MUSICA › CRAIG LEON PRODUJO EL PRIMER DISCO DEL CUARTETO PUNK
A cuarenta años de la publicación del álbum, el productor desempolvó las cintas originales para una edición que incluye la mezcla mono. “Fue lindo escuchar lo increíblemente prácticos que eran y lo ajustados que sonaban desde el principio”, asegura.
› Por Leonardo Ferri
Todo indica que Craig Leon es un sujeto pragmático. Eligió aplicar sus conocimientos de música clásica al pop, y luego adaptarlos a un nuevo sonido más crudo y directo que se daría a conocer en la segunda mitad de la década del ‘70: el punk. Más tarde, alejado del rock, se dedicó a incursionar en la música electrónica y su fusión con la clásica (conviene goolear su presentación “Bach to Moog”) y a trabajar con artistas de la talla de Luciano Pavarotti, Joshua Bell y la London Symphony Orchestra. Pese a todo, su nombre siempre quedará ligado al de Ramones, ya que fue el productor del disco debut de la banda de Queens, en el que volvió a trabajar para la reedición por su 40º aniversario, que incluye una mezcla en mono inédita hasta el momento. “Eran los ‘70 y ya no se editaban discos en mono”, explica Leon vía Skype. Ahora, con la guitarra de Johnny que golpea entre los ojos, la base áspera de Tommy y Dee Dee, y la voz de Joey donde considera que deben estar, Leon siente que el disco adquiere su mejor forma, la definitiva. Y dice: “Fue raro volver a escuchar esas cintas, pero no encontré nada que no recordara”.
–En realidad, el camino fue el inverso. Toda mi formación, desde muy joven, fue en música clásica. Estudié piano, composición, orquestación, musicología y cosas por el estilo. Eso fue a principios de la década del ‘70, cuando la música pop dominaba todo y lo clásico no era tan importante. Así que terminé usando esas habilidades adquiridas con la música clásica en discos de pop. Empecé en mi propio estudio, trabajando para discográficas como productor y arreglador. Por eso digo que el camino fue inverso, porque además durante los ‘80 saqué algunos discos de música electrónica. El círculo se cerró en 1999, cuando volví a lo que podríamos decirle “mis raíces” y produje No Exit, el disco de Blondie que incluyó el hit “Maria”. Volver a trabajar con una de las primeras bandas con las que lo hice fue un buen cierre para después seguir con mis cosas.
–Me llevaron a trabajar a Sire Records básicamente porque tenía mi propio estudio. Seymour Stein era quien se encargaba de todo lo relacionado con la promoción y Richard Gottehrer era el productor, y necesitaban más que nada a un tipo que supiera de música, a un músico. En aquellos días, cuando trabajabas para una compañía discográfica, si descubrías a una banda y la llevabas al sello, terminabas produciéndola. En especial en Sire, donde no tenían mucha plata para contratar a otro productor. Y los Ramones quisieron que yo fuera el productor porque ellos sabían que iba a registrar la esencia de lo que eran, sin pretender modificarlos. Jamás quise cambiarlos, sino lograr una representación de lo que ellos querían y de lo que hicieron en el estudio. Eso es lo que debe hacerse en un primer disco, en una presentación.
–Nuestra primera reunión fue en el backstage del CBGB’s. Fue muy rápida y no hablaron mucho. El que más dijo fue Tommy, que en ese momento era el encargado de hablar por la banda, una especie de manager. Danny Fields ya estaba trabajando con ellos, pero todavía no era por completo el manager. Ellos primero se reunían en privado y después iban todos, pero el que hablaba era Tommy. Obviamente, después hablábamos y trabajábamos todos, pero eso no sucedió hasta que me conocieron. Arreglamos otra reunión en mi oficina y me pidieron que les aconsejara cómo proteger los derechos de sus canciones. Habían escrito muchas canciones y no querían que se las robaran, y los ayudé. Ellos ya sabían que eran buenos. No pensé que ya estuvieran listos para grabar, pero sabía que en su momento iban a estarlo.
–La verdad es que usamos todo lo que estaba disponible en aquella época, que no era tan diferente a lo que podía encontrarse en los ‘60. Había algo más de tecnología, porque habían aparecido los sintetizadores, pero todavía usaban cinta analógica; y había mesas de 16 o 24 canales, pero todos se arreglaban con menos. Había maneras de cambiar los sonidos con las cintas, había compresores y armonizadores, pero todo era muy primitivo. Finalmente, lo más importante fue cómo ellos tocaron, más que el estudio y las técnicas. Fue cómo ellos se pararon, cómo tocaron y cómo pusimos los micrófonos. Hay mucho detalle sobre eso en los textos que escribí para la edición del 40º aniversario.
–¿De verdad? Qué mal eso, sin la mezcla en mono se están perdiendo todo... Me gusta la versión estéreo, es la que todos conocemos, pero me gustaría que todos puedan disfrutar de la versión original. Creo que la discográfica debería distribuir versiones promocionales, o copias digitales por lo menos.
–No hubo que explicar demasiado porque lo hicimos bastante rápido. Lo que dijo Johnny está bueno como comentario y le agrega cierta mitología, pero Ramones nunca hizo las cosas rápido en un estudio. Nunca en toda su carrera. Supongo que entiendo que quisiera hacer todo distinto, pero también que ese comentario lo hacía ver más punk (risas). Fue pura actitud... Pero la grabación fue rápida, apenas cuatro días y algunos más para la mezcla.
–Para nada difíciles. Si no querían hacer algo, no lo hacían, pero yo tampoco los hubiera forzado a hacerlo, porque no es mi estilo. Yo hacía sugerencias del tipo “quedaría bien esto” o “eso es una buena idea”, y no más. Sí les consulté si les gustaría hacer armonías al estilo Beach Boys y les encantó. Todo lo que tuviera que ver con los ‘50 o los ‘60 los entusiasmaba. Si los Beatles, los Beach Boys y The Who lo habían hecho, ellos definitivamente querían intentarlo.
–No me gusta presumir acerca de mí y de cómo hago mi trabajo, pero no creo que él hubiera hecho firmar a Ramones. Tomó bastante tiempo, de hecho. Hay algunas historias acerca de Linda, la esposa de Stein, que dicen que recién después de que ella los vio él los contrató, pero no son ciertas. La historia más exacta es la que cuenta Monte Melnick en su libro On the road with the Ramones, en una entrevista con Johnny y Tommy. Pasaron varios meses entre que los llevé a Sire y que efectivamente firmaron.
–Fueron varias cosas, casi una cuestión... política, por decirle de alguna manera. Creo que Tommy buscaba que la banda sonara lo más “normal” posible, y con normal me refiero a las bandas de los ‘70. Ellos estaban desesperados por tener un hit y me sorprendió que no me llamaran cuando yo había producido varios hits. Y también dejé de trabajar para Sire. Pero la verdad es que ese único disco fue suficiente y estoy muy contento de haber estado ahí.
–Fue raro volver a escuchar esas viejas grabaciones, ver toda esa información. Ahí estaba yo hacía cuarenta años. ¡Se me escuchaba a mí hablando, cantando y tocando! Vi mi letra en cada rollo, fue como descubrir un cuaderno de primer grado... Pero, sacando eso, no encontré nada que no recordara, fue más o menos de la manera que pensé que iba a ser. Fue lindo escuchar lo increíblemente prácticos que eran y lo ajustados que sonaban desde el principio; y también lo mucho que trabajaron para que así fuera.
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