MUSICA › TANGHETTO PRESENTARA HOY SU DISCO HYBRID TANGO II EN EL ND TEATRO
Max Masri, compositor y líder del combo de tango electrónico, asegura que su intención es aportarle algo al género madre. “Cuando era más chico no me gustaba, pero por más que uno no quiera, es la banda de sonido de alguien que vive en Buenos Aires”, reconoce.
› Por Andrés Valenzuela
“Tanghetto logró en nosotros lo mismo que en otra gente: acercarnos al tango. Nosotros veníamos más de Piazzolla y de repente terminamos haciendo ‘Quejas de bandoneón’ y lo incorporamos a nuestro repertorio por encontrar una afinidad ahí”. La reflexión surge de Max Masri, compositor y líder de Tanghetto –justamente–, que hoy a las 21 presentará su disco Hybrid Tango II en el ND Teatro (Paraguay 918) con el aporte de Tangocrisis (proyecto paralelo de algunos miembros de la banda) y la presencia de bailarines como Johana Copes, Gastón Torelli y Mario Rizzo. “Siempre es un show contundente el que hacemos acá”, destaca el letrista de “No me rindo” y “Aires de Buenos Aires”, las nuevas composiciones de la última placa.
En este disco retoman la idea de explorar desde la actualidad el modo en que las distintas corrientes musicales inmigratorias que confluyeron en el Río de la Plata dieron origen al tango. El proceso de trabajo, sin embargo, fue paralelo al de la creación del último disco y también del próximo proyecto, que los juntará con otra banda emergente que fusiona el tango con otros ritmos.
En doce años de carrera, Tanghetto se erigió como representante del tango electrónico o, como ellos mismos proponían al comienzo, “electrotango”. Sin embargo la etiqueta no parece contenerlos. Su último disco tiene pasajes muy clásicos. ¿Sólo es electrónico por atravesarlos con una batería electrónica o un sampleado? “Creo que trascendimos esa etiqueta hace mucho tiempo, ya para el tercer disco nos habíamos alejado de ella y teníamos identidad propia. Hoy mucha gente nos reconoce por nuestro sonido y dice que somos ‘diferentes’ del resto”, afirma Masri, quien destaca que prefieren hacer todo tipo de fusión, desde lo acústico hasta el jazz. “De eso se trataba el primer Hybrid Tango”, recuerda. “Salió en 2004 y trataba de recrear el ambiente de conventillo donde hace 120 años se juntaban a zapar los inmigrantes, donde cada uno aportaba algo y de ahí surgió el tango.”
–¿Cómo fue reencontrase con el espíritu de ese disco otra vez?
–Genial. Además creo que para los que gustan del electrotango o del tango fusión, ese disco es un punto de referencia. En su momento recibimos felicitaciones de mucha gente que estaba en el tema y fue reencontrarse con aquello que nos dio tantas satisfacciones. Es loco hacer una secuela de un disco diez años después.
–¿Qué tenía ganas de explorar de nuevo?
–Las ganas son siempre de aportar algo nuevo al tango. Para nosotros, este disco, el II, ya tenía el concepto a algo similar, pero recién cuando lo terminamos decidimos que podía ser un Hybrid Tango II. Cuando terminamos de escuchar el material y pensamos el nombre, giraba eso y cerraba perfectamente.
–¿Cómo abordaron el tango aquí?
–Cada vez más cerca. El tango se volvió una parte súper importante de mi vida. Al tocar en festivales de todo el mundo, milongas, estás expuesto constantemente. Cuando era más chico no me gustaba, era la música que escuchaban mis abuelos. Pero por más que uno no quiera, el tango es la banda de sonido de alguien que vive en Buenos Aires. Entrás a un lugar y suena. Siento que Tanghetto logró en nosotros lo mismo que en otra gente: acercar a mucha gente al tango.
–Pero en el medio aparecen los sonidos nuevos. ¿Qué se trajeron de esos viajes?
–Quizá lo más importante nos pasó en Brasil, de tocar con una big band de jazz. Ellos querían tocar con nosotros y sólo conocían “Libertango”, así que la hicimos y estuvo buenísima. El lugar explotó. Y a partir de ahí empezamos a hacerla en nuestros shows, porque no la tocábamos. En Brasil tocamos mucho. Ahí estás expuesto. Incorporamos elementos de percusión. También anduvimos por Bulgaria y Rumania, y de repente usamos algún simple o alguna cosa de instrumentos de los lugares. Tanghetto surge también de esos viajes. Se originó en una visita a Alemania, visitando a amigos argentinos que estaban en un albergue para estudiantes de música y ellos escuchaban nada más que tango y folklore, y los alemanes escuchaban música electrónica a rabiar. De ahí surgió la idea de fusionar, era tan contrastante en ese momento. Creo que de los viajes siempre incorporás cosas.
–El sonido que sale es muy natural. No se siente forzado. ¿Tiene que ver con plantearse composiciones propias?
–Totalmente. Nuestro primer disco era ciento por ciento composiciones nuestras. Eso nos permitió encontrar “fácilmente” ese sonido. Mucha gente se asombra.
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