Dom 15.11.2015
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MUSICA › UN RECORRIDO PASO A PASO POR LAS CANCIONES DE DOUBLE FANTASY

Recuerdos de aquellos tiempos difíciles

Los temas con los que John Lennon celebró su regreso a la actividad musical lo mostraron en plena forma, conformando un disco que hoy es considerado clásico. De “(Just like) Starting over” a “Hard times are over”, el ex beatle tenía mucho por cantar.

› Por Gabriel Cócaro

Double Fantasy contaba con catorce canciones. Aquí se ofrece un recorrido pieza por pieza, con algunos apuntes de los músicos que participaron en la grabación.

- “(Just like) Starting over”: Tres tañidos de una campana tibetana (instrumento utilizado en meditación para atraer energías positivas) sirven de introducción a una entrega vibrante con reminiscencias del rock de los años 50. El registro vocal de Lennon, con guiños tanto a Elvis Presley como a Roy Orbison, y unos coros al estilo doo-wop, redondean un claro homenaje a la música que deslumbró al compositor cuando era un adolescente. La letra, en la que John invita a Yoko a reconstruir la pareja, también puede interpretarse como un manifiesto a propósito de su vuelta artística. “Es mi tema favorito del álbum”, afirma sin titubear Andy Newmark.

- “Kiss, kiss, kiss”: Con aires new wave y energía punk, Yoko le propone a John un encuentro amoroso. A lo largo del tema, mientras Newmark sostiene un ritmo vibrante, Slick aporta unos punzantes arreglos de guitarra. Sobre el cierre, los gorjeos de Ono (típicos en sus grabaciones de los 70) se transforman en gemidos que desembocan en un orgasmo. Para registrar tan climático momento, la japonesa se recostó en el suelo del estudio, se envolvió con una manta y, a oscuras, dejó volar su imaginación. En Argentina, la pieza fue prohibida por la última dictadura militar.

- “Cleanup time”: Para componerla, el beatle se inspiró en una charla con Jack Douglas en la que el productor, refiriéndose a ciertos personajes que estaban dejando de lado antiguos vicios, habló sobre el comienzo de un “tiempo de limpieza”. Las notas introductorias del bajo de Levin, y unos certeros arreglos de vientos, definen el estilo funky de la pieza. La guitarra de Slick tiene un papel preponderante. “Mis solos fueron hechos en vivo. Me pusieron el micrófono, los toqué y tal como salieron fueron a parar al disco”, revela el músico. Aquí, Lennon celebra su vida hogareña y, en tono relajado, canta: “La reina está en la oficina, contando el dinero. El rey está en la cocina, haciendo pan y miel”.

- “Give me something”: Ritmo frenético para una composición tan breve como intensa en la que Yoko descarga sobre su marido una serie de reproches. Las guitarras de McCracken y Slick se complementan de manera notable.

- “I’m losing you”: Subido a un portentoso riff, con el espíritu de “Cold Turkey”, Lennon presenta el momento más visceral del disco. La pieza, esbozaba a fines de los 70 y completada en Bermudas, refleja un momento de crisis de la pareja. El compositor alumbra un texto amargo donde desliza cierta autocrítica y refleja su vulnerabilidad. El solo es tocado al unísono por Slick y McCracken mientras el cantante extrae unos gemidos de su Sardonyx 800 D II. “No tomé real dimensión de lo buen guitarrista que era John hasta que toqué con él”, se sincera Earl. La incendiaria versión de Cheap Trick apareció en John Lennon Anthology, una caja con cuatro CD lanzada en noviembre de 1998.

- “I’m moving on”: El sonido de un telégrafo, escuchado sobre el final de “I’m losing you”, sirve de introducción para esta entrega de Ono escrita durante el período que estuvo separada de Lennon. McCracken y Slick tejen un soberbio entramado de guitarras y la japonesa canta con la clase de determinación que solo emana de un profundo enojo. “Cuando estabas enfadado, había amor en tus ojos. Cuando estabas triste, había un sueño en tu voz. Pero ahora me estás dando tu sonrisa de escaparate. Esto se está volviendo una farsa. Yo sigo adelante”, escupe Yoko.

- “Beautiful Boy (Darling boy)”: La campana tibetana, sobre un arrullo de olas, vuelve a sonar tres veces para marcar el inicio de la canción que John le dedica a Sean. Lennon y Slick se encargan de las guitarras acústicas. Small ofrece delicadas intervenciones con su piano y McCracken aporta sutiles arreglos de guitarra slide en el estribillo. La letra, donde el beatle cuida el sueño de su criatura y lo ayuda a cruzar la calle, porta una de sus frases más célebres: “La vida es lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes”.

- “Watching the wheels”: La pieza, que en la edición en vinilo era la apertura del lado dos, es la respuesta del compositor a quienes criticaron su retiro de la industria musical. Lennon ejecuta un piano eléctrico y Small se multiplica tocando órgano, piano y sintetizador analógico. Se destacan el ritmo sostenido de Newmark y unos arreglos de dulcimer interpretados por Matthew Cunningham, un músico callejero que (como todos los involucrados en el proyecto) debió ser “astrológicamente” aprobado por Yoko.

- “Yes, I’m your angel”: Aires de vals y music hall para hablar sobre un amor tan real como mágico. Envuelta en un clima de pura felicidad, Yoko canta con una dulzura inédita. Los silbidos que se escuchan a lo largo de la pieza son cortesía del futuro bajista de King Crimson.

- “Woman”: “Para la otra mitad del cielo...” susurra Lennon al comienzo de esta balada pop con impronta beatle que homenajea a las mujeres en general y a Yoko en particular. Guitarras acústicas, piano y unos deliciosos arpegios de McCracken sostienen esta madura declaración de amor hecha por un hombre que no teme mostrar su lado vulnerable. Los arreglos vocales remiten a “You’ve lost that lovin’ feelin’”, impactante éxito de los Righteous Brothers a comienzos de 1965.

- “Beautiful boys”: El teclado de Small, la guitarra española de McCracken y las precisas notas del bajo sin trastes de Levin crean una atmósfera solemne para el tema que Yoko le dedica a sus dos niños: Sean y John. Detrás de la lírica, que impulsa a las dos “criaturas” a conocer y enfrentar sus propios temores, se escuchan cintas de guitarras pasadas al revés y, sobre el final, efectos de sonido extractados de una escena del primer film de la saga de Star Wars.

- “Dear Yoko”: Lennon inicia la canción más alegre del disco imitando una de las típicas inflexiones vocales de Buddy Holly. McCracken toca, al unísono, armónica y guitarra slide mientras el beatle le dice a su esposa que no puede estar sin ella ni siquiera una hora.

- “Every man has a woman who loves him”: En esta pieza Yoko presenta la sonoridad pop que imperará en gran parte de la década del 80. Sutiles toques percusivos y acertados arreglos de guitarra envuelven una letra en la que expresa sus dudas y contradicciones.

- “Hard times are over”: Los años de peleas y distanciamientos quedaron atrás y Ono celebra su recuperada estabilidad matrimonial con esta composición de aires redentores. El aporte del Kings Temple Choir le otorga una impronta gospel ideal para el cierre del álbum. “Los tiempos difíciles han terminado, por un rato”, anuncia la japonesa. Su afirmación no podía ser más acertada.

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