MUSICA › HUGO FATTORUSO Y LAURA CANOURA PRESENTAN EN BUENOS AIRES LOCAS PASIONES
Mañana y los restantes jueves de febrero, los uruguayos actualizarán el show que crearon en Montevideo veinte años atrás.
› Por Santiago Giordano
Las canciones suelen ser contenedores infalibles de afectos, instituciones capaces de atravesar tiempos y espacios con tanto de impunidad sentimental como de pudores inconfesables. En esos territorios que pertenecen, sobre todo, a la cotidianidad musical y poética de cada uno, en los que música y vida, locura y pasión, se funden y confunden, Laura Canoura y Hugo Fattoruso, cada uno a su manera, han sabido fundar lugares perdurables. Hubo entre ellos un encuentro, que dio origen a Locas pasiones, un espectáculo que marcó un momento de la música uruguaya y que enseguida se hizo disco para quedar en la memoria de muchos. Mañana y los restantes jueves de febrero, los uruguayos actualizarán aquel encuentro en una nueva versión de Locas pasiones. Será en el Centro Cultural Torquato Tasso (Defensa 1575), siempre a las 21.
Fue hace más de 20 años que la cantante y el pianista se encontraron en este espectáculo de canciones. Canciones esenciales y extremas: voz y piano, alrededor de un repertorio de tangos y boleros. La fórmula, que hoy podría resultar corriente, por entonces presentaba una importante dosis de riesgo. “La verdad es que fue una idea muy osada”, asegura Hugo Fattoruso en diálogo con Página/12. “Fue un golpe de genio de Laura que nos ponía en un gran compromiso como músicos, frente a canciones muy queridas por todos. Imagínese, los dos solitos sobre un gran escenario defendiendo ese repertorio conocido por todos. Había que lograr ser intimistas y al mismo tiempo intensos”, describe.
El encuentro se produjo en 1994, sobre la base de la unión entre dos intérpretes por sobre la costumbre de la cantante acompañada por el pianista. “Fue como un capricho de la chiquilina que entonces era –interviene Canoura–. Por aquellos años tenía una banda muy numerosa, con la que intentaba comenzar mi carrera como solista; sin embargo, apareció esta idea de hacer algo a menor escala, más directo y menos aparatoso. Y entonces, como nena caprichosa, me fui al otro extremo y pensé un espectáculo pequeño, pero junto a un gigante como Hugo y en la sala más importante de Montevideo, que era y es el Teatro Solís. Así fue que me animé y lo llamé a Hugo, a quien conocía sólo de verlo tocar. Tardé varias horas en explicarle lo que quería, entre mate y mate, porque no me animaba a decírselo directamente.”
“Ella me decía que quería hacer un espectáculo conmigo y yo le preguntaba: ‘¿Y con quien más?’”, se ríe Fattoruso. “Cuando le dije que no pensaba en nadie más, me dijo: ‘Estás loca’”, agrega Canoura y remata: “La inconciencia de ese momento se combinó con la suerte de estar rodeada por gente sensata que me ayudó a darle forma al proyecto”. Así nació Locas pasiones, que tuvo una continuidad cercana en el tiempo: el año pasado, la cantante y el pianista se reencontraron en el Teatro Solís de Montevideo para celebrar los 20 años de aquella empresa cancionera, que ahora llega, por primera vez, a Buenos aires.
“En estos 20 años pasaron muchas cosas, en nosotros, en la música y también en el público –reflexiona Canoura–. Tanto para Hugo como para mí pasaron muchos escenarios, espectáculos y discos, pero el espíritu de aquel encuentro está intacto. Para mí fue muy significativo hacer Locas pasiones con Hugo, porque fue la primera vez que enfrentaba un público multitudinario”, recuerda.
–¿Cómo nació la idea de volver a Locas pasiones?
Hugo Fattoruso: –Como sucedió al principio de todo esto, Laura me volvió a llamar para proponérmelo. Yo que ando a los tumbos con los proyectos que tengo, nunca me había pasado por la cabeza volver a hacer el espectáculo. Pero apenas me lo propuso, me encantó la idea. Esta botija tiene un motor impresionante.
Laura Canoura: –En estos años que pasaron, cada vez que nos encontrábamos con Hugo decíamos que teníamos que hacer algo con aquel recuerdo, pero la vida nos iba llevando por caminos diferentes. Hasta que el año pasado pensé que los 20 años eran una buena excusa para reencontrarnos y así volví a insistir, porque si no lo hacíamos en ese momento, ¡quién sabe si lo volveríamos a hacer! Además estaba la posibilidad de volver al querido Teatro Solís, que se reinauguró hace unos años y es un teatro maravilloso.
–¿Qué se mantiene y qué cambia en esta versión del espectáculo?
H. F.: –La idea y el diseño del espectáculo, que son de Laura, son los de siempre. Cambian por supuesto algunas cosas, porque tampoco nosotros somos los mismos de hace 20 años.
L. C.: –Desde el principio ambos estábamos de acuerdo en repetir el espectáculo del ’94, que además ya está en un disco. En realidad nos entusiasmaba la idea de reflejar de alguna manera lo que nos pasó en estos 20 años, en los que corrió mucha agua bajo el puente. Sin ir más lejos, hace 20 años yo comenzaba mi carrera y por entonces cantar al lado de un músico que ya era una figura fundamental significaba un peso extra. Hoy creo que me siento liberada de esa presión y eso se manifiesta en mi manera de cantar.
H. F.: –Laura canta de una manera que siempre logra sorprender. Para mí, tocar con ella es como bailar: le voy siguiendo los pasos, pero por ahí también la zamarreo un poquito (risas).
Un bolero de Manzanero, un tango de Manzi y una canción de Chico Buarque, entre otras cosas, son algunas de las piezas que van diseñando el mosaico sentimental de Locas pasiones. “Desde el principio tuve una idea clara sobre qué debía estar en el repertorio: canciones extremas y pasionales”, asegura Canoura. “Yo propuse un bolero que se llama ‘Tengo’ –dice Fa-ttoruso–, que cantaba Horacio Molina, uno de mis héroes musicales. ¡Uy!, lo recuerdo y se me está poniendo la piel de gallina. También hay milongas con un poco de humor, y una versión de ‘Contigo en la distancia’ combinada con ‘El día que me quieras’, que es una idea de Laura que quedó muy bien.”
De aquella primera edición de Locas pasiones quedó además una continua colaboración creativa. “En estos 20 años, entre otras cosas, comenzamos a componer juntos, cosa que al principio no sucedía –dice Canoura–. Y parte de esas colaboraciones está en el espectáculo.”
–¿Cómo fue el germen de aquel trabajo compositivo conjunto?
L. C.: –Empezamos a componer juntos en un momento en que no existían Internet ni las redes sociales, ni nada que se le parezca. Yo escribía letras que le mandaba por fax a Estados Unidos, donde Hugo estaba viviendo, y él me mandaba la canción ya compuesta por correo. Me acuerdo de que me iba hasta el correo a buscar el casete que había llegado, me lo ponía en el walkman y volvía por la 18 de Julio escuchando la nueva canción. Estas canciones que nunca hicimos juntos, que algunas están en discos míos y otras en sus discos, ahora son parte de Locas pasiones.
H. F.: –También incluiremos “La pena nueva”, un tema muy reciente, que al fin pudimos componer por Internet y no por correo (risas).
–¿La inclusión de temas propios le da una marca más personal, más uruguaya, al espectáculo?
L. C.: –Lo que compusimos juntos con Hugo es muy uruguayo, o por lo menos a mí me suena así. Yo tengo una manera muy uruguaya de decir y Hugo es más universal, compone con una cabeza y un sentimiento muy cosmopolitas. Pero creo que ambos estamos pasando por un momento, digamos, “telúrico” y nos dejamos abrazar por eso.
H. F.: –Diría que son canciones más regionales, como un vals o un aire de zamba. Yo no me doy cuenta si tienen un toque uruguayo o no. Tal vez otro de afuera se podría dar cuenta, yo no. Siento que tienen cierto acento, claro, pero ojo que los géneros uruguayos son la murga y el candombe, eso es lo que nos identifica en el planeta. Acá de eso hay poco: una versión de “Colombina”, de Jaime Ross, pero no mucho más. Se trata más bien de canciones de amor universal, y en este caso es ésa la pasión que me transporta.
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