MUSICA › EL DúO COLOMBIANO ATERCIOPELADOS TOCARá HOY EN EL FESTIVAL CIUDAD EMERGENTE
Mientras Andrea Echeverri y Héctor Buitrago habían puesto en pausa la dupla, la insistencia de los organizadores del Rock Al Parque adelantó un regreso que probó ser tan exitoso como emotivo. La grabación de un DVD en vivo y una gira fueron los pasos siguientes.
› Por Yumber Vera Rojas
Aunque Andrea Echeverri se presentó en plan solista en Buenos Aires en 2013, el último show de Aterciopelados en esta ciudad sucedió cuatro años antes, como parte de la gira de su último álbum de estudio, Río. Poco después, el tándem colombiano se tomó una pausa para desarrollar sus respectivos proyectos unipersonales. Si bien la idea inicial era reunirse en 2015, una propuesta para celebrar los veinte años del grupo convenció a sus integrantes para adelantar la vuelta. “En 2014, cuando Rock al Parque (el festival de rock gratuito más grande de América latina) cumplió veinte años, los organizadores del Estado y el curador nos invitaron, pese a que estábamos en stand by”, explica Héctor Buitrago, bajista y fundador. “Ellos insistieron bastante porque prácticamente nacimos y crecimos con el evento. Tras hablarlo con Andrea, nos presentamos y tocamos un repertorio basado en las canciones de esa época en la que nació el festival. Esa noche, a la que acudieron 120 mil personas, vimos el poder de esos temas y el recuerdo que la gente tiene sobre la carrera de Aterciopelados.”
Un par de meses más tarde, la dupla recibió una propuesta de su sello para hacer un DVD. Aunque Echeverri y Buitrago comenzaron a trabajar en material nuevo, la emoción de aquel show en el festival bogotano los estimuló a ver con otros ojos ese recorrido, al tiempo que se reconciliaron con esas viejas canciones. Eso decantó en el repertorio de su flamante producción discográfica, Reluciente, rechinante y aterciopelado (2016), y que los trae de vuelta a Buenos Aires para presentarse hoy a las 21 en calidad de acto estelar foráneo del festival Ciudad Emergente, en el Distrito de las Artes de La Boca. “Lo grabamos en un estudio de televisión en Bogotá y en un formato íntimo”, describe el bajista. “Si bien es muy parecido a los Unplugged, esta vez fue eléctrico. También pensamos en una escenografía que pudiera mostrar la estética de Aterciopelados, y ahí vino el tema de los residuos, de los plásticos y de la reutilización de estos envases. Trabajamos con mucha gente y se siente el cariño de todo lo que estaba sucediendo alrededor”.
–¿En qué criterio se basaron para elegir a los invitados del CD/ DVD?
–Siempre es un poco aleatoria la cosa, porque hicimos una lista larga, pero vimos que no teníamos mucho espacio porque sólo había once canciones. Macaco es un músico con el cual hemos compartido y encontrado cercanía en los mensajes de las canciones. Lo conocimos en España y tocamos con él; aceptó inmediatamente y sentimos que “Luz azul” era la canción para él. Lo mismo sucedió con León Larregui (vocalista de Zoé). Y no había espacio para nadie más. Pensamos en las mujeres que podían acompañarnos en “Florecita rockera”, y llamamos a Goyo (Chocquibtown) y Catalina García (Monsieur Periné), que son dos chicas colombianas con las que ya habíamos hecho unas versiones en vivo de ese tema.
–¿Cómo llegaron a dar con el argentino Rafael Arcaute (IKV, Calle 13) para producir ese trabajo?
–Eso fue por sugerencia de nuestro sello. No lo conocíamos, pero tras ver lo que había hecho, sentíamos que podía aportar y formó parte del equipo. Fue chévere la experiencia de trabajar con él. Ayudó a pulir ciertos detalles, a limpiar un poquito y a aclarar las canciones.
–Además de los clásicos, en el repertorio hay un tema inédito llamado “Re”. ¿Es un homenaje al disco homónimo de Café Tacvba?
–Así es. Cuando estábamos haciendo la selección de las canciones, teníamos tres temas nuevos que podían estar. Y nos pareció que ése era el más acertado porque era más neutro en comparación con los otros, que estaban más vinculados a nuestras respectivas carreras solistas. Se trata de una canción que habla sobre la escena latinoamericana y de Café Tacvba como parte de ella. Surgió porque la banda pasó por Bogotá durante la celebración de los veinte años de ese trabajo, en 2014, y Rubén Albarrán, su vocalista, le escribió a Andrea para invitarla a cantar. Pero no estábamos en la ciudad. Entonces él le preguntó de qué manera ella podía ser parte de ese festejo y de esa inquietud que generó, nació el tema.
–El año próximo se cumplen dos décadas de su Unplugged en MTV, del que no hubo disco. ¿Qué fue lo que pasó?
–Lo que escuchamos fueron rumores de que el sello no llegó a una negociación con MTV y por eso no se pudo editar. El no tener un álbum en vivo en nuestra discografía fue lo que generó que prefiriéramos publicar uno con canciones clásicas y no lanzarnos a hacer algo nuevo, que fue el primer impulso que habíamos tenido.
–El proceso de creación y lanzamiento de Reluciente... coincidió con la celebración de los veinte años del disco La pipa de la paz, al igual que el de El dorado, que fue el que los dio a conocer. ¿Qué recuerdos conserva de aquella época?
–Fue una época emocionante. Formamos parte de una generación de músicos que tuvimos la oportunidad de alzar nuestras voces, de mostrar las realidades de cada país, y eso fue muy chévere. Gracias a canales como MTV y a la apertura de radios en toda Latinoamérica, la gente tuvo ganas de reconocernos en la cultura de cada país. Nosotros pensamos que iban a salir muchas bandas más de Colombia, pero no pasó. Recién sucedió ahora, que está germinando esa escena que comenzó en los ‘90. Desde 2014, tuvimos muchos momentos emotivos con el rencuentro. Se editó un libro llamado Con el corazón en la mano, que cuenta la historia de la banda, sobre todo a nivel fotográfico, y luego vino el homenaje a El dorado, iniciado por una fundación llamada Barrio Colombia. Esta reunión, y que hayan pasado veinte años, nos permitió mirar con otros ojos nuestra historia y agradecer lo que la música nos dio.
–La escena musical colombiana actual vive desde hace algunos años uno de sus mejores momentos ¿Qué opinión le merece esta avanzada?
–Estamos viendo la cosecha de algo que comenzó en los ‘90. Lo bueno es que podemos ver esa diversidad de géneros y propuestas. Otra cosa para resaltar es que el nivel de los músicos colombianos se elevó muchísimo. Cuando comenzamos, la infraestructura era nula. No había sitios donde estallar, ni managers, ni lugares para ensayar ni festivales. Y eso fue creciendo en los últimos veinte años, lo que generó que los artistas tengan posibilidades, y que haya una búsqueda en la fusiones y la música colombiana, que es tan rica. Y eso lo puedes notar en bandas como Los Rolling Ruanas, con propuestas tremendas y valiosas por su autenticidad.
–Su primer bajo fue curiosamente de uno de los integrantes de Génesis, banda fundamental de la primera generación del rock colombiano. Fue como si hubiese recibido la posta para hacerse cargo de la escena, lo que luego desarrolló en bandas como La Pestilencia y Aterciopelados, al igual que en su rol de productor y en su carrera solista. ¿Hoy lo siente así?
–Ciertamente, es como si hubiera recibido la bandera del rock colombiano de la generación anterior, y ésa es mi tarea. Fue muy mágico ese momento cuando un chico me convenció de que comprara un bajo porque nunca había tenido un instrumento en mis manos. Lo compré y gracias a eso es que estoy acá en este momento. Ahora que preparamos un disco de Aterciopelados con canciones nuevas, para 2017, el reto es dar un paso más allá una vez más, a ver cómo sale. La intención es que sea auténtico y que siga manteniendo nuestro sello.
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