Noel Yolis, programadora de contenidos, habla de cinco ejes: cancionistas, compositores, bandas nuevas, bandas consagradas y “pata uruguaya”. Pasado en limpio, implica un cartel que mezcla a Lisandro Aristimuño con Onda Vaga, a Kevin Johansen con Arbolito, a Juana Molina con la Delio Valdez, a la Sonora Marta la Reina con El Kuelgue, y a Agarrate Catalina con Jaime Roos. “En un cierre a todo trapo”, extiende Yolis, sobre la matriz sonora del festival estival Parador Konex, que arrancará hoy y seguirá hasta fines de marzo, lugar en la inmensa Ciudad Cultural Konex –techada y al aire libre– de la calle Sarmiento al 3300, y contenido en los más de setenta shows que, además de los mencionados, tendrá entre otros al dúo Luna Monti-Juan Quintero, el Festipez y los casi anfitriones de La Bomba de Tiempo, que reproducirán su ritual urbano todos los lunes, en el patio que oxigena el lugar.

Además del ciclo de recitales, el Parador incluirá, como en su edición anterior, brazos lúdicos y sorpresivos como el Club 3131, una propuesta multijuego basada en minitorneos de metegol, ping pong y fútbol tenis, que se llevarán a cabo todos los miércoles a las 21, bajo los sonidos del DJ Villa Diamante. Los martes, en tanto, la línea sorpresa correrá por el riel cinéfilo: “Proyecciones fuera de la común” se llama el ciclo de cine que expondrá films nacionales e internacionales, con la presencia de sus creadores incluida y un broche musical. Otro día fijo, al igual que La Bomba de Tiempo los lunes, lo ocupará Dancing Mood, la big band instrumental de Hugo Lobo, cuando –los jueves a partir de las 21– recree standards de jazz y músicas varias de mediados del siglo pasado bajo el mandato del “non stop”.

Para el próximo fin de semana, en el rubro “shows masivos en el patio y festivales”, llegará el turno de Vecina, Familia de Ukeleles, La Descarga y Sonora Marta la Reina (viernes 17); Las Taradas y Kumbia Queers (sábado 18) y Onda Vaga (domingo 19). “Vamos a hacer versiones de clásicos folk, swing, country y boleros de los ’50 y los ’60 con arreglos vocales en nuestra formación acústica en la que el ukelele, esa pequeña guitarra de cuatro cuerdas hawaiana, es protagonista esencial. Nos estimula tocar para un público que creemos será afín con nuestra música, que es alegre y relajada, ideal para un parate en el veranito urbano”, se presenta Matías Martinelli, de Familia de Ukeleles. Entre los recitales programados para el resto de un verano que promete (y cumple) ser salvaje, figuran los orientales Agarrate Catalina y Tabaré Cardozo (sábado 25 de enero y 1º de febrero); la Orquesta Típica Fernández Fierro (viernes 31 de enero); Arbolito (viernes 7 de febrero); el Festipez (sábado 8 de febrero); Juana Molina (sábado 15 de febrero); El Kuelgue (domingos 16 y 23 de febrero); Babel Orkesta (viernes 21 de febrero); Kevin Johansen (sábado 22 de febrero); Festival Local de Arte y Seres Humanos (domingo 2 de marzo) Luna Monti y Juan Quintero (sábado 8 de marzo); Festi Hermoso (domingo 9 de marzo); La Delio Valdez (viernes 14 de marzo); Jaime Roos (sábado 15 de marzo); Pampa Yakuza (viernes 28 de marzo) y Cafundó + 10 Orquesta y Orkesta San Bomba, clausurando el verano y su parador porteño –ya en otoño– el sábado 29 de marzo.

“Disfrutamos mucho los recitales que solemos hacer en este parador al aire libre; de hecho son los preferidos por nuestros hijos, porque los chicos pueden mezclarse en el pogo, mirar de cerca, jugar a la mancha o a la escondida, mientras sus padres se toman un fernet tranquilos. No es fácil, lamentablemente, encontrar lugares en la ciudad que sean inclusivos, que tengan espíritu de club o de lugar popular; los shows nuestros son para escuchar, encontrarse, bailar y divertirse”, refresca el multiinstrumentista y compositor de Arbolito, Agustín Ronconi, sobre el último show antes que la banda que les dio nuevos aires a las músicas del pago entre a grabar su primer DVD. Juan Mojoli, bajista de la banda programada para los dos últimos domingos de febrero (El Kuelgue), anuncia un concierto con invitados, amigos y sorpresas en un ambiente familiar “con toda la intención de levantar el bajón dominguero, bailando en un clima festivo”, dice resumiendo, tal vez, la intención global.