la búsqueda de absorber músicas y tomarlas como propias, que aparecieron el primero de Almendra y Artaud. Nos deslumbraron”, asiente un camino que se ha dado habitualmente en los seguidores de Spinetta: la puerta de entrada, que puede ser tanto ésa como “Muchacha ojos de papel” o su cantata, da acceso a livings, dormitorios, cocinas de emociones y patios de juegos mucho más vastos, ricos, grandes.
También desde la pertenencia rockera, los jóvenes de La Ciudad Bajo la Niebla estarán en El Emergente, con una elección de canciones “basada en la emoción” que producen temas como “Alma de diamante” –“Se me pone la piel de gallina cuando escucho los primeros acordes”, asegura el cantante Martín Avati– o “Quedándote o yéndote”, aquella canción de Kamikaze compuesta por Spinetta junto a su amigo y fotógrafo Eduardo Martí. “Tiene una de las frases más hermosas... ‘y deberás amar, amar, amar hasta morir’”, da la pauta Avati, que apunta que “Spinetta es como Los Beatles, no se puede recordar el momento en que uno lo escuchó por primera vez; es como si sus canciones ya vinieran dentro nuestro cuando nacemos”. Quizá, como dice La Ciudad Bajo la Niebla, Spinetta “cantaba con el alma”.
¿Qué otra cosa sino el alma hila las palabras, imágenes, sonidos que despide la boca del músico en cuestión en “Por”, emblema poético de Artaud? La canción caerá en manos de Julián Zamt, uno de los miembros del grupo exploratorio Valeu!, que participará de estos homenajes (estará en el Matienzo, mientras que su compañera Clara Besfamille lo hará en Vuela el Pez): “En ese minuto con veinticinco que dura ‘Por’ se pone muy de manifiesto cómo Spinetta intuía la creación”, vindica Zamt, ex miembro de Doris. “Con esa banda viajábamos a Doyle, en una especie de retiros musicales-espirituales donde hacíamos música. Ahí me llegó Artaud.” Un poco después, a este músico le llegó una idea “expresada muy hermosamente en Durazno sangrando”: crear desde el corazón, con la vista y el cuerpo en contacto con el horizonte, permitiéndose mutar sin miedo.
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