MUSICA › LOS PIOJOS, LAS PELOTAS Y RATONES EN EL QUILMES ROCK
Ante 60 mil fans, Sokol se despidió de Las Pelotas. Los Piojos, en medio de un set notable, tuvieron como invitado a Daniel Buira, su baterista histórico. Y Charly tocó con los Ratones.
› Por Cristian Vitale
“Esto yo ya lo vi, esto ya lo escuché...” De cuando Charly García era profeta –hace una enormidad, claro– podrían tomarse frases para describir cualquier tipo de situaciones, incluso del futuro: de éste o del que viene. Confesión: a priori la tercera fecha del festival de la cerveza daba para aplicarla con todo su peso semántico: un cartel sin sorpresas (Los Piojos, Las Pelotas, Ratones, Guasones, No Te Va Gustar), un clímax previsible, una masa preparada para lo que viniera (60 mil personas), patys y gaseosas precio nube, y una sensación de película repetida, siempre con los mismos actores, activos y pasivos. Pero nada fue lo que parecía. La jornada deparó turbaciones profundas para el planeta rock. De cal y de arena. Agradables y no.
Primer ejemplo: Chau Sokol. Sospechable. Cuando el Bocha, histórica voz de Las Pelotas, apareció mudo con una remera sin sospechas de doble discurso (“simplemente gracias”) el rumor mutó en verdad: era el último show del grupo con él. Algunos jueguitos de escena –casi de compromiso– con Germán Daffunchio, ciertos balbuceos de despedida –“ésta es la última canción”, dijo él– y un agradecimiento infinito confirmaron lo que era secreto a voces. El show de la pata mística de Sumo estaba siendo el último sobre la marcha y el tempo se medía en lágrimas. Ningún “Bocha no se va”, el Bocha se estaba yendo y el set se teñía de una agria melancolía... la de ese fan que creció, sintió y gozó durante 18 años con varias de las mejores canciones que el género dio en el período. Fue un set impregnado por la impotencia del no poder, y habrá sido, tal vez, el menos luminoso de todos, el más deslucido: “Muchos mitos”, “Pasillos”, “Capitán América”, “Día Feliz”, “Esperando el milagro”, “Sin hilo”. Petinatto y Gillespi –buen dueto– tratando de ponerle onda a “Debedé” con el hecho consumado. Irreversible. “Cuando te busco no estás / cuando te encuentro, te vas.” ¿Epitafio de Las Pelotas?: por el momento, sólo una pista: la nueva banda de Sokol se llama El Vuelto.
Dos y, también, principal. La última vez había sido en 1999. Por problemas nunca aclarados, Daniel Buira –baterista original de Los Piojos– dejaba la banda y se iba con la batucada a otra parte. La bisagra fue Ritual y el reemplazante Roger Cardero. Ayer, como una señal coherente con el resurgir concreto de la banda –en todo sentido–, Andrés Ciro lo presentó como un “amigo y compañero” y la banda –entera– lo hizo participar de tres viejos hits: “Verano del ’92”, “Genius” y “Cruel”. La versión del primero –-con La Chilinga a pleno– fue la mejor de su historia. River parecía un inmenso Arpegios. Muy buen show de la banda de El Palomar. Ingreso a lo Gatica (arribaron a escena en Citroën, sidecar, bicicleta y un ¡Masserschwitt!, que depositó a Ciro vestido como un reparador de aviones), tributo a los caídos en Malvinas con una muy sentida ejecución del Himno Nacional en armónica, minuto-pogo en homenaje a Jorge Guinzburg (“Como Alí”) y una secuencia difícilmente olvidable: nenas y nenes –no más de 15 años– cantando “El mendigo del Dock Sud” o “Zapatos de gamuza azul”, aquellos clásicos de Moris, que ni siquiera Moris hubiese imaginado en boca de tanta gente.
Tres y ¿principal?: aquel profeta tuvo su hora. No tan lejos del guitarrazo al colombiano que lo depositó en la comisaría, Charly García fue cartel sin cartel. Al sexto tema de Ratones Paranoicos, irrumpió en escena con túnica negra, sombrero y ¡pantymedias! tal vez con el fin de reivindicar(se) ante la mala semana mediática. Versión pasable de “Cerca de la revolución”, insoportable de “Influencia” y sobrellevable de “No importa”. Fue el figurín de la noche. Pero Ratones garpó con y sin él: la consolidación de Pablo Memi en el bajo y la incorporación de un armoniquista digno de la mejor tradición del Mississippi y aledaños (Rubén Gaitán), el team rocker de Juanse atravesó airoso la prueba cabalgando firme sobre “Damas negras”, “Colocado voy” o “Sucia estrella”. Rotundo, como esta noche de excepción... impregnada de alegrías y tristezas. Atípica.
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