Lun 20.11.2006
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MUSICA › NEW ORDER SE HABRIA DESPEDIDO EN BUENOS AIRES

“El último show en vivo para siempre”

El bajista Peter Hook confirmó lo que su –hasta el sábado– compañero Stephen Morris le había insinuado a Página/12 antes del recital en el Personal Fest. Dicen que en la escena actual quedan “como los viejos del barrio”.

› Por Roque Casciero y Mariano Blejman

“Puede que éste sea nuestro último concierto para siempre.” Quien habla es el bajista Peter Hook y el show al que hace referencia es el que New Order dio el sábado por la noche en Buenos Aires para cerrar el escenario principal del Personal Fest. La entrevista en la que Hook le confirmó a Página/12 la separación –al menos temporaria– fue un rato antes de la presentación de la banda, en unos cómodos camarines armados en un galpón del club Ciudad de Buenos Aires, donde se desarrolló el festival. Pero antes de hablar con el bajista, fue el baterista Ste-

phen Morris quien tiró la primera piedra cuando se le recordó que en 2007 él, Hook y el cantante y guitarrista Bernard Sumner cumplirían 30 años haciendo música juntos, primero en Joy Division y más tarde –tras el suicidio del vocalista Ian Curtis el 18 de marzo de 1980– como paladines de la cruza entre el dance y la new wave en New Order. El batero adelantó que no tenían pensado nada especial para el aniversario: “No somos muy buenos para hacer planes. Lo bueno de cuando empezamos en Factory (su primer sello, el que se muestra en la película 24 Hour Party People) era que no tenías que planear lo que ibas a hacer. Podías escribir una canción y decir: “Esto podría ser un buen single”. “Y podías editarlo dos semanas después. Ya no se pueden hacer esas cosas: tenés que escribir y grabar un álbum... Pero lo cierto es que no somos buenos para planear nada, así que no podría decir qué vamos a hacer el año próximo.”

–Entonces, ¿cómo es el presente para la banda?

Stephen Morris: –No sé, la verdad. Este es un tiempo medio raro para ser New Order... Estaba bueno hace algunos años, cuando todo el mundo decía que éramos “genios semidivinos” (el semanario inglés New Musical Express les dio un premio con ese nombre) y los fans reconocían a la banda. En cierto sentido, ahora hay muchos New Orders dando vueltas por ahí y quedamos como los viejos del barrio, así que deberíamos parar un rato y dejarlos a ellos ocupar el lugar.

–Es que ustedes fueron influyentes por partida doble, primero con el post punk oscuro de Joy Division, y luego con la mezcla de dance y new wave de New Order.

–Sí, sí. No sé, es bueno ser recordados, realmente es un cumplido. Y la influencia es positiva, porque a nosotros nos influyeron mucho Iggy Pop, The Velvet Underground, David Bowie y gente así, además del punk rock, y nosotros no sonamos parecidos a ellos. Pero la influencia va más allá de New Order, hay como una nueva new wave, algo así. Por eso me gustaría intentar algo diferente, aunque es muy difícil cuando llegás a cierta edad. Además, en realidad cuando encontrás algo diferente es porque te chocás con eso, no es cuestión de plantearte: “Ey, voy a hacer algo diferente”.

–Lo que dice suena a que New Order no va más.

–Ehhhhh... Podría decir que no habrá New Order por algunos años, pero como mencioné antes, somos muy malos haciendo planes, así que asegurar algo... Veremos qué pasa.

–¿Se tomarán otros ocho años, como entre Republica (1993) y Get ready (2001)?

–(Se ríe) Lo que pasó fue que nos quedaron siete canciones de Waiting for the Siren’s Call (2005) y no queríamos hacer un disco que fueran los sobrantes de otro. Además, Waiting... no fue un disco exitoso como para que la compañía dijera: “¡Sí, sí, sí!” Más bien fue tipo: “Ehhh, quizás...”

–¿Siente que ya hicieron su trabajo o algo así?

–No. El truco está en no quedarte arraigado a lo que hacés, porque te repetirías una y otra vez. A veces simplemente tenés que parar lo que estás haciendo y estar dispuesto a aprender de nuevo en lugar de convertirte en una fotocopiadora.

El cantante Bernard Sumner declinó hacer entrevistas en su paso por Buenos Aires, aquejado por un resfrío que no se le notó durante el show. Pero Hook, quien además de pasear su sonido marca registrada por el escenario principal también ofició como DJ en el Personal Fest, fue igual de franco que Morris con respecto al futuro de New Order. “Es tiempo de que paremos y pensemos qué queremos hacer”, aseguró. “Es maravilloso parar cuando necesitás hacerlo. A veces, cuando tenés la suerte de tenerlo todo, no lo apreciás como es debido. Entonces necesitás un recordatorio de cómo son las cosas cuando no lo tenés todo. En este momento lo tenemos todo, así que quizá sea tiempo de que lo perdamos, quizá para empezar a abastecernos nuevamente. Así es como me siento.”

–¿Eso significa que su primer show en Buenos Aires también podría ser la última vez que toquen?

Peter Hook: –Sí, bien podría ser nuestro último show en vivo para siempre. Podría ser.

–¿O será que habrá que esperar otros ocho años para verlos juntos, como ya pasó una vez?

–Quizás otros 17 años, o 30...

–Justamente 30 años es lo que cumplen juntos el año próximo.

–Bueno, estuvimos 29 años juntos, no creo que un año más tenga importancia, la verdad.

–Pero, ¿están bien sus relaciones personales?

–Sí, sí, todavía nos odiamos el uno al otro (risas). Es una cuestión de amor-odio.

–¿Tiene otros planes?

–Sí, estoy lleno de planes. Estoy formando una banda con Mani (Gary Mournfield, de Primal Scream y ex Stone Roses) y Andy Rourke (ex The Smiths), que va a llamarse Freebass.

–Pero ustedes tres son bajistas...

–Claro, ése es el secreto (guiña un ojo).

–¿Y los tres van a tocar el bajo?

–¡Claro! Ya hemos escrito unas 17 canciones y todo va por buen camino. Esperamos terminarlo pronto.

–¿Quién de los tres canta?

–Ninguno, tenemos a un tipo llamado Richard, de Wighan, Inglaterra. Hasta ahora nos va bárbaro, porque con Mani y Andy nos llevamos muy bien.

–O sea que Freebass va a reunir a los tres bajistas de las bandas más importantes de la historia de Manchester, excepción hecha de Oasis.

–La razón por la que decidimos hacerlo fue porque todo el mundo se nos rió en la cara cuando sugerimos la idea. Entonces pensamos: “¡Váyanse a cagar! Ya les vamos a demostrar...” No hay muchos álbumes de tres cantantes, ¿no?

–¿Cómo sigue la participación de New Order en Control, la película sobre Ian Curtis que lleva adelante el director y fotógrafo Anton Corbijn?

–Estoy enojado con la película en este momento porque Anton Corbijn parece estar ejerciendo mucho control, precisamente. Hubiera preferido que mostrara más respeto por nosotros. Eso es lo que debería hacer. No sé, está todo bien, Anton es muy pasional respecto de la película, pero creo que debería tener más amplitud de miras. Al principio era así y decía: “Vengan todos a ayudar”. Pero ahora se cerró y manda a todos a cagar.

–¿O sea que no van a hacer la banda sonora de la película?

–Se supone que sí, pero el problema es que él está diciéndonos qué hacer. Y si nosotros no le decimos cómo dirigir, ¿por qué él va a decirnos a nosotros cómo hacer la música? A Bernard y a Stephen no parece molestarles, pero a mí me jode mucho.

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