Mié 13.11.2013
espectaculos

MUSICA › FLORENCIA BERNALES MUESTRA POR LA HUELLA EN CAFé VINILO

En la búsqueda de las raíces

“Sin poses ni estridencias, ni recursos ajenos al arte, ella florece en el canto”: así es como presenta Juan Falú a esta vocalista que suma a su voz una búsqueda para sacar a relucir joyitas perdidas. Tras Ruta 9, en su segundo disco se enfocó en la canción criolla.

› Por Karina Micheletto

Corren buenos tiempos para la música argentina, con una cantidad de nuevos artistas que asumen el riesgo de mostrar su propia voz, su modo único de decir y plantarse en el mundo. Entre lo mejor de este fértil panorama actual, Florencia Bernales es una de las intérpretes argentinas a las que hay que prestar atención. Lo es por la manera en que canta, con una voz que alcanza en forma justa cada expresión y cada sentimiento. Lo es, también, por el trabajo de búsqueda que sustenta su repertorio, en este caso, enfocado en la canción criolla, capaz de rastrear entre lo menos conocido de grandes autores y de sacar a relucir joyitas perdidas. Lo es, finalmente, por poner esa voz y esa búsqueda en primer plano, sin atajos ni artificios. Bello en su despojo, el nuevo, exquisito segundo disco de Bernales, Por la huella, forma parte de las mejores ediciones del año. Lo presenta hoy a las 21 en Café Vinilo (Gorriti 3780), también el próximo martes 19 de noviembre a las 21 en el Teatro Municipal de Lomas de Zamora (Manuel Castro 262, con entrada gratuita), y los viernes 22 y 29 de noviembre en Dain Usina Cultural (Nicaragua 4899).

“Podría hilvanar elogios sobre su voz, su timbre, su registro, pero sería un ejercicio vano. Ya se sabe la excelencia de esas herramientas. Prefiero hablar de su interpretación, siempre cabal. De esa sobriedad gardeliana que deja al desnudo el arte de la canción, y que lamentablemente suele menospreciarse por los inútiles intentos de sustituir sobriedad por histeria. Sin poses ni estridencias, ni recursos ajenos al arte, Florencia Bernales florece en el canto”, la ha alabado Juan Falú. Ese “florecer”, que es sobrio, y a la vez capaz de abrir paisajes enteros, es justamente el núcleo de la belleza de Por la huella, que cuenta con la participación de invitados como Hilda Herrera, Jaime Torres, Lilián Saba, Lucho González, Ramiro Gallo, Bartolomé Palermo, Hernán Lucero y el mismo Falú. Y que, como marca especialmente Bernales, fue grabado casi enteramente con “el portugués” Jorge Da Silva y Osvel Costa: “Al igual que los maestros invitados, ellos tienen mucho que ver con el sonido que tiene el disco. Es increíble lo que han vivido y grabado, y fue muy enriquecedor todo lo que charlábamos en las sesiones de grabación y edición”, destaca la cantante.

Con clásicos e inéditos de Discépolo, Andrés Chazarreta, Homero Manzi, Lucio Demare, los hermanos Expósito, los Núñez, Arsenio Aguirre, Raúl González Tuñón, Chivo Valladares, autores contemporáneos como Hilda Herrera, Juan Falú, Jaime Torres y otros más nuevos como Matías Mauricio y Andrés Pilar, el repertorio rastrea los límites y cruces entre el tango y el folklore, con temas del universo del folklore hechos por autores “de tango” –como “Noche de Abril”, un aire de zamba de Discépolo– y viceversa. “No siento que el tango sea algo escindido de lo que se llama folklore y una muestra contundente es que en los autores tangueros existen composiciones folklóricas bellísimas. Además, no hago otra cosa que retomar el camino que hicieron Gardel, Nelly Omar y tantísimos otros cantores nacionales”, explica Bernales en diálogo con Página/12.

–¿Y cómo fue encontrando ese repertorio?

–Algunos temas los encontré buscando en libros de partituras, como “Calún Gangué”, una negrada de Homero Manzi y Lucio Demare, que no está editada. La leí con el piano y me gustó mucho, y más aún la quise grabar al ver que estaba inédita, salvo por una versión en la película Pampa bárbara. Otros, como “Los guitarreros de Catuna”, los conocí a través de Andrés Pilar, pianista, arreglador y compositor a quien admiro mucho. Conocía una versión al piano de Andrés, esa música de Hilda Herrera, y me atrajo más al leer el bellísimo poema de Raúl González Tuñón. Elegí obras poco difundidas de autores que me gustan mucho, como Polo Giménez y Chivo Valladares. Juan Falú también me pasa temas que él recuerda, como la vidala de Eduardo Falú y Valladares “Ay, mi amor” o “Imposible”, uno de los temas más bellos que he cantado.

–En su disco anterior el repertorio era latinoamericano. ¿Por qué decidió hacer foco ahora en la canción criolla?

–Hice Ruta 9, el disco anterior, en medio del proceso de volver a vivir en la Argentina luego de diez años en Europa, y había viajado mucho por Latinoamérica antes de volver. Un año antes de mi regreso, conocí a Bartolomé Palermo, con él grabé diez temas, de los cuales incluí dos en este disco. También conocí a Juan Falú, de quien en estos años he aprendido muchísimo, y es además un autor al que canto bastante, me llegan hondo sus canciones. Así que, de algún modo, en Por la huella están dos de los referentes más importantes al volver: Palermo en el tango y Falú en el folklore. Es también una búsqueda de raíces y pertenencia que me atraviesa desde que dejé el Perú a los 7 años para venir acá. Sin duda, en el tango es donde me siento más cómoda con el “decir”, porque mi acento porteño es el acento del tango. Considero al tango como el folklore urbano de Buenos Aires, así que la suma del género a una selección de autores y ritmos argentinos, me parece natural. Finalmente, sin proponérmelo muy conscientemente, terminé eligiendo varios temas que hablan de viajes, de desarraigos, de pertenencias, ausencias y nostalgias. Por eso el título del disco es una continuación de Ruta 9: de algún modo el tema principal de mi repertorio siguen siendo los caminos, con su dejar un lugar, llegar a otro, transitar solo o acompañado.

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