MUSICA › DAVID BYRNE, DIEGO FRENKEL Y EL TRABAJO CON LA PORTUARIA
Para los músicos de La Portuaria, es “un sueño hecho realidad”. Para Byrne, cantar en su último disco y actuar junto a ellos es un acto natural. Lo cierto es que, esta noche en La Trastienda, el público argentino podrá darse el gusto de ver al escocés interactuando con los argentinos en varias canciones.
› Por Roque Casciero
Buenos Aires, ciudad de brujas y de asfalto, un puerto sin salida al mar, se presta para asombrosos encuentros entre navegantes de la música. Ahí están, sentados en el bar de la calle Rodney al que le cantaban en el disco Escenas de la vida amorosa (1991), los miembros de La Portuaria, embarcados en un viaje con forma de videoclip y con un invitado de lujo: David Byrne. ¿Qué hace aquí el ex líder de Talking Heads, vestido de barman y con un pájaro embalsamado en las manos? Filma, bajo las órdenes del director Daniel Böhm, las imágenes que acompañarán a “Hoy no le temo a la muerte”, la canción de Río (el más reciente disco de La Portuaria) a la que ya le había puesto su voz. Esta noche, además, Byrne cantará junto al quinteto en su presentación en La Trastienda, en lo que puede considerarse como una suerte de cita de honor. “Sé que puedo hacer mi parte de ‘Hoy no le temo a la muerte’, pero también queremos intentar algunas otras canciones, tanto de ellos como mías. Esa parte es como un misterio, porque ni siquiera hemos ensayado, ni sabemos cuáles serán”, ¿anticipa? Byrne.
Para los integrantes de La Portuaria, trabajar junto al ex Talking Heads es “un sueño hecho realidad”. “Escuchamos mucho su música desde que éramos muy chicos”, recuerda el tecladista Sebastián Schachtel. “Diego (Frenkel) tenía un casete en el que estaba la canción ‘Once in a Lifetime’, que fue lo primero que escuchamos de Talking Heads. Era una banda que siempre nos sorprendía.” El cantante y guitarrista Diego Frenkel, en tanto, describe al disco Speaking in Tongues como “revelador”. La impronta del cuarteto neoyorquino siempre estuvo entre las influencias primarias de Frenkel, de quien muchas veces se dijo que era “el David Byrne criollo”. “Eso es porque Clap, la banda que teníamos con Sebastián a los 20 años, tenía mucho de Talking Heads, como de B-52’s y The Police”, le explica el cantante argentino a su colega escocés, que lo mira con algo de desconcierto. Byrne dice que jamás escuchó su influencia en la música de La Portuaria y que la primera vez que la banda argentina llamó su atención fue cuando quiso incluir una canción de Huija (1995) en un compilado de artistas latinos que nunca llegó a concretarse. “Para mí fue triste que nunca saliera”, asegura Byrne. “Fue en un momento en el que estaban sucediendo muchas cosas interesantes en la música de distintos lugares y quería mostrárselas al público de Europa y Estados Unidos.”
De todos modos, el contacto estaba hecho y a través de amigos mutuos, finalmente Frenkel conoció a Byrne en Nueva York. El argentino invitó al escocés a ver a De la Guarda, y éste devolvió la atención con una propuesta para ver a... Los Auténticos Decadentes. Cuando se menciona la anécdota, Byrne estalla en una carcajada: al parecer, el tema es número puesto en todas las entrevistas conjuntas. “Fuimos David, mi mujer y yo a ver a los Decadentes en una especie de discoteca latina, donde estaba lleno de mexicanos que hacían pogo”, recuerda Frenkel. “Y fue interesante, porque era ver a los Decadentes desde otra óptica: parecía una fiesta fellinesca, un carnaval distinto por el contexto.” Byrne siempre ha mencionado a los Decadentes entre sus bandas argentinas favoritas: “Según entiendo, al principio ellos eran como una especie de broma, pero después la música se puso mejor e hicieron mejores canciones. Todavía tienen mucho humor, pero ahora son cosa seria”.
Mientras en el Bar Rodney todo se alista para la grabación del video, Frenkel y Byrne repasan los encuentros mutuos sentados en un motorhome. En las presentaciones porteñas del escocés en el 2004, La Portuaria abrió los conciertos y hubo otra visita del cantante argentino a Nueva York... “El contacto fue más casual, no tanto de negocios”, suelta el ex Talking Heads. “Lo primero que me atrajo de La Portuaria es que tienen algunas buenas canciones. Pero creo que en la época en la que quise armar aquel compilado fallido estaba escuchando, tanto en este grupo como en otros, una mezcla entre sonidos e instrumentos locales con rock y pop. Esta banda no era una copia de una banda inglesa o estadounidense sino algo nuevo que aparecía.” Frenkel dice que parte de la empatía entre La Portuaria y el escocés tiene que ver con la apertura hacia diferentes ritmos del mundo, y menciona que, con discos como Remain in Light y Naked, Talking Heads era una banda bastante “étnica”. Byrne se ríe. “Para nosotros, la música no es sólo una cuestión de color local o folklore sino de buscar permanentemente nuevos lenguajes”, sigue Frenkel. “Y no hay muchos músicos anglosajones que tengan una apertura como la de David a lo que pasa en Brasil o la Argentina, que conozcan y que sean tan curiosos.”
–Byrne, ¿esa curiosidad mantiene fresco su interés por la música?
David Byrne: –Sí, porque a veces me aburro con el rock anglosajón. Hay demasiada música hermosa ahí afuera y lo único que tengo que hacer es escucharla. Para mí la pregunta no debería ser por qué escucho eso sino por qué es extraño que lo haga.
Cuando le propusieron a Byrne que participara en Río, los miembros de La Portuaria le mandaron las premezclas de tres canciones: “Planeta”, “Hasta el final” y “Hoy no le temo a la muerte”. El escocés eligió la última porque le gustó la letra y porque tenía mucho gancho. “Podía recordarla instantáneamente, así que se convirtió en mi favorita. Entonces hice una pequeña traducción al inglés, grabé mi parte en Nueva York y se las mandé.” Y Schachtel completa entre risas: “Por supuesto que nosotros no lo podíamos creer”.
–En el contexto de Río, “Hoy no le temo a la muerte” es la canción que tiene más claro el sello de La Portuaria, mientras que en el resto se han metido con otros climas y estilos. ¿Habrá influido eso para que Byrne la haya elegido?
Diego Frenkel: –En realidad, me cuesta definir una identidad de La Portuaria como para hacer esa apreciación. El disco es muy particular porque es todo acústico: los teclados son acordeón, las baterías son bombo legüero. Hay una unidad en el sonido y no distingo tanto. Y qué es más o menos La Portuaria es algo que no tengo capacidad de ver.
Sebastián Schachtel: –Igual, David eligió el tema más para afuera, más espontáneo, y con la letra más directa de los tres que le mandamos. Es como el más “popular”.
D.B.: –Posiblemente lo haya elegido por eso. Lo que me pasó con esa canción era que sonaba como si ya existiera de antes, como si fuera una canción folk clásica. Y eso me pareció fantástico: no cualquiera puede componer algo que suena como si hubiera existido desde antes.
Si los miembros de La Portuaria no podían creer que Byrne participara del disco, quedaron con la boca más abierta aún cuando él aceptó venir a la Argentina a grabar el video de la canción. “El momento es el adecuado”, explica el ex Talking Heads. “No estoy de gira ni en el medio de una grabación, y como me gusta Buenos Aires...” La idea del video se discutió vía e-mail, “y como no tenía nada difícil ni riesgoso que hacer en el clip, como esquiar o cosas así”, Byrne se tomó el avión y llegó el jueves a la tarde. Y aunque después del show en Buenos Aires el quinteto y su invitado se van a repetir la experiencia en Bariloche, los esquíes estarán bien guardados. Es que Byrne debe regresar a Nueva York, donde está desarrollando una colaboración con Fatboy Slim. “Es como un proyecto musical y de teatro, pero recién estamos viendo hacia dónde vamos”, adelanta. ¿Y habrá nuevos cruces entre él y La Portuaria? “Nadie puede saberlo”, responde. “Eso sí, en estos tiempos es mucho más fácil concretar estas uniones.”
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