“Si se muere el tango esto ya no sería Buenos Aires, sino una ciudad cosmopolita sin identidad y víctima de la globalización.” La reflexión no proviene de un viejo tanguero apabullado por nuevas tendencias, sino de Esteban Casati, violinista de la más joven de las orquestas de tango que recorren la ciudad: Cerda Negra. Como el resto de sus compañeros, el muchacho ronda los 18 años y el dato –asociado al reconocimiento que tienen en el ámbito– anula el temor de su reflexión: nada más lejos hoy que la tan anunciada muerte del tango. Como muestra de supervivencia, basta saber que el lujoso Palais de Glace, emplazado en plena Recoleta, mutará esta noche en milonga de barrio para ponerle piso y escena al epílogo del IV Festival de Tango Joven. Además de la “orquestita”, el evento tendrá como protagonistas a Kevin Johansen, el grupo mendocino Astillero, Alfredo Piro, Aureliano Marín y shows de baile entre número y número. “El tango no es ni joven, ni viejo, ni antiguo, ni moderno, ni electrónico, ni ortodoxo. Es solamente tango. No le pidamos más”, sostiene Piro que, si la grilla se cumple con precisión, actuará entre las 19.45 y las 20.15 (ver aparte).

Organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación, el festival comenzó en julio en La Falda, prosiguió en Mendoza –septiembre– y epiloga hoy con un programa que, además de recitales y milongas abiertas, contempla clases abiertas de baile –a cargo del colectivo El motivo Tango– y una serie de animaciones producidas por el grupo audiovisual Ciudad Pez, integrado por diseñadores de imagen y sonido egresados de la UBA. “La actualidad del género me parece muy prometedora. Por suerte, existen músicos que apuestan a nuevas estéticas”, sostiene Aureliano, otro de los convidados. “Hay una pequeña ebullición del tango, que está dando pie a una corriente. Eso me hace muy feliz, porque lo amo.”

Además de los números anunciados, también serán parte Susana Rinaldi, Leopoldo Federico –padrinos de los jóvenes artistas– y el legendario cantor Alberto Podestá, a quien la Legislatura porteña entregará una placa en homenaje a su trayectoria. También está entre planes la edición –con distribución gratuita– de un disco con temas de todas las agrupaciones que participaron en alguna de las ediciones del festival: 34 Puñaladas, Dema y su orquesta Petitera, La Chicana, La Quimera del Tango, Las del Abasto, Orquesta Típica Imperial y Rosa Blindada. Piro se anotó en el compilado con una versión de “Ave de paso” (Cadícamo y Cobián), interpretada con sus giros propios, desprendidos del corsé nostálgico. “Hay que romper ciertos hechizos”, amplía el hijo de la Tana Rinaldi. “Cuando comencé a cantar profesionalmente, me preocupaba bastante eso de cómo desarrollarme en el rol de cantante. Me iba moldeando con referentes exclusivamente tangueros, pero hoy me ocupo menos de seguir ciertos arquetipos.” Aureliano Tango Club –el trío de jazz tango que lidera el cordobés Marín– ejecuta otro clásico a su manera: “Romance de Barrio”, de Troilo y Manzi. Además de integrar el compilado, será uno de los temas que el grupo presentará hoy, junto a un repertorio basado en el futuro disco, el sucesor del festejado Cool Tango. “Lo voy a editar en marzo y radica en una apuesta volcada un poco más hacia el tango y la danza, desde lo estrictamente musical”, explica el multiinstrumentista sobre el trabajo en ciernes.

Respecto del rótulo “tango joven”, todos tienen algo para decir. Para Piro, el mote implica “una buena excusa como para purificar las culpas que tiene el tango con toda una nueva casta adolescente que se acerca al género”. “Por más que hoy no exista en nuestra sociedad un muro divisor que expulse a los jóvenes del tango –fundamenta–, todavía existe cierta indiferencia. Eso del tango joven o nuevo tango argentino es una excusa comercial para adentrar a los que todavía no se curaron del susto de los últimos Grandes Valores.” Para Casati, se trata puramente de un slogan publicitario “eficaz”, que no alcanza a Cerda Negra. “Nosotros tratamos de distanciarnos de lo que no incumbe a nuestra música: el tango es tango joven, viejo o mediano.” Nicolás Tognola –su compañero bandoneonista– ensaya una visión crítica. “El tango joven podría mover multitudes, pero el resurgimiento recién empieza, y gran parte de lo que abunda en los grandes medios de comunicación justamente no es tango joven, sino el otro extremo: el desgastamiento repetido de la cultura chata y mediocre. La actualidad del tango tiene dos caras: la más artística y auténtica, y la comercial, oportunista y turística.” Aureliano, en cambio, ubica el ojo en una realidad psicológica que requiere del género para entrar en catarsis: las decepciones tempranas. “Hoy, las decepciones se viven desde niño; ya no existe el caserón de tejas donde éramos felices. Y el tango no admite excepciones de edad. Sirve para consuelo de todos.”