MUSICA › EL ENCUENTRO RUBEN RADA/RICHIE SILVER EN EL OPERA
El músico uruguayo protagonizará esta noche un curioso cruce entre sus dos personajes: el Rada clásico, amo del candombe, y su personaje con traje de gala, crooner de pilcha irresistible.
› Por Karina Micheletto
Lo primero que hizo Rubén Rada cuando bajó del avión que lo trajo desde Montevideo fue ir a la peluquería. Transformarse en Richie Silver, con jopo incluido, le lleva unos 45 minutos de trabajo sobre su pelo, en un proceso que el músico enumera con seriedad: “Estiran las motas, pasan planchita, peinan, ponen brillo...”. Después viene la parte del vestuario: calzarse ese traje que alguna hipermodernidad cool definiría como glam, esa cantidad de anillos, ese gran reloj que también brilla en su muñeca. Lo de Rada es un volver a los 17: decidió retomar el personaje con el que empezó, a esa edad, su carrera, como crooner de la big band latina los Hot Blowers (algo así como los “Sopladores Calientes”). Hoy pondrá en escena en el Opera el enfrentamiento Rada vs. Richie. Cada uno con sus respectivas big bands: serán Richie Silver & The Night Flowers Orchestra versus Rubén Rada y La Candombe Jazz Band.
El relato del show entusiasma a Rada: “Arranca con Richie. Hay un video donde hablan Oscar Mollo, Natalia Oreiro, Víctor Hugo Morales, todos hinchas de Richie. Ahí pasamos su historia, llena de fotos truchas: aparece Richie con Miles Davis, con Bono, John Lennon, Sinatra. Canta Richie, con toda la banda vestida con una pilcha increíble, elegante y a la época. Va a hacer sus temas y covers de Ray Charles, Nat King Cole, Sinatra... Termina ese concierto y aparecen en la pantalla los defensores de Rada: Tabaré Vázquez, Fernando Cabrera, el pibe de No Te Va Gustar... Me suelto las motas y entro con el repiqueteo de los tambores, y un coro: ‘¡Y dale negro, dale, dale negro, vos sos más lindo y mejor que el otro negro!’”. Allí habrá lugar para una suerte de repaso por la historia de Rada, desde la creación del candombe beat, junto a gente como Eduardo Mateo, y bandas como El Kinto, Opa y Tótem, hasta sus últimos temas reversionados.
–¿Y quién gana, Richie o Rada?
–Al final no compiten, se dan cuenta de que sería un empate técnico. Si encuentro un doble para darle un abrazo en el escenario, estaría bárbaro.
En su disco Richie Silver, Rada suena con ecos de The Platters, Chuck Berry o Barry White. Tiene invitados como Ricardo Mollo, Andrés Ciro, Juan Cruz de Urquiza y Pablo Mainetti. Entre lo mejor del disco hay una versión de “Amándote”, de Jaime Roos, llevada al dixieland. “Es una canción que debería cantar el mundo entero. Si la agarraba Armstrong, hacía un desastre. Yo estoy distanciado con Jaime, hace tiempo que no nos hablamos. Pero lo admiro muchísimo, y sé que está supercontento con la versión. El también grabó un tema mío, así que también es un agradecimiento a aquel gesto que en algún momento me dio dinero y me dio de comer”, explica el músico.
Los bonus tracks sorprenden con los dos singles que en 1958 Richie Silver llegó a grabar con los Hot Blowers: “Mil cariños” y una versión dixieland de “Angélica”, un tema del folklore muy popular en la época. La página web de Rada acerca datos importantes sobre Richie: que Barry White le robó la idea del traje blanco, que Frank Sinatra le supo pedir yeites, que existe una grabación casera donde canta con Presley...
–¿Quién es Richie Silver?
–Richie Silver fue el primero que se animó a subir al escenario, con permiso de mis padres, claro. Cacho de la Cruz, un actor cómico, me puso ese nombre artístico, porque para cantar rock en esa época tenías que ser Johnny Tedesco, Nicky Jones... No podías decir: “Pedro Rodríguez canta rock and roll”. A mí me pusieron Richie Silver y era crooner, cantaba en inglés, francés, italiano. No sabía ni lo que decía, aprendía las canciones por fonética, escuchando los discos. Después escribía las letras: ónly iú, ay lábiu... Richie Silver se vestía como todos los rockeros de la época. El rock and roll no era como ahora, que los de abajo y los de arriba están vestidos igual. Los negros no tenían un mango, pero eran verdaderos galanes en el escenario. Había que estar elegante, saber bailar, vender un show. Ahora el artista se compenetra más con la cuestión social, con el pueblo. En esa época se limitaba a cantar.
–¿Y qué tipo de cosas hacía Richie?
–Como mi madre no tenía un mango, yo tenía que salir a buscar plata. Iba a cantar en cabarets, en todos lados. Y cantaba en el idioma que hiciera falta para traer el pan a casa. Porque Uruguay no tenía música propia, era muy colonizado. Richie anduvo fenómeno hasta que una piba me pidió un autógrafo y le puse cualquier cosa. ¡No sabía inglés ni para escribir mi nombre! Me dio vergüenza y volví a Rada. Ahí se larga el Rada candombero, más cerca del ser uruguayo, aparece Mateo, el Beto Satragni con Raíces, mucha gente. Y a mediados de los ’60 aparece la música bien yorugua, el candombe beat, como le llamábamos. Y Los Iracundos, que Dios los tenga en la gloria, nos abrieron un camino grandísimo a todos los que cantábamos en español. Yo tengo la suerte de haber vivido cuando el mundo todavía se estaba moviendo, cuando la gente todavía creaba cosas. Hoy a los jóvenes se les hace muy difícil crear algo nuevo.
–¿No escucha nada nuevo que lo sorprenda?
–Bueno, ahora me están gustando mucho La Vela Puerca, No Te Va Gustar, todo el rock and roll de Uruguay: La Triple Nelson, Trotsky Vengarán, La Abuela Coca... un montón.
–¿Y por qué cree que todas estas bandas uruguayas crecieron tanto?
–A partir de Jaime Roos, Rada, Laura Canoura, Pájaro Canzani y mucha gente que empezó a grabar, las radios empezaron a darle importancia a la música uruguaya. Yo me la pasaba diciéndoles a los productores de radio: “Muchachos, escuchemos a los bagayos nuestros, si nosotros no confiamos en nuestra música, nadie va a confiar”. Richie también tiene que ver con eso. El dijo: “Este es el momento de la música uruguaya, yo no quiero perder el tren, quiero estar con la juventud. Y si la onda viene de rock and roll, voy a tocar rock and roll, porque soy rockero de alma”. Así que salí con un disco de rock primitivo.
–¿Qué cosas le envidia Rubén Rada a Richie?
–La juventud y las mujeres que tiene. Rada, pobre, está muy solo. Richie es un galán. Salir con él es un quemazo, pero todos lo admiran a él, no a Rada. También extraño la época en que todavía estaba creando cosas. Ahora me cuesta. Cuando compongo siento que me estoy repitiendo con cosas que hice hace dos, tres años, me cuesta encontrar canciones nuevas. Ya pasé por todos los clichés de rock and roll, el samba, el merengue, el candombe, el bolero. Enseguida pienso que el tema se parece a otro anterior, y ahí nomás lo rompo. La computadora está llena. Pero siempre queda un poquito de memoria libre.
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