Se enamoró del folklore, y lo pensó como su vida: en forma de piano. Como también compone, pasó a la acción a través de un gato que llamó “El inquieto” y que nació mientras buscaba enlaces armónicos para el zapateo. También de una chacarera doble (“Pequeña pintora”) que construyó pensando en su hija de cinco años, y de un atrevido huayno al que llamó “Páramo”, y tiene como impulso matriz la libertad estética. “Partiendo de la escala y la armonía básicas, me tomé el atrevimiento de incorporar otros acordes, otras notas prestadas de otros lados que por algún motivo me resultaban necesarias. Es lo que intento hacer siempre. Y es un poco lo que le da sentido a esta tarea”, sintetiza ella, Gabriela Bernasconi, que presentará su excelso disco debut, Más acá del tiempo, este jueves a las 21 en Pista Urbana (Chacabuco 874). “Estos tres temas tienen una característica en común que es el deseo inicial de hacer un gato, una chacarera, y un huayno. En ninguno de los casos me encontré caminando por la calle mientras una ‘maravillosa melodía’ me aparecía por sí sola, sino que fue el deseo de tocar determinada especie lo que me llevó a ir en busca de la melodía y todo lo que hace a cada tema”, desarrolla la pianista y compositora, que acaba de ser premiada por el Fondo Nacional de las Artes, en el rubro fomento para la edición discográfica.

Más acá del tiempo consta de quince piezas instrumentales que se reparten entre temas propios (los nombrados más el que da nombre al disco, “Sudestada” y una belleza campera llamada “Huella de ausencias”) y versiones de Remo Pignoni (“Esto que estoy cantando”), del tándem Tito Francia-Armando Tejada Gómez (“Zamba azul”) y “La arenosa”, de Leguizamón-Castilla, entre otras. Todo al piano, claro. “La verdad es que la enorme fascinación por la música folklórica me vino a través del baile, y luego esa fascinación fue más allá del movimiento. Me fui reencontrando desde un nuevo lugar con aquellos a los que siempre había escuchado como Mercedes Sosa, el Dúo Salteño, Atahualpa Yupanqui, y descubriendo a muchísimos compositores e intérpretes nuevos. Durante un tiempo me limité a escuchar y a disfrutar de esta música sin plantearme siquiera llevarla al piano. Confieso que temía no poder hacerlo, pero al final salió”, cuenta la compositora que admira a Hilda Herrera, Lilian Saba, Raúl Carnota y Juan Quintero, entre muchos otros. “La lista es enorme y podría explayarme en muchísimas direcciones.”

Bernasconi se formó en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) bajo la batuta de Ana Stampalia, y se perfeccionó con Haydée Schvartz. Tiene un prolongado trayecto en el ámbito de la música académica y, a la vez, una especialización en música argentina de tradición popular que brota por todos los poros en “Más acá del tiempo”. “Le puse así porque es el título de una zamba mía y lo que me llevó a escribirla fue una imagen poética. Me vi a mí misma contemplando el transcurrir del tiempo cronológico como si fuera una línea, y yo estuviera fuera de ella. En ese instante, comprendí desde un nuevo lugar la enorme subjetividad del tiempo, cuánto puede determinarnos un instante vivido, y cuánto también intentamos aferrarnos a nuestro entorno construido buscando la permanencia”, revela la también arregladora, sobre una mirada del tiempo que puede aplicar, también, a su devenir estético. “El disco vino como consecuencia de mucho trabajo, de una búsqueda de identidad a través del instrumento al que me encuentro ligada desde muy chiquita. Toqué música académica durante un tiempo largo y lo hice sin dudar de la elección, pero en determinado momento sentí la necesidad de ampliar el horizonte.”