MUSICA › PAGINA/12 PRESENTA MAÑANA UN CD DE LOS BEE GEES
› Por Claudio Kleiman
Fueron uno de los grupos más exitosos de la historia de la música popular, y durante los años ’60 compitieron palmo a palmo con los mismísimos Beatles. Pero antes de desembarcar en Inglaterra, unos Bee Gees aún adolescentes construyeron la primera parte de su historia –la menos conocida– en Australia, donde definieron la personalidad que los consagraría como compositores e intérpretes. To be or Not to be, el CD que presenta mañana Página/12, reúne las mejores canciones de ese período. Cuando los Bee Gees, el grupo formado por los hermanos Barry, Maurice y Robin Gibb, estaban a bordo del barco que los llevaba desde Australia hacia Inglaterra, se enteraron de que el último tema que grabaron antes de partir, “Spicks and Specks”, había alcanzado el No 1 en el ranking australiano. Corría 1966, y en el largo viaje compusieron varias de las canciones que iban a integrar su primer álbum británico.
Apenas desembarcados, en febrero de 1967, los Bee Gees firman con el productor Robert Stigwood (por entonces un asociado de Brian Epstein, el manager de los Beatles, en su empresa NEMS Enterprises) un contrato discográfico por tres años, y comienzan a modelar su sonido influidos por la marea psicodélica que invadía el “Swingin’ London”, convertido por entonces en el epicentro musical del mundo. Barry tocaba la guitarra, Maurice era el multiinstrumentista –ocupándose del bajo pero también de los teclados–, y Robin el cantante principal, alternándose en la primera voz con Barry y armonizando a tres voces en un ensamble tan perfecto como inconfundible.
Ya en Inglaterra, su primer single fue “New York Mining Disaster 1941”, un tema que Barry había compuesto a bordo del barco que los llevaba a ese país. Lanzado a mediados de 1967, se convirtió en un hit inmediato, seguido por otros temas igualmente exitosos, como “Holiday” y “To Love Somebody”; esta última, una canción compuesta para Otis Redding, cuya temprana y sorpresiva muerte impidió que llegara a grabarla. Inmediatamente seguiría un álbum, titulado Bee Gees 1st (el primero de los Bee Gees), y poco después el single “Massachusetts”, que vendió cinco millones de copias. Pero si bien Bee Gees 1st era su primer disco lanzado para el mercado internacional, en realidad el título no era realmente exacto, ya que los Gibb eran a esa altura jóvenes veteranos, con una distinguida trayectoria en Australia.
Esa suerte de prehistoria del grupo es la que documenta To be or Not to be, una bella muestra de las melodías y arreglos que cimentaron esa primera etapa de estos cantantes y compositores tan precoces como prolíficos. Aunque considerados una banda australiana, los Bee Gees en realidad son británicos. Barry Gibb nació el 1º de septiembre de 1946 en Manchester, Inglaterra, y sus hermanos mellizos Robin y Maurice, el 22 de diciembre de 1949 en la Isla de Man. Su padre, Hugh, había sido director de orquesta, y su madre, Bárbara, cantante. Los tres hermanos se inclinaron tempranamente por la música, alentados por su padre, que inicialmente los modeló como una suerte de versión infantil de los Mills Brothers, un grupo de cantantes negros con peculiares armonizaciones vocales, que tuvo gran éxito durante los años 30 y 40.
En 1958 la familia Gibb se muda a Australia, asentándose en Brisbane, donde comienza propiamente la carrera del trío, bautizado como los Brothers Gibb. Ya en ese entonces hacían temas escritos por Barry, el mayor de los hermanos y líder de la banda. Sus presentaciones en concursos de talentos llaman la atención del DJ local Bill Gates (no confundir con el genio de la computación), que los lleva a una extensa temporada en el Beachcomber Nightclub. Dos años después ya tienen su propio show de televisión en Brisbane, y por ese entonces comienzan a presentarse bajo el nombre Bee Gees, una especie de mutación de las iniciales de Brothers Gibb (y también de Barry, de su madre Bárbara y de su “descubridor” Bill Gates).
Hacia 1962 consiguen su primer contrato discográfico, con el sello local Festival Records, para el cual grabaron la totalidad de su producción en Australia. De allí proviene el material que integra To be or Not to be, cuyas canciones aparecieron también bajo otros títulos, como “Early Years” y “Rare, precious and beautiful” (“Raro, excepcional y hermoso”, título con que se editó en la Argentina en aquellos lejanos días del vinilo). El álbum es una representativa recopilación de sus primeros trabajos, realizados durante el período 1963-1966, en que los Bee Gees editaron tres larga duración y una serie de singles, que muestran su veloz crecimiento como músicos y la absorción de un cúmulo muy variado de influencias.
El primer LP tenía el larguísimo título Barry Gibb and the Bee Gees sing and play 14 Barry Gibb songs. El hecho de que el grupo interpretara exclusivamente canciones compuestas por su líder era un hecho extraordinario para una época en que ni siquiera los Beatles interpretaban una mayoría de temas propios. Por supuesto que el suceso del cuarteto de Liverpool, y los demás grupos de la “invasión británica” (especialmente los Hollies, otro grupo proveniente de Manchester –igual que ellos–, que hacía especial hincapié en las armonías vocales) alentó a los hermanos a persistir en su propio camino. Temas de ese álbum como “Claustrophobia”, “Wine and Women” y “I was a lover, a leader of man”, son pruebas irrefutables del talento del joven Barry; especialmente esta última, que puede competir de igual a igual con cualquier canción de los Beatles incluida en su debut Please Please Me, editado ese mismo año. Cuando llegó el momento de retornar al estudio, los Bee Gees buscaron un sonido más evolucionado, evidente en temas como “I am the world” y “I want home”, que la grabadora combinó con otros que pertenecían a los primeros singles, como “Three kisses of love” y “Theme from Jamie McPheeters”, para el álbum Turn Around Look at Us.
El tercer disco, realizado bajo los auspicios del productor y empresario Nat Kipner, es probablemente el más desarrollado tanto desde la composición como desde el sonido de grabación, palpable en temas como “Monday’s Rain” (una gran balada, con soberbia interpretación vocal de Barry), “How Many Birds” y “Spicks and Specks”. El álbum fue editado en un primer momento como Monday’s Rain, pero rápidamente relanzado como Spicks and Specks, cuando este tema se convirtió en un gran hit. Otra prueba de la temprana madurez de Barry Gibb como compositor es el tema que cierra esta compilación, “In The Morning”, que sería grabado años más tarde nada menos que por la gran cantante de jazz Nina Simone, bajo el título “Morning of my life” (y también recreado por los propios Bee Gees, para la película Melody).
1966 fue un año bisagra para los Bee Gees: fueron votados como “Mejor Grupo” de Australia, pero al mismo tiempo, comprendiendo la dificultad de intentar proyectarse desde ese país, decidieron probar suerte en Londres. “Sabíamos desde hacía tiempo que había un solo camino para nosotros, y era irnos. En esa época no podías convertirte en una estrella internacional viviendo en Australia. La única forma era ir a uno de los centros, como Londres o Los Angeles, y probar suerte allí”, explicaría Barry años más tarde. “Pensábamos que éramos tan buenos como cualquier grupo internacional, y si creés eso tenés que hacer algo para probarlo. Creíamos que podíamos hacer mejores discos que los que estábamos escuchando, y durante el primer año que vivimos en Inglaterra hicimos Bee Gees 1st, al que yo siempre consideré nuestro álbum más inventivo. No podíamos ser más jóvenes de lo que éramos y, sin embargo, hicimos un álbum de clase internacional. Así que pienso que nuestra posición quedó demostrada.”
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