MUSICA › LUCIANO SUPERVIELLE HABLA DE SUITE PARA PIANO Y PULSO VELADO
El pianista y DJ sustenta esta afirmación, para empezar, en que lo hizo solo y se autoprodujo. Pero también se refiere al concepto: “este disco es para la música clásica lo que Bajofondo es para el tango”, sostiene.
› Por Yumber Vera Rojas
Aunque no pudo alzar el trofeo en la reciente Eurocopa que organizó, Francia recobró su estatus de potencia futbolera guiada por su nueva estrella, Antoine Griezmann, quien no sólo evidenció su sed de gol, sino la influencia que los jugadores uruguayos han dejado en él. Aunque más que en su estilo, en el folklore de ese deporte: al celebrar cada tanto con un “vamo’, vamo’”, al putear al mejor estilo rioplatense o al verlo cebar mate en el vestuario durante la previa. Si hay algo que aúna a Luciano Supervielle con el crack del Atlético de Madrid, aparte de su origen galo y de su habilidad como delantero, son los desplantes que padeció a raíz de su constitución física. “Era flaquito, y no me fue bien”, recuerda este hincha de Montevideo Wanderers, al que hoy representa en la liga amateur. Así que frente a esa frustración, se refugió en su otra pasión: la música, en la cual pudo explotar otras habilidades que lo convirtieron en uno de los referentes musicales de su país.
Después de erigir y consolidar un espacio propio dentro de la escena oriental, más próximo a la experimentación y a atar cabos sueltos entre géneros, Supervielle se tomó la licencia para confeccionar un repertorio en el que contrasta su formación académica con su debilidad por los chiches de última generación. Suite para piano y pulso velado es el nombre de este disco, lanzado el mes pasado, con el que el integrante de Bajofondo aúna su pasado y su presente para proyectar su futuro. “Sin duda es mi disco más personal, comenzando con que soy el único músico que hay. También es mi primer material autoproducido”, explica el pianista y DJ, quien, a un año de su show junto a Jorge Drexler en el Luna Park, vuelve a Buenos Aires para presentar su tercer trabajo solista esta noche, a las 20 hs, en la Sala Sinfónica del Centro Cultural Kirchner. “Lo grabé en un estudio, en la casa de mis padres y en lo de un amigo para buscar esa cuestión tímbrica distintiva de cada uno de los cinco pianos que toqué”.
–Al momento de hacer el disco, ¿lo pensó desde la perspectiva erudita o se plantó en el pop?
–Te lo defino de la siguiente manera: este disco es para la música clásica lo que Bajofondo es para el tango. Si bien hay muchos guiños y citas, esto no es música clásica. Ni yo soy concertista. Así que lo que hice fue basarme en el piano, que es la principal herramienta de mi formación musical. Pero no la única, por lo que apelé a influencias como Bach, Beethoven o Debussy. Yo vengo de la música popular, y con lo que más me identifiqué siempre fue con el hip hop y la electrónica. Me preocupo por la búsqueda del groove, por el hipnotismo de la repetición, que es una atracción muy fuerte que siempre tuve en mis discos. Es un material sincero en el sentido de que habla de mí y de mi recorrido. Es difícil catalogarlo.
–Suite para piano y pulso velado aparece en una época en la que los cruces entre la música clásica y la electrónica son cada vez frecuentes ¿A qué que se debe ese auge?
–Hay una especie de tendencia a nivel global de vínculo entre ambos mundos, con artistas que tienen un sustento fuerte en la electrónica y un contacto más o menos sólido con la música clásica. Y yo me enmarco en esa escena, que tiene entre sus principales figuras a Francesco Tristano, Chilly Gonzales, y la dupla entre Ryuichi Sakamoto y Alva Noto. Creo que todo esto se debe a la crisis de la industria discográfica, donde el show en vivo ha vuelto a tomar una relevancia muy grande, y en la que los artistas volvieron a ejecutar un instrumento sobre el escenario. Ya sea el piano o alguno no tradicional como el tornamesas o el Ableton Push.
–¿Cuál es el punto de conexión entre la electrónica y la música clásica?
–El groove es fundamental, es una fuente de inspiración a la hora de desarrollar un lenguaje. Siempre está latente la búsqueda del hipnotismo y la respiración, y creo que todo eso es trasladable a la electrónica.
–¿Coincide con que la música instrumental atraviesa un buen pasar?
–Si la música instrumental pasa por un buen momento tiene que ver con la revalorización del show en vivo. Bajofondo tiene un fuerte componente de eso. Primero nos tuvo que ir bien afuera para llegar a consolidarnos como algo popular acá. Por lo que desde hace varios años que vengo viviendo ese proceso.
–A propósito de Bajofondo, ¿de qué forma cabe este disco dentro de su concepto?
–Estilísticamente, se abre. El interés va por otro lado, si bien habla de mí. Bajofondo es más rioplatense, éste es más abierto. El colectivo es parte de nuestra formación musical. Aprendimos mucho el uno del otro. Al punto de que éste es un disco muy cinematográfico, y en ese sentido tengo un referente muy grande que es Gustavo Santaolalla.
–¿Para cuándo se viene el nuevo disco del colectivo?
–Mi show en el CCK lo voy a hacer con banda. Y de manera increíble coincidió todo para que ese día nos reunamos en Buenos Aires, y terminemos a lo grande con Bajofondo en el escenario. Hace dos años que no tocamos juntos. Al día siguiente nos vamos a Montevideo a comenzar a grabar el nuevo disco, que intuyo seguirá el mismo camino de Presente.
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