MUSICA › SONIDOS ORIGINALES EN EL CENTRO CULTURAL DE LA MEMORIA HAROLDO CONTI
Así define Luis Nacht el espíritu del encuentro en el centro que funciona dentro del predio de la ex ESMA. La propuesta apunta a que el público descubra obras y artistas a los que quizá no iría a ver y que pueden abrirle un universo nuevo.
› Por Karina Micheletto
Sonidos originales es lo que propone este festival que organiza el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, uno de los polos artísticos que funciona en la ex ESMA, gran apuesta transformadora del horror en creación, memoria y vida. Lo que tienen de originales estos sonidos de la escena actual tiene que ver tanto con un origen ligado a las tradiciones y al terruño propio como a la originalidad forma que les dieron los artistas que los crearon. Liliana Herrero, Leo Maslíah, Carlos “Negro” Aguirre, Bruno Arias, Los Hermanos Núñez, Soema Montenegro, Loli Molina, Leo Genovese y Hernán Jacinto son los artistas que participarán en este encuentro que comienza hoy en el espacio del predio de la ex ESMA (Av. del Libertador 8151), con entrada gratuita. Será la última gran convocatoria de público del año de este espacio cultural, que ayer tuvo su brindis de fin de año en el que artistas y autoridades expresaron tanto la satisfacción por todo el trabajo concretado, como la preocupación por que estas políticas de cultura y memoria sigan implementándose en la nueva gestión de gobierno (ver aparte).
“La idea de ‘original’ remite a lo verdadero, a una música esencial, hecha con y desde el amor. También a una noción de origen: ese primer grito del hombre que aún reverbera y abre el retorno hacia lo arcaico”, definen los programadores el sentido de la invitación. Así planteado, el festival reúne a compositores e intérpretes de música argentina no convencional, abriendo un panorama “a media res entre la tradición y la vanguardia”. Los nombres incluidos, claro, son sólo algunos entre una rica lista que podría elaborarse, pero bien representativos de esta idea clasificatoria. “Como toda síntesis, es incompleta, nos hubiese gustado sumar a muchos más, pero siempre hay que acotar y son tres los días del festival. Pensamos conciertos dobles, intentando mostrar un mosaico de lo que es la música argentina contemporánea, desde lo popular, abarcando los diferentes estilos y diferentes sensibilidades”, dice el músico y compositor Luis Nacht, quien está a cargo del área de Música del Conti.
Desde esta idea rectora, y esa reunión de una diversidad de propuestas y géneros, los nombres reunidos generan una amplitud que redunda también en el público. “Programamos el festival pensando en artistas que quizá no se reunirían en otros ámbitos, y también en el público: es probable que el público que va a ver a Bruno Arias, difícilmente vaya a escuchar a Loli Molina o a Leo Maslíah”, continúa Nacht. “Parece una mezcla medio extraña, pero es totalmente buscada. Buscamos esa mezcla donde el público que va a escuchar algo se sorprenda con algo que quizá de otro modo no hubiese ido a escuchar. O a lo mejor conozca a algún otro artista: Leo Genovese, por ejemplo, es un gran pianista y compositor argentino, pero muchos no lo conocen porque vive hace muchos años en Nueva York y no pasó por Buenos Aires. De Venado Tuerto se fue a Rosario y de ahí directo a Nueva York. Tampoco ellos tal vez se hubiesen juntado como músicos, y es interesante que se puedan conocer en diferentes visiones de lo que es la música y la realidad musical local”.
Genovese es, justamente, quien abrirá el festival, hoy a las 18.30, en un concierto doble que completarán, en la segunda parte, Los Hermanos Núñez. El pianista mostrará música especialmente compuesta para la ocasión. “Lo invitamos y, cuando tomó dimensión de adónde iba a venir a tocar, de lo que significa este lugar, compuso una música que va a estrenar en la apertura del festival”, cuenta Nacht. “Eso para nosotros tiene mucho valor, siempre buscamos que aquí sucedan cosas por primera vez, estrenos, nuevas músicas, cosas hechas para este lugar. Eso tiene un simbolismo y una fuerza creativa emocional muy grande, para el compositor y para el público”, advierte.
Luego del estreno de Genovese –quien se presentará junto a Carlos Britez en violín, Gabriel Wolff en viola, Agustín Uriburu en cello, Demian Cabaud en contrabajo, Ramiro Flores en clarinete bajo, y como músicos invitados Quintino Cinalli en percusión, Juanfa Suárez en flugelhorn, Carlos Michelini en clarinete– mostrarán lo suyo Los Hermanos Núñez, recién llegados de Misiones. Marcos “Chavo” Núñez en la guitarra y Juan “Pico” Núñez en el bandoneón –dos de los más creativos y talentosos exponentes de la música del Litoral, potenciados en este dúo– presentarán un repertorio que llevará al público para esa región, con temas de Isaco Abitbol y Tránsito Cocomarola y también composiciones propias.
El sábado, a partir de las 18 y siempre con entrada gratuita, habrá dos conciertos dobles. El primero comenzará con Loli Molina y su propuesta que, entre el rock, el pop y el jazz, responde a esa idea de original que plantea el nombre del festival. Con un tercer disco solista para mostrar –Rubí, arreglado por Ramiro Flores– hará un repaso por temas de sus discos anteriores y dejará un lugar para la improvisación. La acompañarán Hernán Segret (bajo, guitarra, voz y percusión), Hernán Jacinto (piano, voz), Pablo Bendov (batería acústica y electrónica), Ramiro Flores (saxo, clarinete), Sergio Wagner (flugel) y Juan Canosa (trombón).
Leo Maslíah será el segundo original de este primer concierto doble. El músico y escritor uruguayo recorrerá su repertorio clásico, los temas de su nuevo disco Luna sola y textos de sus libros más recientes: El bobo del pueblo, de cuentos, y Así las cosas, de poesía. Y también versiones “poco usuales” de hitos musicales clásicos y populares.
En un segundo concierto doble, a partir de las 21.15, se presentará Hernán Jacinto con un trío de jazz y una orquesta de cámara. Trae para mostrar Camino, su último disco, que va de lo sinfónico a lo popular, con el jazz como puente. Allí participan grandes figuras de la escena jazzística argentina, Juan Cruz de Urquiza, Pipi Piazzolla, Jerónimo Carmona, Oscar Giunta, Ramiro Flores y Juampi Di Leone, entre otros. Luego llegará la muy original propuesta de Soema Montenegro, que está presentando su tercer disco, Ave del cielo, en formato de quinteto.
En el último día de festival, el primer concierto, a las 18.30, será el de Liliana Herrero y su grupo –Pedro Rossi en guitarra, Ariel Naón en contrabajo, Martín Pantyrer en vientos, Mario Gusso en percusión–. Luego, a partir de las 21.15, el compositor, pianista, arreglador y multiinstrumentista Carlos “Negro” Aguirre presentará un concierto de composiciones propias y algunas versiones de obras de otros creadores, en formato de solo set, en ese profundo vínculo que el entrerriano logra entablar entre piano y voz, al que suma algunos colores de guitarra. Para terminar, el jujeño Bruno Arias mostrará su música –y un cuarto disco, El derecho de vivir en paz– y es seguro que habrá fiesta en ese cierre.
Todos estos Sonidos originales representan de alguna manera muchos otros que sonaron durante estos años en el Centro Cultural Conti y en el Espacio de la Memoria, y confluyen en un festival de características especiales, por ser el último que se hace en el año en este espacio cultural. En el nuevo escenario político y ante la incertidumbre y preocupación que ciertos planteos del nuevo gobierno habilitan –“terminar con el curro de los derechos humanos”, entre otros–, el evento artístico adquiere un significado aún más amplio y profundo.
“Así como hablamos de las políticas de memoria, verdad y justicia, desde el arte también se puede hablar de memoria y verdad. Esa es la materia con la que trabajan los músicos y compositores, porque es imposible crear de la nada, y porque siempre están haciendo memoria de la interpretación de los clásicos de la música, reformulando la tradición”, analiza Nacht. “Estamos orgullosos de todo el trabajo que hemos hecho en estos años, entendiendo el arte desde allí. Desde la programación del área pensamos primero en la convocatoria del público; el primer desafío fue lograr que la gente se acerque al centro cultural. Costó mucho al principio: había que animarse a entrar a lo que fue la ESMA, atravesar esa reja, invitar a la gente a que se acerque a un lugar con un pasado tan terrorífico y que entienda que en ese lugar estábamos tratando de hacer memoria, reflexionar sobre el pasado reciente, desde el arte. Todo esa primera etapa fue difícil y lógica: entrar a un lugar como éste es emocionalmente muy fuerte, tanto para los artistas como para el público”, recuerda.
“Desde la programación, hicimos una invitación lo más abierta que pudimos, programamos desde pequeñas óperas de música contemporánea hasta Miss Bolivia o cumbia colombiana, pasando por el jazz y el folklore latinoamericano”, cuenta el director del área de Música sobre ese trabajo de estos años. Además de todos los conciertos y festivales artísticos –entre los que sobresalen algunos de gran convocatoria, como el Festival de jazz, en mayo pasado, donde se sumaron propuestas de formación a las que asistieron ochocientos jóvenes músicos– la labor abarca la formación de la Orquesta Popular del Conti –con treinta y cinco músicos dirigidos por Nora Sarmoria, desarrollando un repertorio de música popular latinoamericana– el Ensamble Sudamericano –también a cargo de Sarmoria, integrado por chicos de 6 a 12 años– un coro con más de sesenta personas, dirigido por Nancy Sipkinas, talleres de guitarra por Alan Plachta, seminarios de composición por Guillermo Klein, entre otras invitaciones musicales.
“Hacia el futuro esperamos que este espacio que se ha recuperado para la comunidad siga existiendo, hay mucho esfuerzo puesto aquí y todos estos años hemos contado con apoyos importantes, como el del Ministerio de Cultura, con cuyo auspicio pudimos hacer la mayoría de las actividades. Esperamos que las nuevas autoridades sigan adelante con estas políticas de Estado. El centro cultural se ha convertido en estos años en uno de los más importantes del país, tanto por sus propuestas como por la creatividad en el desarrollo del trabajo. Este centro cultural y otros que hay en el predio, se han transformado en un polo destacado, un faro de cultura, y de memoria, verdad y justicia”, analiza Nacht.
En el mismo sentido, Liliana Herrero dice que suma a la felicidad de haber terminado de grabar un nuevo disco –que estará listo para principios del año próximo– la alegría de cerrar el año con un concierto como este, en este lugar. “Terminar el año en el Haroldo Conti, en semejante lugar y con semejante nombre, por el peso de la memoria poética y política, me parece extraordinario, me da mucha alegría tocar en un festival así. Y que se llame Sonidos originales, me gusta más aún, en estos momentos en que todo parece transformarse en una especie de pasquín de autoayuda”, reflexiona la cantante. “Siento que hoy más que nunca tenemos que instalarnos en el mundo cultural y artístico con todo el peso de la historia y con todo el peso de la memoria; es una gran batalla que hemos dado y que tenemos que sostener. Hay que defender los lugares que se han ocupado, y la ex ESMA, con todo su peso, es uno de ellos.”
“La batalla consiste en sostener la memoria, también la musical y poética, y seguiremos haciéndolo”, define Herrero. “Por eso siempre voy con alegría al Conti y a todos los espacios de la ex ESMA, y esta vez voy a ir con más alegría aún. Voy con mis nietos, porque es el lugar para estar con los nietos, con la familia, con los amigos e incluso con aquellas personas que uno no conoce pero sin embargo están siempre, acompañándonos y acompañándose entre sí. No creo que se pueda volver atrás tan fácilmente con todo lo maravilloso que se ha hecho en este lugar. Pero si se lo intenta, allí estaremos para defenderlo.”
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