El director Riccardo Muti, que abandona el Teatro de la Opera de Roma después de seis años, avivó ayer la polémica en la que está sumido desde hace meses este prestigioso teatro construido en 1879. Muti presentó el domingo su carta de dimisión al director del Teatro de la Opera, Carlos Fuortes, y al alcalde de la capital, Ignazio Marino, un texto que difundió la prensa italiana y en la que explica que no podía seguir desarrollando su trabajo porque “no existen las condiciones necesarias” que le garanticen serenidad. “Por desgracia, a pesar de todos mis esfuerzos para contribuir a vuestra causa, no se dan las condiciones para garantizar la serenidad que necesito para lograr el éxito en las representaciones”, escribió Muti. Con estas palabras, uno de los directores de ópera de mayor reconocimiento a nivel internacional comunicaba su renuncia a dirigir Aida, que se representará el 27 de noviembre, y también Las bodas de Figaro, prevista para mayo. En la misiva, Muti explica que decidió dimitir porque “perduran las polémicas surgidas en los últimos meses”, y añadía que, a partir de ahora, se dedicará “a los jóvenes músicos de la Orquesta Juvenil Luigi Cherubini”, fundada por él en 2004.