Hace una semana se supo que Pedro Pablo García Caffi dejaba la dirección del Teatro Colón y que quien asumiría esa función sería Darío Lopérfido, el actual director del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA). Ahora, pocas horas antes de asumir, el funcionario adelantó a Página/12 algunas de las primeras acciones que pondrá en práctica. Aun cuando remarcó que habló con el director anterior, que contó con su apoyo y que lo que prima es la continuidad, los cambios de rumbo saltan a la vista. El primero de ellos es la decisión de no contratar a la controvertida Katharina Wagner para la puesta de Parsifal, de Richard Wagner, tal como había sido programado por García Caffi. Y, no menos importante, pedirle a Marcelo Lombardero que se hiciera cargo de esa puesta, reemplazando también al director musical, con Alejo Pérez en lugar de Roberto Paternostro.

“Cuando comencé a conversar con distintas personas, a partir del momento en que acepté el ofrecimiento de dirigir el Colón, percibí un malestar con respecto a este Parsifal”, explica Lopérfido. “No caía bien en la prensa, ni en el público, ni en el teatro, porque ella había dejado el Colón abandonado y habló mal del personal. Artísticamente yo quería algo contundente y que me representara. Es un título que hace mucho que no se hace y yo fui muy admirador de lo que Lombardero y Pérez hicieron juntos en el Argentino de La Plata. Me parecía que simbólicamente era una apuesta relevante. Que tenían el perfil ideal. Hablé con Marcelo, largamente. Le dije que lo pensara. Y al día siguiente me contestó que le interesaba. Hablamos luego con Alejo, que está en Francia. Tuvimos conversaciones interesantísimas. Y ellos estuvieron de acuerdo en que ésta era una manera de mostrar una mirada, una toma de posición estética y generacional.”

Más allá de que asegura aún no haber tomado pleno conocimiento de mucho de lo que el Colón involucra, Lopérfido habló de varios proyectos que implican diferencias significativas con lo que el Colón venía haciendo –o dejando de hacer– en los últimos años. “La semana que viene lanzaremos un nuevo abono, que va a incluir títulos de toda la temporada”, dice. “No es un abono de ópera o de ballet o sinfónico sino que incluye un título de ballet, el concierto con música de Grisey del ciclo Colón Contemporáneo, el concierto de Wynton Marsalis con la orquesta del Lincoln Center, Parsifal y la elección entre tres obras diferentes del CETC. Habrá un descuento del 40 por ciento para menores de 35. La idea es que un público más joven, que por ahí va al CETC o al Colón Contemporáneo, tenga también la posibilidad de ver espectáculos que de otra manera no vería. Y que esto sea accesible económicamente. También pensamos hacer cosas con el FIBA y con el Festival de Cine Independiente. En la línea de lo que se había hecho con Metrópolis de Fritz Lang con música de Martín Matalón. Y serán espectáculos con precio FIBA o precio Bafici, aunque sean en el Colón.”

Uno de los problemas con los que Lopérfido se encontrará apenas haya asumido es el serio desfasaje salarial que se ha producido en los últimos tiempos. El personal artístico del teatro ha quedado relegado de las negociaciones paritarias y actualmente un integrante de la Filarmónica de Buenos Aires es uno de los músicos peor pagos del país. “Ya he pedido reuniones con cada uno de los sectores y veremos en cada caso cómo ir solucionando los problemas”, dice Lopérfido. “Ya también estamos trabajando para que el Canal de la Ciudad pueda transmitir en directo algunas funciones del Colón. La idea es que el ciclo de las nueve Sinfonías de Beethoven sea transmitido en directo. Como dice Esteban Buch, en su libro sobre la Novena de Beethoven, se trata del máximo hit de la historia de la música. Partimos de algo que resulta conocido, y eso permite que se puedan escuchar cosas que de otra manera no se escucharían. Si la televisión permitiera que un uno por ciento de la audiencia se interesara en lo que produce el Colón, yo ya me sentiría muy satisfecho. El otro día, en las pantallas de afuera del Colón (que no pertenecen al teatro sino a la Fundación), estaban transmitiendo una filmación de un concierto en Berlín con música de Beethoven, dirigido por Barenboim. El hizo ese mismo repertorio aquí, pero no existe registro. Esa es una cosa que, también, intentaremos modificar. La historia del Colón debe ser accesible y debe estar a disposición del público.”

La otra novedad será la incorporación al programa del Colón de la puesta de Macbeth, de Verdi, realizada por el director teatral sudafricano Matt Bailey. “Se trata de un elenco totalmente africano –comenta Lopérfido– y es una puesta verdaderamente deslumbrante. No formará parte del abono de ópera, que quedará con los mismos títulos que estaba, sino de algo más que el Colón ofrecerá este año. Creemos que el teatro debe abrir todas las puertas posibles y en la mayor cantidad de direcciones posibles.”