Un día como hoy, pero de un año con ruido feo (1977) se instituyó el Día Nacional del Tango. El motivo había sido la fecha exacta del nacimiento de dos grandes del género (Carlos Gardel y Julio De Caro) y el objeto, destacar la centralidad del tango en la cultura argentina. No hacía falta, claro, pero mal no vino. Proporcionó marco, rémora y excusa para que cada fin de año la comunidad tanguera argentina se reúna bajo un mismo fin y actúe en consecuencia. En esta ocasión, por impulso y apoyo de diversos actores, ideológicamente disímiles en ciertos casos: el Ministerio de Cultura de la Nación, el Centro Cultural Torquato Tasso y el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Tres paradas, entonces. Tres enfoques. Tres propuestas distintas, pero “aunadas” bajo un mismo fin: revalidar –por si hiciera falta– el papel central del dos por cuatro en la cultura argentina. “El tango siempre fue un lugar de expresión nacional y popular”, arranca Daniel Fratantoni, coordinador general de Tango de mis amores –la propuesta de Cultura Nación– y marca el terreno.

Introduce a la impronta de la primera parada. “Este día es muy importante como valor nacional, porque el tango siempre reflejó lo que pasaba en la sociedad, y en la actualidad, por más que no cuenta con los medios masivos que supo coronarlo, sigue siendo un canal de expresión muy vivo, con orquestas jóvenes, bailarines, milongas que crecen tanto en la Capital como en el interior, nuevamente bajo un gobierno nacional y popular”, desarrolla Fratantoni, sobre la matriz ideológica que envuelve Tango de mis amores, la iniciativa del ministerio a cargo de Teresa Parodi y que hoy, puntualmente, activará por dos: a partir de las 19 en el Palais de Glace (Posadas 1725), donde las presentaciones del Sexteto Mayor, Dema y su Orquesta Petitera y la Orquesta Rascacielos serán la continuidad musical de una muestra de objetos originales de Gardel. Y a partir de las 20.30, en el Teatro Coliseo (Marcelo T. de Alvear 1125), donde sucederá el concierto Grandes compositores, grandes directores, a cargo de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, dirigida por Atilio Stampone y Oscar De Elía, y abrillantada por las presencias de Raúl Garello, Osvaldo Piro, Néstor Marconi, José Colángelo, Walter Ríos, Fabián Bertero, Sonia Possetti y Diego Schissi.

“Es muy raro participar en calidad de compositor y director, algo de verdad sorprendente. Me llena de alegría e inquietud formar parte de una celebración del tango tan especial. Quiero decir ¿por qué incluirme a mí, sin pergaminos... que la ‘pilcha’ del género me queda grande? A la vez, celebro la amplitud de criterio de este evento donde los grandes maestros se mezclan con los que nos queda mucho por recorrer, anteponiendo algo que sin duda nos une a todos los que participamos: el más genuino y profundo amor a la música”, dice Schissi, que interpretará su obra “Porfiados”, especialmente arreglada para la Filiberto. El repertorio total de la orquesta, en tanto, abarcará “Che Buenos Aires”, por Garello; “A la distancia”, por Piro y Passarelli; “Moda tango”, de y por Marconi; “Todos los sueños”, por Colángelo, y “Bullanguera”, por Possetti, entre otras. “Es importante esta movida en la que se mezclan artistas consagrados y destacados de distintas generaciones, que representan los diversos estilos y expresiones que conviven en el tango hoy. En el caso del Sexteto Mayor sigue precisamente el modelo de composición del original sexteto que De Caro, uno de los cumpleañeros, fundó en 1924: dos bandoneones, dos violines, contrabajo y piano”, sostiene Juan José Libertella, director del Sexteto Mayor que, dicho está, animará la jornada en el Palais de Glace, junto a Dema y su Orquesta Petitera y la Orquesta Rascacielos.

“Somos una orquesta que, como otras, trata de recuperar el espíritu de las milongas, el baile y los músicos unidos en una fiesta popular”, se anuncia Limón García, cantante de la Rascacielos, que estará subiendo a escena hacia la medianoche. “Yo creo que es necesario recuperar las raíces para saber hacia dónde queremos ir. El tango es parte de nuestra cultura y es obligación de los músicos de estas generaciones hacerse cargo de él y que éste se desarrolle con un idioma actual. Somos músicos de tango de esta época y tenemos que interpretarlos en esta época. Son necesarios los autores nuevos y perder el miedo a las comparaciones con los grandes maestros como lo hicieron ellos en su momento”, desarrolla Limón, otro partícipe de Tango de mis amores, que comenzó el 7 de diciembre y proseguirá (con entrada libre y gratuita) hoy, mañana y el sábado 20 de diciembre a través de milongas, orquestas en vivo, clases magistrales, exhibiciones de baile, un recital de poesía, muestras y cortometrajes tangueros (ver recuadro).

La parada dos de los festejos, dicho está, será el Centro Cultural Torquato Tasso (Defensa 1525) donde, desde el segundo día del mes, se está desarrollando la décima edición de su festival anual. Y donde hoy, puntualmente, se presentarán la Orquesta Típica El Arranque y Lidia Borda. “En realidad, los festejos relativos al ‘Día de...’ no me movilizan demasiado per se. No les encuentro demasiado sentido. Y lo que me pasa con el Día del Tango es parecido. Pero también es cierto que cuando se menciona a De Caro o a Gardel, eso lleva a la evocación de esos ‘próceres’ del género. Uno los trae indefectiblemente a la cabeza nuevamente y con ellos a tantos otros referentes indiscutidos del tango y sus obras. En lo puntual del Tasso, estaremos recorriendo con el cuarteto temas de nuestro repertorio que, aunque actualmente no es únicamente tanguero, yo siento absolutamente homogéneo y propio”, se sincera Borda, que compartirá algunas canciones con El Arranque. “Va a ser un reencuentro emotivo”, sostiene la cantante. “Sí, si todo sale bien vamos a hacer algunos temas con ella, con quien grabamos Tal vez será su voz, en 2003. Será un reencuentro esperado por todo el grupo”, coincide Ignacio Varchausky, director de El Arranque, que acaba de llegar de una gira por Holanda y Bélgica, donde recorrieron parte del repertorio del disco que grabaron junto a Leopoldo Federico. “La idea del concierto en el Tasso es celebrar el fin de año tocando éste y otro material como una breve retrospectiva de la historia del grupo y a la vez adelantar temas del próximo disco.”

Respecto del Día del Tango, Varchausky también tiene una mirada ambigua. “Me pasa que a través de los años voy cambiando la mirada sobre esta celebración: a veces me parece caprichosa e impostada y otras veces me parece oportuna y necesaria. Que dos genios infinitos como Gardel y De Caro hayan nacido el mismo día es una linda coincidencia, aunque también podríamos celebrarlo el 14 de mayo, que fue el nacimiento del gran Alfredo Gobbi. Ahora, si esta fecha genera interés, si genera movimiento, conciertos y atención del público, yo lo festejo con toda la alegría. Cualquier excusa es buena para celebrar la increíble belleza y diversidad del tango.” Camilo Ferrero, bandoneonista de El Arranque, refuerza: “En mi caso, creo que en medio de tanta banalidad en la que uno se ve inmerso y bombardeado día a día, estás fechas son buenas ocasiones para desviar la mirada y tomar un poco de conciencia de las cosas buenas que tenemos, de este bagaje cultural que revive y se recicla constantemente aun cuando muchos lo daban por muerto”.

La parada tres, en tanto, será en el Espacio Cultural Julián Centeya (San Juan 3255), donde llegará a su fin la XXII edición del certamen de tango Hugo del Carril, organizado desde 1989 por la Dirección General de Música del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Desde las 20, competirán los finalistas de canto femenino y masculino, baile salón y fantasía y conjuntos instrumentales. Y al finalizar el evento se anunciarán los ganadores de las diversas categorías, un premio que, en sus varias ediciones, ha consagrado a artistas como Javier “Cardenal” Domínguez, Noelia Moncada, Hernán Castiello, Natalia Lopópolo y Hernán Genovese, entre otros.