Desde el oeste bonaerense –“de Ramos Mejía a Moreno, pasando por todas las estaciones del Sarmiento”, grafican ellos–, con el rock como punto de partida y los ritmos de América latina como elementos de fusión, y con temas propios que son bien festivos pero no le cantan sólo a la fiesta, Ekatombe viene creciendo con su propuesta musical y escénica. En vivo, una populosa formación y un clima definitivamente bailable marcan las presentaciones de esta banda, que hoy a las 21 en el Club Cultural Matienzo (Pringles 1249) sumará un despliegue visual especial a tres pantallas, a tono con la importancia de la presentación de su disco Somos. Como es costumbre para la banda, la participación de una batería de percusión reunirá a unos treinta músicos en escena en un multitudinario final.

“Rock latino”, prefieren definir ellos a lo que hacen, y en esa fusión que parte del rock suenan el candombe y la cumbia, el reggae y el funk, para delinear una identidad propia. “Tenemos un estilo muy festivo pero nunca nos olvidamos del rock, en vivo sonamos bien rockeros y siempre están las violas distorsionadas. La mirada latina llega desde la percusión o desde los vientos, pero esa intención rockera es la que siempre prevalece”, describen. “Tuvimos una gran sorpresa en el 2013, cuando vino la banda cubana Orishas y grabaron un tema nuestro, ‘Sin esa luz’, con el que después hicimos el video slip que hoy circula por YouTube. Eso fue muy motivador, fue el broche de oro para decir: esto tiene que transformarse en un disco, hay que editarlo. Y así nació Somos”, recuerdan.

Con el impulso autogestivo que hace que cada integrante de la banda, además de oficiar de músico, se dedique a diferentes tareas dentro de la organización, Ekatombe se forma con Fernando Gallegos en voz, Santiago Tornese en batería, Sebastián Coan en bajo, Diego Núñez en percusión, Javier Cáceres en teclados y coros y Andrés Roja en guitarra. A este “núcleo fijo” se suman diferentes invitados de modo que van creciendo en escena en cada presentación, hasta llegar a unos diez músicos y, si el escenario lo permite, se incorpora también como invitado un grupo de percusión que los vuelve aún más populosos. “Nos gusta esa imagen de una banda bien grande arriba de un escenario. Cada vez que podemos, como cuando tocamos en Tecnópolis o en el anfiteatro del Parque Centenario, terminamos con más de treinta músicos en escena”, cuenta Gallegos.

Las letras, todas de autoría propia, son otra marca importante de la propuesta: “Las letras van en línea con toda esa energía y ese clima que hay en vivo, hay una mirada muy para adelante, pero no de cualquier manera, no es que estamos contentos porque sí”, dice Gallegos, compositor y autor, junto con Tornese, de estas canciones que luego toman forma con el aporte del resto de los músicos. “Hacemos hincapié en lo colectivo, en la necesidad de la unión como latinoamericanos, y en encarar los temas desde ahí, desde sentirnos parte de ese colectivo. Hablamos de cómo los grandes medios y los poderes quieren llevarnos para determinado lugar, de nuestra historia y de lo que hoy nos pasa. Y del lugar que queremos ocupar hoy. Encaramos este proyecto porque creemos que la música es un colectivo en el que entramos todos, porque nos transporta, nos pone sensibles y nos emociona. Por eso al disco le pusimos Somos. La letra de esa canción dice: somos lo que somos, y se nos sumarán”.