LITERATURA › LAS RAZONES DE LA VIGENCIA DE AGATHA CHRISTIE
Esta semana se abrió por primera vez al público la casa donde la escritora deleitaba a sus invitados con fragmentos de sus novelas: a más de treinta años de su muerte, sus obras siguen vendiendo cinco millones de ejemplares por temporada.
› Por Jerome Taylor *
¿Por qué preguntarse hoy por la vigencia de Agatha Christie? En principio porque Greenway, la desmadejada mansión de Devon en la que Christie solía encantar a sus invitados con lecturas nocturnas de sus manuscritos en proceso, acaba de ser abierta al público por primera vez. Conocida localmente como Mrs. Mallowan, la escritora utilizaba la propiedad costera de 121 hectáreas como residencia de vacaciones: la mansión georgiana de color crema se convirtió para sus fans en lo mismo que el 221b de Baker Street significa para los seguidores de Sherlock Holmes. El Tesoro Nacional gastó 5,4 millones de libras en restaurar la casa, que fue escenario del caso de Hércules Poirot El templete de Nasse-House y donde Christie pasó cada verano desde 1938 hasta su muerte, en 1976, durante su segundo matrimonio, con el arqueólogo Max Mallowan. Al menos tres de su novelas transcurren allí, aunque Christie no solía escribir en Greenway, que consideraba como de recreación, un lugar donde la Dama del Crimen se tomaba tiempo libre.
La casa Greenway fue abierta recién ahora porque permanecía en las manos de la hija de la escritora, Rosalind, y su segundo marido, Anthony Hicks. Tras la muerte de ambos, en 2004 y 2005, Matthew Pritchard, nieto de Christie, donó la casa y todo su contenido al Tesoro Nacional. Pero la casa se estaba viniendo abajo y necesitó un trabajo de restauración integral antes de ser abierta. Será un fuerte punto de atracción para los millones de fans de Christie en todo el mundo: para el verano, el Tesoro espera al menos 600 visitantes cada día. Es que la popularidad de Agatha Christie está fuera de toda duda: el Libro Guinness de los Records sostiene que, junto a Shakespeare, Christie es la mayor vendedora de todos los tiempos. Dejando de lado textos sagrados como la Biblia y el Corán, es probable que hoy haya más libros de Christie en todo el mundo que de cualquier otro autor. En total, se calcula que ha vendido entre dos y cuatro billones de ejemplares y que cada año se expenden cinco millones de novelas. ¿Quién las compra? Gente de todo el mundo. Parte de la razón por la que Christie vende tan bien es que su trabajo ha sido traducido a prácticamente todo lenguaje relevante, dándoles a todos los países un acceso sin precedentes a los 127 libros y 15 obras de teatro que firmó entre 1920 y 1976. El alcance de las traducciones es tal que Unesco la nombró, en 2008, “la autora más traducida en el mundo”.
En cuanto a las obras teatrales, Christie también rompió records. La ratonera, una obra sobre un asesinato inspirado en el caso real de la muerte de un chico en un orfanato, tiene el record de la obra más representada en continuado. Abrió en 1952 en el New Ambassadors Theatre y, cuando el teatro cerró, en 1974, pasó al St. Martin –ubicado al lado–, con lo que conservó la continuidad desde el estreno. Un pizarrón situado en el foyer es utilizado para llevar la cuenta de representaciones, que en la matinée del miércoles pasado llegaba a 23.437. Durante todas esas representaciones aparecieron en escena no menos de 382 actores.
¿Qué es lo que la hace tan popular? Según Barry Forshaw, editor de British crime writing: An encyclopedia, es el lenguaje simple, las tramas meticulosamente construidas y el evocativo escenario de una era británica largamente ida lo que hace que la gente vuelva una y otra vez. “Lo primero que hace tan accesible a Christie es la manera en que escribía –dice–. No hay un solo autor que puede ser tan fácilmente traducido a tantos lenguajes diferentes. Ella mantiene el lenguaje elegante, correcto y simple, y aun así sus tramas están perfectamente construidas , como una máquina bien afinada. Y está el tema del contexto: escribe de una Inglaterra que la gente atesora en su cabeza con cariño, aun cuando nunca haya existido. Es algo que atrae por igual a los ingleses como a los lectores de todo el mundo.”
Curiosamente, aunque fue bautizada “La Dama del Crimen” y consiguió fama internacional muy temprano en su carrera, Agatha Christie hablaba de su propio trabajo en términos marcadamente despreciativos. Sus detractores solían criticarla por su falta de sustancia –P. D. James dijo una vez que sus personajes eran de cartón–, pero la misma Christie se describía a sí misma como una “entretenedora”, no un gigante literario. Era igual de desafectada con respecto a una de sus más famosas creaciones, el detective belga Hércules Poirot, a quien, en los ’60, terminó encontrando “insufrible”, y definiendo como “un egocéntrico repugnante”. Cuando se le preguntó cuál era su método para crear tantos libros tan exitosos, la dama respondió: “La decepcionante verdad es que no tengo mucho método”. Ella pensaba que tres meses eran suficientes para escribir un libro, y sugirió que una obra de teatro debería poder hacerse aun más rápido. “Creo que el verdadero trabajo se lleva a cabo pensando en el desarrollo de tu historia, y preocupándose porque tenga la forma correcta –dijo una vez–. Eso puede llevar cierto tiempo. Después, cuando ya tenés todo el material, todo lo que queda es encontrar tiempo para escribirlo.”
Con ese “no-método”, Christie es aún hoy una máquina de generar dinero. Pero, ¿quién se queda con ese dinero? Las cifras exactas son difíciles de definir, pero sólo de la venta de libros se calculan al menos cinco millones de libras esterlinas al año. La compañía que más se beneficia de ese dinero es Chorion Ltd., que en 1998 pagó 10 millones por controlar el reparto de los derechos del trabajo de Christie. Chorion posee los derechos de varios títulos de renombre en el mercado infantil, como el Noddy y la serie Famous Five de Enid Blyton, y los libros Mr. Men, de Roger Hargreaves. En 2002, el relanzamiento de las novelas de Agatha Christie fue tan exitoso que el trabajo más famoso, Eran diez indiecitos, apareció nuevamente en la lista de best sellers de Estados Unidos y agotó su primera tirada en sólo diez semanas.
Las películas y series televisivas basadas en libros de Christie han jugado un rol fundamental, tanto como los libros, en introducir a la autora y sus Quién lo hizo en las nuevas generaciones. Las encarnaciones de Poirot a cargo de Peter Ustinov y David Suchet, por ejemplo, son a esta altura tan reconocibles como los propios libros, y parece que el apetito por la Agatha Christie en imágenes no ha disminuido ni un poco. De hecho, hay varios proyectos nuevos dando vueltas. El año pasado, Chorion cerró un trato con la cadena ITV para realizar ocho nuevas películas, incluyendo una nueva adaptación de Asesinato en el Expreso de Oriente. El contrato contempla cuatro películas protagonizadas por Miss Marple –que será encarnada por Julia McKenzie– y otros cuatro con Hércules Poirot, a cargo de David Sachet. Se espera que las películas lleguen al aire en los próximos 18 meses, realimentando una fiebre por la Dama del Crimen que nunca parece desvanecerse.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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