Sáb 10.01.2015
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MUSICA › JEFF TWEEDY, LIDER DE WILCO, GRABO SUKIERAE JUNTO A SU HIJO

La música, asunto de familia

El cantante, compositor y factotum de la banda de Chicago pensó en hacer algunas canciones como solista, pero terminó formando Tweedy con Spencer, su hijo de 18 años, que toca la batería. Wilco, mientras tanto, celebró sus veinte años con dos recopilaciones.

› Por Gillian Orr *

Al llegar a la entrevista con Jeff Tweedy en su habitación de hotel en Londres, el cantante de Wilco, de 47 años, bromea con la cronista: “El último periodista me regaló un anillo, así que te va a costar estar a esa altura”, dice con una sonrisa canchera. “Pero no te preocupes, hay un shopping acá enfrente por si tenés que hacerte una escapada y traernos algo”, se mete Spencer, el hijo de 18 años de Tweedy. Hacen una buena dupla, estos dos. Y la suya es una relación fluida: bromean juntos, se acicatean. El sentido de orgullo mutuo es obvio.

Pero ante todo habría que explicar por qué Jeff, quien lidera una de las bandas norteamericanas de rock alternativo más exitosas de los últimos tiempos –y cuyas obras a menudo llevan a las lágrimas a hombres adultos–, está en Londres acompañado por su hijo. Aunque la entrevista se pautó para hablar sobre el vigésimo aniversario de Wilco, la dupla está en la ciudad para tocar como Tweedy, un proyecto paralelo de Jeff. Cuando Wilco descansó durante el año pasado, el cantante decidió que era buen momento para un disco solista. “Pensé que iba a ser yo solo en el estudio, tocando todos los instrumentos”, imaginó. Finalmente, como había usado a Spencer como baterista en el disco de Mavis Staples que estaba produciendo, volvió a reclutar a su hijo (“era torcer levemente las reglas”). Su álbum en conjunto, Sukierae (llamado así por el sobrenombre de la esposa de Jeff y madre de Spencer), fue publicado en septiembre, y ahora el cantante se refiere orgullosamente a él como “una colaboración”.

Los últimos tiempos han sido muy laboriosos para el frontman de Wilco. No sólo salió de gira con su hijo, sino que se estableció durante seis noches en el Riviera Theatre de Chicago para celebrar las dos décadas de su banda. Alpha Mike Foxtrot es una caja con cuatro discos de rarezas, grabaciones en vivo y demos, mientras que What’s Your 20? incluye temas favoritos de los fans como “I Am Trying to Break Your Heart” y “How to Fight Loneliness”. ¿Habrá imaginado Jeff publicar colecciones de este tipo cuando empezó con la banda hace tantos años? “Como músico y compositor que ha escrito mucho material, creo que incluso desde muy al principio soñaba despierto con box sets”, se ríe.

Desde que Wilco se formó en Chicago en 1994, durante el curso de ocho álbumes ha evolucionado desde un grupo de alt-country puro hasta una banda que ha experimentado repetidamente con el folk y el art rock. Como cualquier conjunto que pase la edad de votar, no le han faltado problemas. La muerte del ex guitarrista Jay Bennett, por ejemplo, con quien Jeff había tenido una relación complicada, por decir algo leve. Y alcohol, pastillas y peleas aparecen en su colorido pasado. Pero también la consagración. Yankee Hotel Foxtrot (2002) es considerado un clásico moderno y A Ghost is Born (2004) ganó dos Grammy, incluido el de mejor álbum de música alternativa. Pero más allá de las ventas y las críticas, son sus leales seguidores quienes invierten en la banda con una obsesión casi de secta, lo que distingue a Wilco de otros grupos.

Ambos compilados nuevos fueron supervisados por el productor Chery Pawelski, mientras que Jeff daba un paso atrás en esa tarea. “No hubiera sido el ideal para hacerlas y no debería haber sido el que las hiciera”, argumenta. “Especialmente con el ‘Best of’, o como se lo quiera llamar. Hubiera sido la peor persona en el mundo para elegir eso. De hecho, si hiciera una lista de las canciones que yo considero mejores, la mayoría de la gente se quedaría dormida a la mitad. Siempre estoy más orgulloso de los temas más sombríos.”

Los Tweedy han tenido bastantes motivos por los que sentirse así en tiempos recientes. No sólo el hermano mayor de Jeff, Greg, falleció en 2013, sino que, a principios de 2014, a su esposa Susan le diagnosticaron cáncer. Así y todo, Sukierae, una meditación sobre la miríada de clases de amor, es un asunto muy vivaz. “Fue un tiempo muy atemorizante y definitivamente había mucha ansiedad tipo ‘la vida y la muerte’ involucrada”, dice Jeff. “Pero el aspecto positivo es que enfoca la mente en cosas bellas que tenés para compartir en tu vida.” Después de ser tratada con quimioterapia, Susan entró en remisión y la familia está esperanzada. “Estamos yendo para adelante. No tenemos certeza de cómo van a desarrollarse los temas de salud, pero mientras tanto hay mucho por lo que estar felices. Espero que el disco dé esa impresión.”

La familia, que incluye al hermano menor de Spencer, Sammy, aparece como una unidad sólida. Spencer, que no es muy distinto a los dulces y precozmente inteligentes personajes que uno imaginaría interpretados por Michael Cera, pospuso la universidad por un año para tocar con su padre. Ha tocado la batería desde que tenía dos años y tiene su propia banda, The Blisters. “En realidad, no necesité que ellos me incentivaran a tocar”, dice Spencer. “Pero mi mamá es muy pragmática y me dijo durante toda mi vida que es inteligente trabajar en otras cosas porque es realmente muy difícil ganar dinero con la música.”

Aun así, había muy pocas dudas sobre que Spencer fuera a meterse en el negocio familiar. Ellos pintan un cuadro de un hogar repleto de música, con padre e hijo consumiendo discos vorazmente. Y se recomiendan cosas todo el tiempo. Recientemente, Spencer le pasó Clipping y Mac DeMarco a su padre, mientras que Jeff lo introdujo en Relatively Clean Rivers y T Rex. “¡Pero con cosas como T Rex es simplemente responsabilidad como padre!”, clama Jeff, gesticulando salvajemente.

La dupla discute sobre cómo la industria ha cambiado durante los últimos veinte años, desde el comienzo de Wilco. Ambos están de acuerdo en que las oportunidades que brinda Internet sobrepasan a las ganancias financieras disminuidas (de hecho, Wilco fue pionero con lo de entregar música gratis cuando puso en streaming Yankee Hotel Foxtrot después de pelearse con su sello). “Ellos no tienen la misma ansiedad por ser escuchados que creo que tenía la gente de mi generación”, sugiere Jeff.

Mientras, el cantante ha llegado a un lugar de seguridad en su carrera. Pese a los numerosos cambios durante estos años, la formación de Wilco no ha mutado durante la última década, algo que él atribuye a que los miembros se cansaron de los típicos obstáculos que implican formar parte de una banda. Jeff insiste en que no es coincidencia que también su salud haya mejorado mucho hace diez años (sufrió ataques de ansiedad y luchó con los calmantes). Aun así, desecha la idea de que la banda haya asegurado su legado. Todavía tiene mucho por lograr.

“No siento que debamos bajar la apuesta. Quiero hacer un disco que sea universalmente aceptado como lo más grande que haya sucedido en la historia de la música”, dice Jeff socarronamente, antes de largar la carcajada. Y Spencer asimila cada palabra antes de unirse en la risa.

* The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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