El, charanguista de fuste y ex director nacional de Artes, está abocado casi por completo a la docencia. Desde ese andarivel, ha creado la Orquesta Argentina de Charangos, y apenas se ha corrido un poco al momento de juntarse con un viejo aliado (el guitarrista Raúl Malosetti) y armar toques en dúo, o de meterse en estudios para grabar su próximo disco, a editarse en septiembre. Ella, versátil cantante, continúa mostrando su último disco a la fecha (Un mar de flores) y, a la par, educa su voz para entregarla entera a la música de cámara. Pero él, Rolando Goldman, y ella, Lorena Astudillo, se han tomado un descanso en cada trayectoria con el objeto de unir charango y voz en un concierto que darán, “enyuntaos”, hoy a las 22 en Café Vinilo (Gorriti 3780). “Hace años que nos conocemos, y en realidad, me resulta extraño que no se hubiera dado antes esta posibilidad de hacer música juntos. El respeto y el aprecio son dos valores fundamentales a la hora de coincidir en un escenario, ya que no tenemos compromisos más que con nuestra música, con nuestra manera de encarar nuestro trabajo”, subjetiva Goldman, en la previa de un concierto que también incluirá la guitarra de Marcos Di Paolo y la percusión de José Bale.

“La verdad es que, además de una larga amistad, nos une el propósito de tocar músicas argentinas y latinoamericanas con orquesta de cuerdas. Cuando hay lugar para el otro la verdad es que no hay tensiones. Si tenemos en claro la música en primer lugar todo sucede orgánicamente... eso es lo que pretendemos”, agrega Astudillo, acerca de las coordenadas humanas y estéticas de un encuentro que incluirá, además de piezas de cada quien, temas de grandes duplas de la música de raíz como Leguizamón-Castilla o Falú-Dávalos. “La idea entrelazar nuestros instrumentos, e incluir además temas instrumentales, solistas y compartidos, con una guitarra y una percusión que nos ampara en el viaje”, resalta la cantante, a punto de ingresar a grabar su quinto disco. “De alguna manera –interviene Goldman– lo estético tiene que ver con cierta sonoridad intimista, que buscamos y encontramos en nuestra forma de entender la música, sin estridencias... disfrutando de los sonidos y de los silencios. La sentencia, digamos, es que garantizamos poner todo lo que está a nuestro alcance para compartir y ofrecer las obras de nuestros grandes creadores. Lo demás, claro, lo decidirá el público.”