La fotografía de un niño vestido de Superman concentra toda la atención, se roba todas las miradas. Esa imagen se puede ver en la tapa del segundo disco de Lisandro Etala, El kid de la cuestión. Y, claro, su elección no fue azarosa o puramente estética. “El de la foto soy yo cuando tenía cinco años”, cuenta Etala y se le dibuja una sonrisa. “La idea fue volver al juego, a la esencia, no limitarme desde la sonoridad. Aunque suene trillado, es una invitación a no perder al niño que todos llevamos adentro. No quiero perder la inocencia ni en lo musical ni en la vida”, resalta el cantautor. Etala se fogueó en la escena musical al frente de la banda de rock-pop Willem y en 2012 hizo su debut como solista con el disco Tiempo en el aire, en el que transitó canciones “despojadas” y acústicas. “Pero en el nuevo quise volver a meter programaciones, guitarras eléctricas, teclados, baterías electrónicas, cuidar más el sonido y abrirme a otros estilos”, diferencia el músico, quien presentará su nuevo material hoy a las 21 en Vuela el Pez, Córdoba 4379.

“El disco, básicamente, es una síntesis de todas mis relaciones amorosas”, explica Etala. “Tomé el papel de salvador en estas canciones. Es como un recordatorio para volver a mí. Soy una persona que se ocupa mucha del otro en las relaciones amorosas, pero a veces me olvido de ocuparme de mí. Las canciones sirven para ver las cosas desde otro lugar y muchas veces entra en juego el inconsciente. En definitiva, son canciones impulsadas por el amor y la esperanza”, dice quien también integra las bandas de Alfredo Piro y Gloria Carrá. Se destaca “El tiempo de los mares”, un tema que grabó Elena Roger. “Es un honor que le haya gustado y grabado en su último disco. La canción habla de las oportunidades dentro del caos; ver dentro de este mar revuelto todas las opciones que se nos presentan”. El disco está atravesado por el sonido y la tradición del rock argentino, pero se abre a paisajes sonoros latinoamericanos. “Mis pilares musicales son Spinetta, Cerati, Fito, Charly y Los Beatles, pero no me siento dentro de ningún círculo o escena musical. En los últimos años también ha crecido la relación con la Patria Grande y ojalá sigamos reivindicando lo nuestro”.

Etala entiende la canción como “protagonista”. Dice que no cree en las canciones mecanicistas y oportunas; sí en las profundas y universales. Mi intención es emocionar, que al oyente le pasen cosas”, dice. “Me interesa mantener la tradición del rock argentino, desde Litto Nebbia hasta acá. El tango y el folklore me llegaron por el rock, pero nunca me metí con los géneros puros”. El disco cuenta con dos músicos invitados, Javier López del Carril en guitarras y Christian Terán en vientos. Y la banda. Los Gondolieris, se completa con Juan Pedro Huici en bajo y contrabajo, Diego Gosiker en batería y percusión y Tomy Lucadamo en batería.

–A usted como músico, ¿le preocupan los “cambios” que se vienen en materia cultural?

–Estoy preocupado, por ejemplo, con el futuro del CCK o el Inamu. Nos perdimos una gran oportunidad, estoy un poco decepcionado, aunque no quiero ser fatalista. No son buenas las señales. Ojalá el nuevo gobierno siga reivindicando a la Patria Grande y la identificación nacional. Estoy confiado en que la gente defienda lo que se consiguió, como igualdad cultural o los subsidios a los músicos. O los artículos de la ley de medios, que indican que se tiene que pasar un porcentaje de música independiente en los medios audiovisuales. Los números no pueden haber estado tan dibujados, tuvimos 12 años estables y buenos.