MUSICA › SIMON LEBON Y LOS NUEVOS TIEMPOS DE LA BANDA INGLESA
“Ser padre y esposo es mi vida, ser estrella de rock es mi trabajo”, dice el cantante, que actuará mañana junto a Nick Rhodes, John Taylor y Roger Taylor en un curioso certamen futbolístico en el Mundialista marplatense. Tras la partida de su guitarrista, el grupo aparece más volcado a un sonido más tecnológico, pero promete los hits que todos quieren escuchar.
› Por Roque Casciero
Antes del malón de reuniones actual, una de las más sorprendentes fue la de la formación original de Duran Duran, especialmente porque en pleno siglo XXI parecía haber perdido relevancia el sonido de hits como “The Reflex”, “Wild Boys” o “Hungry Like the Wolf”. Sin embargo, el timming para el regreso fue perfecto: inesperadamente, el ochentazo volvía con todo de la mano de bandas como The Killers, Scissor Sisters o Kaiser Chiefs. Encima, los “fab five” retornaron en buena forma, tal como se vio en Buenos Aires hace un par de años, incluso con la decencia de preocuparse por tener disco nuevo antes de salir de gira. El año pasado se conoció la noticia de la partida del guitarrista Andy Taylor, pero Duran Duran siguió adelante. Y ahora, en la misma semana en la que se publica en todo el mundo su disco Red Carpet Massacre, la banda vuelve a la Argentina: toca mañana en el estadio Mundialista de Mar del Plata, en el marco del certamen World Football Idol (ver aparte). “Será un show especial”, le adelanta a Página/12 en exclusiva el cantante Simon LeBon. “No sé cuánto del nuevo material vamos a tocar, porque es demasiado nuevo. Sólo tocamos esas canciones en la fiesta de lanzamiento del disco, en Nueva York, y fue en esta misma semana. Supongo que tocaremos algunas del nuevo disco, algunos hits y temas viejos que no son tan conocidos. Nos gusta divertirnos en estos shows y la gente también lo pasa muy bien.”
LeBon admite rápidamente que Red Carpet Massacre no habría sonado como suena si Andy Taylor hubiese seguido en la banda: las programaciones y los teclados dominan el panorama y la guitarra pasó a ser casi un elemento decorativo. Pero eso le ha dado nuevo brillo a Duran Duran, justo en el momento en el que demasiadas bandas jóvenes buscan acercarse al sonido new wave que LeBon y los suyos patentaron en los ’80. Además, los cuatro músicos (Nick Rhodes en teclados, John Taylor en bajo y Roger Taylor en batería, además del cantante) contaron con la colaboración del mago de las perillas Timbaland y del golden boy Justin Timberlake. “El me dijo ciertas cosas sobre los tiempos para cantar que me hicieron mejorar”, asegura LeBon. “Y de Timbaland aprendí que pueden hacerse las cosas muy rápido, que tenés que terminar una canción cuando todavía estás excitado con ella: hay que mantener todo fresco.”
–¿La partida de Andy Taylor fue de mutuo acuerdo?
–Bueno, debo ser muy cuidadoso con lo que digo porque estamos en medio de un procedimiento legal. Entonces no puedo decir que él dejó la banda, y si usted escribiera eso probablemente él lo demandaría (risas). Esto es lo que pasó: John, Roger, Nick y yo fuimos a Nueva York en septiembre a trabajar en un estudio con Timbaland, en un viaje organizado por la compañía discográfica. Ahí estaban Justin Timberlake, Timbaland, Nate Hills (el productor de la mayor parte del disco)... La única persona que no estaba era Andy Taylor. Después hicimos un show en Hong Kong y él tampoco estuvo. Y como ya habíamos tenido que tocar en varios conciertos sin él, decidimos que debíamos terminar con nuestra sociedad. Es muy difícil cuando no podés confiar en uno de los miembros de la banda.
–Seguramente usted tiene más cosas para decir y las calla por el asunto legal.
–No hay mucho más que eso, para ser honesto. Es un poco triste, en realidad, que la reunión haya terminado, pero el hecho es que se acabó. Y nos metimos de nuevo en estudios y grabamos un álbum entero, Reportage, que nunca salió. Lo empezamos en septiembre de 2006 en San Francisco y sonaba más tipo indie rock, podría haber estado en la misma batea que The Killers, Bloc Party y Kaiser Chiefs. Cuando se lo llevamos a la compañía, nos pidieron algunos singles y nos sugirieron que trabajáramos con Timbaland. Pero cuando nos dimos cuenta de que Andy no iba a ser parte, tuvimos que cambiar el sonido. Así que escribimos un álbum completamente nuevo.
–¿Ninguna de las canciones de Reportage entró en Red Carpet Massacre?
–No, todo Red Carpet Massacre fue escrito después de que empezamos a trabajar con Timbaland.
–O sea que ahora tienen todo un disco inédito. ¿Qué van a hacer con esas canciones?
–Vamos a ver qué pasa en el futuro, pero podemos sacarlo cuando tengamos ganas.
–Además de que ya no estuviera Andy, ¿hubo otros factores que los orientaron hacia el sonido de programaciones y teclados que tiene el nuevo álbum?
–La razón principal fue que no estaba Andy, porque teníamos un gran hueco que llenar. Y estábamos trabajando con gente cuyo instrumento no es la guitarra: Timbaland toca teclados y computadora, Nate Hill también. Y eso nos encantó, porque suena muy moderno y fresco, pero a la vez nos recordaba bastante a la electrónica de principios de los ’80. Creo que en realidad encontramos un nuevo camino.
–Ustedes fueron iconos de la moda durante los ’80. Cuando ve algunas fotos de esa época, ¿no piensa “cómo pude ponerme eso”?
–Sí, pero a todo el mundo le pasa lo mismo. Y seguramente volveré a pensar eso sobre el presente dentro de veinte años.
–En los ’80 los críticos decían que ustedes eran sólo una moda pasajera. Y aquí están, con un nuevo disco en 2007 y con su influencia diseminada en buena parte del rock actual. ¿Alguna vez lo imaginó?
–Bueno, uno nunca piensa en cosas así, no es lo primero que me viene a la mente. Además, sería muy presuntuoso pensar que vas a influir en otras bandas dentro de veinte años.
–Bueno, pero ya lo han hecho. ¿Qué piensa ahora?
–Estoy muy feliz. Es fantástico ver a esas bandas y sentir que nosotros somos parte de la familia.
–Sus sentimientos no deberían ser los mismos durante los ’90, cuando a Duran Duran se lo veía como parte del pasado.
–En cierto sentido, yo también sentía que era parte del pasado, pero seguimos haciendo nuestra música. A veces estar de moda no lo es todo. Encontramos el modo de seguir adelante, de sobrevivir, y eso es lo más importante.
–El próximo año cumplirá 50. ¿Qué cambió dentro de usted en los últimos tiempos?
–Hmmmm... El mundo está mucho más serio. No sé si hay más peligro que antes, pero la gente está más atemorizada. Este es un mundo hermoso y tenemos suerte de estar vivos, pero hay tanto miedo alrededor... Esa es una diferencia importante.
–La pregunta apuntaba a sus cambios personales.
–Oh, no lo sé. No tengo idea de qué responderle.
–En el presente, ¿le dedica más tiempo a ser una estrella de rock o a ser padre y esposo?
–(Piensa.) Ser padre y esposo es mi vida, ser estrella de rock es mi trabajo. La razón por la que soy una estrella de rock es porque eso me permite tener el tiempo y el dinero para tener una familia.
–Bueno, no tiene un mal trabajo, ¿no?
–¡Para nada! Amo este trabajo.
–Si tuviera que elegir el mejor momento que pasó con Duran Duran, ¿cuál sería?
–Uhhhh, eso es muy difícil. Creo que recibir el Premio a la Trayectoria en los Video Music Awards de MTV, hace cuatro años... No sé si fue el mejor momento, pero sí fue toda una sorpresa para nosotros, no nos esperábamos la respuesta que tuvimos. ¿Sabe qué show fue fantástico para nosotros? El primero que hicimos en Buenos Aires, en 1993. Recuerdo que había llovido durante todo el día y la gente se la bancó en el estadio, mojándose, hasta que paró media antes de saliéramos. Y el concierto fue una locura: todo el mundo cantaba y se veía el vapor que salía de la multitud. ¡Increíble! Tocamos “Breath After Breath” con Milton Nascimento, con quien la compusimos, frente al público de Buenos Aires... Sí, ése fue mi mejor momento con Duran Duran.
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