El compositor argentino Néstor Marconi, uno de los bandoneonistas más reconocidos del mundo, ofreció junto a su Octeto un conmovedor concierto que fascinó al enorme público chino reunido en el moderno Shanghai Oriental Arts Center. El concierto, realizado en el marco del 15º Festival Internacional de Arte de Shanghai, repasó clásicos como “Los mareados”, “Como dos extraños”, “Naranjo en flor”, “Milonga del Angel” y también composiciones del propio Marconi abordadas con una particular orquestación. El grupo fue aplaudido de pie por los espectadores que colmaron las instalaciones del impactante Centro de Arte Oriental de Shanghai, la ciudad más poblada de China.

Nacido en Alvarez, Santa Fe, Marconi posee una extensa trayectoria, en la que compartió escenarios con notables figuras como Martha Argerich, Yo-Yo Ma, Roberto Goyeneche, Astor Piazzolla y Frank Sinatra. Además, tocó en diversas orquestas de todo el mundo y fue parte de la Filarmónica del Teatro Colón y la Sinfónica Nacional. De formación autodidacta, su vida cambió cuando su padre le regaló un bandoneón. Allí comenzó a adaptar sus aprendizajes para piano a ese nuevo y revelador instrumento, siempre atento a los trabajos de sus maestros Laurenz, Troilo, Piazzolla, Atilio Stampone y Szymsia Bajour, entre muchos otros.

“Esto es un honor para mí, ya que a pesar de haber viajado por todas partes del mundo, nunca había venido a China, y hasta hace poco no me parecía que se podía dar la posibilidad de tocar tango acá. Me siento honrado, además, porque los organizadores me pidieron que venga”, dijo a la prensa presente en Shanghai el bandoneonista, compositor, arreglista y orquestador. Y explicó: “Se me ocurrió venir con el Octeto, en principio, porque ya no dan los presupuestos para las grandes orquestas, y tampoco quería algo demasiado pequeño, entonces quedó esta idea, que ya hice en varias oportunidades en Japón”. Además del bandoneonista, el Octeto está conformado por Leonardo Marconi en piano, Pablo Antonio Agri y Marcelo Di Renzo en violín, Javier Portero en viola, Diego Sánchez en chelo, Juan Pablo Navarro en contrabajo y Marcelo Tommasi en voz.

Marconi, uno de los directores de la Orquesta del Tango de Buenos Aires, sostuvo: “A veces se trata de buscarle una explicación lógica a por qué la gente se fascina con el tango cada día más, en Asia, en Europa, en rincones del mundo donde no se puede creer que fascine tanto. Pero no sé si hay una explicación. Sabemos sólo algunas cosas: que en Estados Unidos entró por el baile y en Europa por la música, gracias a Piazzolla. En Japón viene pasando hace años, desde la época de Canaro. Hay orquestas que tocan al estilo de Pugliese y Troilo. En este momento el tango es una explosión casi inexplicable para toda la gente”. Según Marconi, “lo importante de esto es que se amplíen las posibilidades. Nosotros tratamos de que esto suceda en nuestro país, pero no hay demasiados lugares donde mostrarse, donde la gente joven pueda hacer conocer sus grupos, que existen. Es raro, parece que hay que hacer treinta horas de vuelo para poder mostrarse”.

“Hay que pensarlo desde nuestro país”, reflexionó el músico. “En la juventud entró el tango porque vino de rebote desde afuera. Hace 15 años los jóvenes no querían ni escuchar siquiera la palabra tango. Ahora es una moda, es furor, está por todos lados.” Y apuntó: “Lo que pasa con el tango ya no es extraño, la magia que tiene este género ha superado las expectativas de cualquier músico. Es como que todo el mundo está queriendo escuchar, bailar y también cantar tango”.