El rito vocal se renueva cada jueves, hacia la caída del sol. Diez jóvenes voces, entre sopranos, contraltos y bajos, se reúnen a ensayar bajo la dirección de dos tenores. Uno, Juan Concilio, trae un arreglo y lo muestra; el otro, Javier Pérez, armoniza mientras el resto escucha, calienta e improvisa voces. “Cada uno irrumpe con su voz y se sorprende a sí mismo, colabora con un clima espontáneo y fresco”, explica Pérez, en un intento por entrarle al todo por la parte. La parte cotidiana en que el coro Voy en Voz experimenta, arriesga, encara caminos estéticos posibles: el periplo de un disco, Canción para bañar la Luna, que ya vio la luz y que ambos integrantes de la histórica agrupación coral Santaires, empezaron a planear en mayo de 2010. “La idea surgió de Gala, una de las sopranos del grupo. Cuando comenzamos a mezclar el CD, empezamos a tirar títulos y nos preguntábamos a qué público estaba dirigido: podía ser para adolescentes pero también para chicos, y por qué no, para padres y chicos. En fin, tomamos como primer tema la canción de María Elena Walsh y de ahí salió la idea: un título que englobe lo ecléctico que tiene el disco”, explica Concilio, sobre el sintomático nombre y sus implicancias sobre el resto.

Un resto ecléctico en el que aquella bella canción de Walsh parece acunar clásicos del rock argentino en clave coral (“Promesas sobre el bidet”, “Murguita del sur”, “Inconsciente colectivo”, “Toco y me voy”) y otros del mundo beatle (“Michelle”, “Yesterday”, “While my guitar gently weeps”) con algún tema tradicional africano entremedio (“Malaika”). “Una de las características del grupo es la amplitud de criterios. Musicalmente, a pesar de los años que nos separa de los chicos, pudimos unir nuestros gustos, y entonces Beatles, Charly, Bersuit o Caitro Soto –percusionista de Chabuca Granda, de quien Voy en Voz recrea “Toro mata”– podían convivir bajo una misma estética”, señala Concilio. Los “chicos” –y chicas– en cuestión (Lila Belmonte, Valeria Vogt, Gaia Margulies, Leticia Berguer, Lucía Concilio, Mercedes Moulia, Martina Pérez, Darío Colaciuri, Lucas Felamini y Manu Navarro) están entre los 15 y 25 años, y ya ligaron un mimo de Liliana Herrero. “Los escucho y me emocionan”, dijo la cantante entrerriana, tras la primera escucha de Canción para bañar la Luna. “La propuesta inicial tuvo en cuenta la dinámica y el color de las voces jóvenes. Queríamos participar de algo cantado por pibes que también estuvieran dispuestos a aprender y a brindarnos su búsqueda musical. Pensamos que el resultado sonoro podría tener la frescura de esta etapa de la vida, y creo que fue bien”, redondea Pérez, tirando una elipsis entre el origen de la agrupación y su futuro.