MUSICA › VIRGINIA INNOCENTI Y UN NUEVO ESPECTáCULO EN PISTA URBANA
La actriz y poeta buscó un ambiente íntimo que le permite “tener a la gente respirando con uno”. El repertorio ayuda a generar esa sensación, con canciones de Luis Alberto Spinetta, Enrique Cadícamo, Silvio Rodríguez, Lucio Dalla y Gabo Ferro.
› Por Emanuel Respighi
Un momento de encuentro, tanto en la vida como en el escenario. Esa parece ser la definición más ajustada para describir la actualidad de Virginia Innocenti. La actriz y cantante tiene motivos para pensar estos días en términos de hermandad. En lo artístico, cada jueves de octubre (a las 21) se sube al escenario íntimo de Pista Urbana (Chacabuco 874) para celebrar los “primeros” quince años haciendo música junto a Diego Vila, que la acompaña al piano, en un espectáculo en el que repasan parte de los trabajos disfrutados de a dos, con un repertorio en el que el público participa activamente. En lo personal, Innocenti parece haberse abrazado sin ruborizarse a la idea de “artista” para referirse a lo que es y quiere ser. “Empecé a animarme a decirlo cuando el título me lo empezaron a poner los otros. Sentirme par de gente que admiro mucho es algo que me habilitaron esas mismas personas que admiro. Me están convenciendo y yo me estoy dejando convencer a fuerza de insistir”, reconoce en la entrevista de Página/12.
Cosechando lo que sembró a lo largo de una carrera que para el gran público se compone de la actuación, pero entrecruzada en todo momento con el de la cantante y la poeta, Innocenti encara este nuevo espectáculo musical bajo la idea de “celebrar”. Acompañada únicamente por el piano de Vila, la cantante interpreta canciones de los espectáculos Habrá, Dijeron de mí y En la sangre: sueños de agua y desembarco, más algunas novedades. El ecléctico repertorio, además, incluye versiones propias de Luis Alberto Spinetta, Enrique Cadícamo, Silvio Rodríguez, Lucio Dalla y Gabo Ferro, con la particularidad de que es el público el que elige el devenir del espectáculo,
“La idea fue elegir un puñado de canciones que hoy tengo ganas de cantar. Siempre estoy muy atenta a mi momento anímico. Como el espacio lo permite, porque Pista Urbana es un lugar precioso, que te da la posibilidad de estar cerca de la gente, armamos un espectáculo íntimo. Hacía mucho tiempo que venía presentándome en obras teatrales musicales, en escenarios más grandes. Acá tengo la posibilidad de ponerme a cantar con una copa de vino en mano, como si estuviera en el living de una hermosa casa. Extrañaba tener a la gente respirando con uno”, subraya Innocenti, que acaba de recibir en Italia el premio Porto Venere Donna, por su trayectoria en el mundo de las artes.
–¿Por qué tiene la necesidad de estar cara a cara con la gente? ¿Es un deseo artístico o personal?
–Se mezclan ambas necesidades. Trato de perseguir el deseo, en la medida que pueda. No puedo escindir a la persona de la artista. Para bien o para mal, siempre voy conmigo a todas partes. Tenía muchas ganas de cantar relajadamente, sin el peso de la estructura y el cuento. Como los espectáculos de teatro musical que venía haciendo son más conceptuales y se cuenta un cuento, acá la excusa es compartir y cantar. De hecho, el espectáculo arranca con tres temas y después le presento al público un pizarrón con una lista de temas preparados para que el devenir del show se vaya armando entre todos. Le pido a la gente que me vaya sugiriendo con qué tema seguimos, en una construcción colectiva que cambia en cada presentación. Y también presento poemas míos, que fueron parte de Heme aquí, Dijeron de mí y nuevos. Las canciones que seleccioné son temas que tienen una gran belleza poética. Estoy con mucha necesidad de estar más cerca de la poesía. Si bien nunca me alejé, es una necesidad cada vez más grande. El otro día Gabo Ferro presentó su cancionero en el Fondo Nacional de las Artes y estuve leyendo algún poema, y también lo hice en el homenaje a Spinetta que le hicimos en Tecnópolis. Es un año fuerte en el que me estoy reencontrando con la pulsación poética que invade mi interior. Estoy deseosa de cantar y decir poesía.
–¿Qué se propone cuando se sube a un escenario? ¿Las necesidades expresivas son las mismas cuando se trata de actuar que de cantar?
–No. El motor siempre es comunicar algo, conmover, ponerle el cuerpo y la voz a algo que uno no sabe bien dónde está, pero viene de otro lado, pasa por uno y llega al público. En ese sentido, cada artista es un poco “médium”, de encarnar algo que conmueva. Lo que busco, necesito y quiero cada vez que subo a un escenario es vibrar en buena sintonía con los otros. Es una de mis maneras de recibir y dar amor. Cuando cantás, eso sucede de manera muy directa. No hay máscaras, uno está en carne viva, con el alma al plato. Cuando actúas, si bien uno busca reproducir una verdad, estás siendo parte de una totalidad en la que el resultado no depende tan directamente de lo que uno emane. Uno forma parte de un cuento, tiene que crear un personaje... Cuando canto no hay un personaje, soy yo en el estado más puro que pueda.
–¿Se siente más cantante que actriz, entonces?
–El canto me acerca más a la poesía. No hace mucho me empecé a animar a decir que soy una artista y hace un poquito que me estoy animando a decir que también soy una poeta. Trato de vivir creando metáforas, de abordar todo lo que hago con una mirada poética. Es lo que a mí me ayuda a vivir: estar atenta a lo sensible, a la belleza, a lo más valioso y esencial de la vida.
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