Como síntoma de renovación, en esta oportunidad el Tango Buenos Aires Festival y Mundial mudó sus voces y sus instrumentos al sur de la ciudad. La Boca fue el barrio elegido para el puntapié inicial, más precisamente el auditorio de la Usina del Arte, sede principal del encuentro. Pero el festival empezó con un clásico: tal como estaba estipulado, a las 20.30, subió al escenario la Osvaldo Berlingieri Orquesta.

Con la participación de Cristian Zárate en piano, Horacio Romo en bandoneón, Pablo Agri en violín y Daniel Falasca en contrabajo, la agrupación abrió la noche con una serie de interpretaciones magistrales, con el soporte de una acústica inmejorable, y bajo la cuidadosa supervisión de Berlingieri, que observaba desde un palco. Tras la ejecución de clásicos como “El choclo” y “El entrerriano”, Agri saludó al maestro y el público lo aplaudió con ganas. Pianista, compositor y director de Orquesta, Osvaldo Berlingieri, de 86 años, forma parte indiscutida de la historia del tango. Integrante de la orquesta de Aníbal Troilo durante 11 años (1957-1968), compartió escenarios con otros colosos del género como Leopoldo Federico y Roberto “Polaco” Goyeneche. Con tan vasta trayectoria, hubiese sido difícil que el músico permaneciera fuera del escenario hasta el final de la actuación; más tarde, escoltado por algunos integrantes de la orquesta, Berlingieri se sentó al piano y, acompañado por Agri, Romo y Falasca, interpretó “A mis viejos” y “Tiempo imaginado”, composiciones de su autoría, para cerrar el bloque con una notable versión del infaltable clásico piazzolliano “Adiós, Nonino”, que el público ovacionó.

El espectáculo, que se extendió un poco más de la cuenta, dio paso a la llegada de la nutrida Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires, que prometía homenajear a Aníbal Troilo en el marco del centenario de su nacimiento. Y cumplió. Provista de vientos, cuerdas y percusión, la multitudinaria orquesta tocó bajo la tutela de tres reconocidos directores. En la primera etapa, con la participación especial de José Colángelo en el piano, Juan Carlos Cuacci dirigió las versiones de los tangos “Orlando Goñi” (en homenaje a quien fuera uno de los pianistas de la orquesta de Troilo); “Para lucirse”; “Recuerdos de bohemia” y “Danzarín”. Más tarde fue el turno de Néstor Marconi, quien dirigió una antología breve de algunas piezas emblemáticas de Pichuco: “Pa’que bailen los muchachos”; y sus homenajes a su amigo y poeta Homero Manzi “Responso” y “A Homero”, este último cantado por Marcelo Tommasi.

El cierre de la apertura del festival organizado por el Ministerio de Cultura porteño estuvo a cargo de Raúl Garello, quien continuó con una selección de tangos que incluyó la participación de Raúl Lavié. El cantante interpretó “Toda mi vida” y “Che Bandoneón”. Debido a percances técnicos, y apoyándose en sus cuerdas vocales, pero también en la acústica perfecta de la sala, Lavié prescindió del micrófono para la segunda interpretación, demostrando por qué es uno de los cantores consagrados del género.

Finalmente, para concluir con una velada que duró poco más de dos horas, la orquesta ejecutó una última compilación que esta vez incluyó una esperada versión instrumental de “Sur”, composición emblema de Troilo, que el auditorio supo reconocer al instante. Fuera del salón, en un hall despejado, y con música de fondo, unas pocas parejas se animaron a ensayar algunos pasos de tango. Aunque modesta, la demostración pareció significar el indicio de que el festival andaba calentando motores.

Así, en una puesta más sobria que la del año anterior, pero con igual exhibición de talento, terminó la primera jornada de muchas otras que se extenderán hasta el martes 26 de agosto. Las principales sedes son la Usina del Arte, el Galpón de La Boca y el Luna Park (donde se llevarán a cabo las finales del Mundial de Baile). Se sumarán también el Museo del Cine, Radio Bar, Teatro de La Ribera, Pista Urbana, la Academia Nacional del Tango y la AMIA. La edición, que este año se divide en ejes temáticos, apuesta a conjugar vanguardia y tradición. “Los clásicos del futuro” es la sección que da pie a esta propuesta e invita a participar a los exponentes de la nueva escena tanguera, en la que se destacan ensambles, orquestas típicas, solistas, coreógrafos, compositores y visitas internacionales. Otra de las novedades estará dada por el estreno de un espacio pensado para quienes gusten gastar los tacos en las milongas: La Milonga del Puerto, que tendrá lugar en el Galpón de La Boca, y donde se desplegará una suerte de “varieté” tanguera que incluirá orquestas milongueras, fiestas electrónicas, galas, exhibiciones de danza, clases magistrales y lecciones introductorias para quienes busquen incursionar en el baile del 2x4. Pero, como no sólo de música se nutre este festival, también habrá cine, encuentros, conferencias y muestras.

Todas las actividades son gratuitas y las entradas se entregan una hora antes de cada función, o por orden de llegada, según el caso, mientras que sólo será necesario reservar con anticipación las entradas para las finales del Mundial de Baile.

El fin de semana largo continúa la maratón tanguera. El auditorio de la Usina del Arte (Pedro de Mendoza 501) estará concurrido. Mañana, sobre ese escenario, Juan Esteban Cuacci y Pablo Agri presentan su CD Sin Red, en dúo de violín y piano, a las 20.30. Luego sonará Astillero, a las 21.15. El domingo, también actuará la Orquesta Típica La Vidú, a las 16, y Marcelo Dellamea, a las 20.30. Por último, el lunes, en el Galpón de La Boca (Caboto 1064), tocará el sexteto femenino Las del Abasto, a las 17, y la Orquesta Color Tango, a las 21. La programación completa puede consultarse en: www.bueno saires.gob.ar/festivales

Informe: Candela Gomes Diez.