MUSICA › FERRER, BALTAR, TRELLES, MARCONI Y LA FILARMONICA INTERPRETAN A PIAZZOLLA
“Balada para un loco” perdió en un festival en el Luna Park, en 1969. Hoy, Amelita Baltar, la cantante que la estrenó, vuelve a esa sala con la Filarmónica de Buenos Aires, con su letrista y con quien la cantó cuando ella se separó del bandoneonista.
› Por D. F.
“¿Así que eras vos?”, cuenta Horacio Ferrer que le dijo Astor Piazzolla cuando le abrió la puerta. “El estaba realmente muy mal; se había separado, andaba perdido. Y un día yo aparecí en la casa y él me recibe con esa frase. Es que Horangel, el astrólogo, le había dicho que el primero que golpeara la puerta de su casa le iba a cambiar la vida. Y el timbre estaba descompuesto, así que, efectivamente, golpeé la puerta. Fuimos a comer a un lugar que todavía existe, que se llama La Barra, y me contó que lo había fascinado mi libro Romancero canyengue. ‘Andate a Montevideo, no te descalentés’, ésas fueron sus palabras, ‘y volvete con el boceto para una obra’.”
Otros cuentan la historia de otra manera, como una idea de Piazzolla y Egle Martin, que ya había grabado la canción “Graciela oscura”, de Piazzolla y Petit de Murat. Pero el resultado fue el mismo: una obra armada con distintos cuadros, que combinaba canciones, partes instrumentales y un recitado, a la que bautizaron María de Buenos Aires. La protagonista, finalmente, no fue Martin, que mantenía una relación triangular con el bandoneonista y terminó secuestrada por su marido en una estancia correntina, sino Amelita Baltar, una cantante muy joven, que venía del folklore y que se convirtió, también, en su nueva mujer. Lo cierto es que después de María... vino “Chiquilín de Bachín” y, después, “Balada para un loco”. “Andá e imprimite una tarjeta que diga: Horacio Ferrer, poeta de ‘Balada para un loco’, que te va a servir para toda la vida”, dice Ferrer que le dijo Piazzolla, un día antes de la final de un concurso de la canción que se realizaba en el Luna Park y que, finalmente, perdieron a causa del voto adverso del público. Y, más allá de la bravuconada, Piazzolla tenía razón: la canción ganadora fue olvidada en poco tiempo y “Balada para un loco”, todavía hoy, es un hit. Será por eso que, en el mismo lugar en que hace 37 años el público se dividió entre aplausos y chiflatinas, el poeta, junto a Amelita Baltar y José Angel Trelles –el cantante que fue parte del octeto eléctrico de 1976, reemplazando justamente a Baltar, que se había separado de Piazzolla–, el bandoneonista Néstor Marconi y la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, dirigida por José Carli, homenajearán al maestro y recordarán, entre otras piezas, esas canciones que, discutidas tanto por los adversarios de siempre como por los piazzollianos –que las consideraron comerciales–, se convirtieron en uno de los éxitos de ventas más grandes de la música popular argentina. El espectáculo, llamado De Piazzolla y Ferrer, subirá a escena hoy y mañana, a las 21, en el Luna Park.
“Todo fue bueno”, recuerda Ferrer los tiempos de María de Buenos Aires. “Nos bancamos el poco público, con prestamistas, con los músicos rebajando su cachet para poder seguir haciéndola. Estábamos felices.” Amelita Baltar coincide: “Una vez estábamos por empezar y vinieron a decirnos que levantaban la función porque había nada más que ocho personas y nosotros éramos como trece en el escenario. ‘¿Vos sos loco, con las ganas que tenemos de tocar esta música te parece que vamos a cancelar?’, le contestó Astor. ‘Además –dijo–, yo no sé si uno de esos ocho tipos puede venir otro día o desde dónde se vino para vernos. Tocamos aunque sea sólo para uno’.” Baltar, que hasta ese momento cantaba otro repertorio –Dávalos, Falú, Leguizamón y Castilla–, a partir de allí no pudo –o no quiso– desprenderse de Piazzolla. Esas canciones, y sobre todo las que vinieron después, “Chiquilín...” y “Balada...”, quedaron identificadas con su voz. Y su voz, claro, quedó identificada con ellas. Al fin y al cabo parecían haber sido creadas especialmente para ella; para su voz rugosa, para sus explosiones teatrales. “Vos tenés que hacer Medea”, dice Baltar que le dijo Onofre Lovero, un día que un grupo de actores había ido a ver María....
“Muchos grabaron la ‘Balada...’”, dice Ferrer. “Goyeneche, que dijo ‘quiero ese tango’ cuando muchos decían que no era un tango, y Sobral, que había cantado el tango ganador del festival y tuvo la hidalguía de hacerla, y después Moacir Santos, y Julien Clerc, y Mina. Pero había que tener la desfachatez de Amelita para hacerla, con su voz distinta, con su temperamento.” “Astor me escuchó cantar y creo que se entusiasmó conmigo”, comenta Baltar. “Yo llegué al proyecto de María de Buenos Aires cuando ya estaba casi totalmente cocinado. Y no sabía mucho de qué se trataba. Ni siquiera había escuchado a Piazzolla anteriormente. Era una chica de Barrio Norte que hacía folklore. Pero cantaba. ‘Tenés oído de tísico’, me dijo Astor cuando me pasó el comienzo de María... y yo lo canté. En el proyecto anterior no había una cantante y yo era una cantante. Y además podía decir. ‘Qué tragedia tenés en la voz’, me decían. Lo cierto es que ‘Balada para un loco’, y después ‘Balada para mi muerte’ y todas las canciones que hicimos con Ferrer y con Astor no me abandonaron nunca. Y las veces en que yo he intentado abandonarlas a ellas, es el público el que no me deja. No hay manera de que yo actúe y no haga ‘Balada...’. Y, a veces, estoy como hastiada. Pero no bien empiezo a cantarla, me emociono como si fuera la primera vez. Se me pone la piel de gallina.”
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