Mientras los murgueros locales siguen la pulseada con el gobierno porteño por conservar el terreno ganado –feriados de carnaval, corsos por toda la ciudad–, Página/12 propone condimentar los vaivenes carnavaleros de estos días con dos grandes murgas dos, esta vez provenientes de la orilla uruguaya. Con la edición de mañana el diario presenta un CD de Araca la Cana –sin dudas una de las murgas más reconocidas, referente de cada llamada montevideana–, y el próximo domingo se editará material de Asaltantes con Patente, la agrupación que ganó el primer premio del último carnaval uruguayo. Ambas murgas han sonado en más de un escenario porteño, y estas ediciones incluyen varios de los temas de sus últimos espectáculos.

Invocando a la esperanza se llama el CD de Araca la Cana, y así se titula también la despedida que propone el CD, de tono mucho más reflexivo que fiestero. “Sabes bien que en el fondo no soy más que la murga compañera que te cuenta esta bendita sociedad”, dice la letra de José María “Catusa” Silva, director y referente de la agrupación. “Murga compañera” o “murga mensaje” es la categoría clasificatoria que define el tipo de enfoque murguero de Araca la Cana, asociado a los grupos de los barrios montevideanos de mayor compromiso político. El nombre quedó fijado por una canción de Araca... que se hizo famosa, “La compañera”, y que surgió en el carnaval de 1973, en plena gestación de la dictadura en Uruguay.

Araca la Cana es una de las murgas históricas del Uruguay y, como corresponde, tiene su propio relato de fundación. La historia cuenta que surgió en 1935 en Paso Molino, un barrio proletario al oeste de Montevideo, y que fue fundada por un grupo de canillitas, en su mayoría negros, que solían juntarse a pasar el rato antes de empezar a repartir los diarios. En aquellas reuniones de madrugada se jugaba a los dados, una práctica prohibida en la época. Y siempre había un canillita que oficiaba de campana, y que tenía un santo y seña para anunciar la posible llegada de la policía: “¡Araca la cana!”.

Araca... es una de las murgas profesionalizadas del Uruguay, con giras asiduas que la traen con frecuencia a la Argentina o la llevan a Europa. Desde esta conexión interoceánica, el bonus track propone, además de la retirada de 2004, dos temas de Araka la Kana, la comparsa ganadora del carnaval de Cádiz, dirigida por Juan Carlos Aragón, que nació como émulo que rinde tributo a sus pares uruguayos. Allí se escuchan con claridad los puntos posibles de encuentro entre los ritmos gitanos y murgueros de ambas orillas, con pasodobles y cuplés dedicados a Latinoamérica y a los carnavales de Cádiz y Uruguay.

El CD que saldrá el domingo 17 de febrero marcó el regreso de la murga Asaltantes con Patente a los carnavales uruguayos el año pasado, después de permanecer fuera de la escena desde 1973. Igual que en aquella última presentación, los Asaltantes con Patente terminaron llevándose el primer premio de murgas del carnaval en 2007. El regreso a los tablados ocurrió por obra e inversión de Miguel “Puchero” Piazza, un ex futbolista y director técnico uruguayo que alguna vez jugó en San Lorenzo de Almagro. Impulsado por el amor que sentía su padre por los Asaltantes, según cuenta, en 2006 compró los derechos de la murga a los herederos y volvió a sacarla a la calle.

La historia de Asaltantes con Patente también tiene que ver con un canillita, nombrado más de una vez en los temas de este CD como personaje mítico: “Cachela”, que fue quien según la historia oficial de esta murga convenció a un grupo de jóvenes de reunión asidua en un boliche de Montevideo de que debían organizar una murga, a fines de los años ’20. Unos días después, el célebre atraco al Cambio Me-ssina, protagonizado por anarquistas, fue el suceso policial uruguayo que sirvió de idea para el nombre de la formación.

Como una suerte de grandes éxitos, este disco recorre el presente y la historia de los Asaltantes. Hay temas de su último espectáculo, “La fuga”, que fue la propuesta que los coronó en el último carnal uruguayo, y que también mostraron el año pasado en el escenario de La Trastienda. Como la presentación con sirena y coordenadas policiales, a la caza de estos Asaltantes. También hay despedidas históricas, de los años 1932 y 1961. Y un guiño al público local y al conflicto de las papeleras, que es más bien una cargada con onda al “argentino medio” y a sus costumbres en tierra propia y ajena, y a los murgueros locales: “Aquí no somo yoruga ni nada de eso, aquí somos bien chabones hasta el pescuezo”, cantan. Como viene con onda, se acepta.