MUSICA › ALEJANDRO SANZ
El cantautor español reivindica sus orígenes flamencos. “Me gusta trabajar con Shakira o con Juanes, pero aprendo más cuando toco con Paco de Lucía”, dice Sanz, que hoy presentará en la cancha de River su último CD, El tren de los momentos.
› Por Roque Casciero
Alejandro Sanz lleva vendidas más de 21 millones de copias de los diez discos que ha publicado (1,3 millón sólo aquí) y ha cantado, por ejemplo, ante un estadio Vicente Calderón repleto para verlo a él. Y mañana presentará su último trabajo, El tren de los momentos, en el estadio de River (“no me gustan tanto los estadios tan grandes, pero hay que hacerlo alguna vez, es la catedral”, dirá). Es el mismo Sanz que graba con Shakira y Juanes, acumula 15 Grammy latinos y vive en una mansión en Miami. Sin embargo, siempre trasmite la sensación de que se sentaría a tomar una cerveza con cualquiera que lo invitara por la calle. “Si está fresquita, ¿por qué no?”, pregunta retóricamente este cantante que, pese a que se mueve en el universo del pop latino, reivindica sus orígenes flamencos. En la entrevista telefónica con Página/12, Sanz afirma no entender a quienes se pierden la posibilidad de esos encuentros sencillos: “¿Qué pasa, beben jugo de nubes o qué?”.
–Cuando se está en un lugar como el suyo, a veces debe ser difícil no creerse un semidiós o algo así...
–Afortunadamente tengo a mi madre, que cada vez que hablamos me pregunta si me lavo las manos antes de comer y si voy al baño antes de acostarme: eso me pone bastante en el suelo. Y luego tengo muchos amigos que no viven dorándome la píldora. Vengo de un barrio de Madrid y no tengo gran aprecio por todo lo que significa esa prepotencia de no mirar al que tienes al lado y de pasar como una centella. Creo que estoy bastante cerca de lo que siempre he sido, precisamente porque no tengo aprecio por esa clase de gente. Y además me parece aburridísimo, hasta difícil, estar todo el día con esa cosa de que no me vean, que no me toquen...
–De todos modos, en Miami se “guarda” bastante.
–No es una cuestión de que me guarde. Vivo en un sitio en el que salgo al mar todos los días. El primer baño de la mañana me lo doy en el mar. Y vivo muy cómodo así. He salido todo lo que tenía que salir y, cuando salí, salí de verdad. Han tenido que ir a recogerme dos días después en algún sitio... Entonces ya estoy un poco cansado del filósofo de las 5 de la mañana en un pub o de la chica de los ojos verdes que luego eran lentillas (risas).
–En alguna ocasión dijo que el éxito y el dinero sí lo habían cambiado, porque antes no podía viajar en subte y ahora podía comprárselo.
–Sí, pero no pienso comprármelo porque tendría que hacer demasiadas reformas. De todos modos, te cambia a ti, pero también a la gente que está a tu alrededor. Y eso es lo más complicado. Cambiar, cambiamos todos, además por el paso del tiempo. Con el dinero, sobre todo, cambian las necesidades: de repente te creas necesidades que no tenías. Pero en la personalidad, el cambio no debería ser tan importante. La personalidad no se forja a base de dinero. Al menos, no en mi caso. Tampoco tengo tanto como para eso.
–Bueno, vendió 21 millones de discos, algo debe tener, ¿no?
–No, claro, no voy a mentir, pero todo me lo he ganado. Porque muchas veces me preguntan: “Oye, ¿cómo puede ser que tengas ideas políticas un poco de centroizquierda y vivas aquí?”. Bueno, lo que tengo aquí me lo he ganado y es un derecho de cualquiera. Pero si para llegar ahí hay que robar, entonces está mal.
–Usted se define como de centroizquierda, pero les ha “pegado” a Chávez y Fidel Castro.
–Pero ellos son radicales de izquierda. Y les pego igual que a Bush, que es un radical de derecha. Lo que pasa es que a veces las opiniones hacen mucho ruido, sorprenden. Entonces hay alguien que opina que tú no deberías opinar, con lo cual esto es una pescadilla que se muerde la cola constantemente.
–El tren de los momentos es el primer disco que hizo después de su divorcio y el año pasado dijo aquí que ya nadie le creía que no escribe sobre usted mismo. Varias letras del disco dan que pensar...
–Para eso están (risas). Es imposible no poner algo de ti en las canciones. Es más, no son más que el reflejo de uno mismo. Lo que no quiero es que eso se convierta en: “Voy a escuchar la vida de este tipo”. Mira, te pruebas el chaleco y, si ves que te queda, pues te lo llevas. Probablemente, muchas de esas historias con un nombre diferente se parezcan a cosas que te han pasado a ti o a otras personas. De eso se trata: cuento mi experiencia, que es lo que hace todo el mundo que crea, pero no está tratado con el morbo que lo trata la prensa del hígado.
–¿La prensa del hígado?
–Bueno, es que dicen “del corazón”, pero a mí no me parece (risas). Por la bilis que sueltan a veces, más parecen del hígado.
–¿Qué letra del último disco es más autobiográfica?
–Pues, éste... Probablemente “La peleíta”.
–Es la más graciosa.
–Por eso tiene mucho más que ver conmigo. Me gusta mucho reírme, creo que es una de las armas que tiene el hombre para defenderse ante la vida.
–Igual, cuesta creerle que “La peleíta” sea la más autobiográfica estando “Se lo dices tú” (que parece hablar de su hija luego del divorcio).
–¿Sí? (Se ríe.) Es fuerte esa canción. Fíjate que casi todas las letras son improvisaciones, aunque luego las retoqué. Y en un primer momento tenía la sensación de que era un alma diciéndole a un instrumento “se lo dices tú”. Como si dijera que no es capaz de explicarse salvo a través de la música. En un primer momento parecía eso y luego, cuando la terminé era... Pues eso, lo que parece, ¿no?
–En las entrevistas siempre menciona como influencias a Leonard Cohen y Paco de Lucía. ¿Siente una limitación para hacer algo en esa vena?
–No, para nada. Hago lo que hago convencido de que estoy haciendo algo bueno. Y fíjate que cuando lo escucho con el tiempo, tiene su calidad y sus cosas. Sobre todo, es muy diferente porque vengo del flamenco, por lo cual jamás he cantado como un cantante de pop. Me gustan Leonard Cohen y Paco de Lucía, haciendo cada uno lo suyo. Pero si ya lo hacen ellos, ¿para qué voy a hacerlo yo? No creo ser capaz de hacerlo mejor que ellos.
–De todos modos, invita a Shakira o a Juanes a participar de su disco y nunca concretó ese proyecto de un álbum conjunto con De Lucía.
–Estamos en eso. Pero también me gusta trabajar con Shakira o con Juanes, que además son mis amigos. Lo que pasa es que cuando comparto musicalmente con Paco de Lucía es mucho más aleccionador, aprendo mucho más cuando toco con él, obviamente.
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