Mar 09.06.2009
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LITERATURA › POETAS CANARIOS EN BUENOS AIRES, DE JUAN CARLOS DE SANCHO

“Somos una cultura muy permeable”

El escritor y dibujante español compiló en una antología el trabajo de treinta autores de las Islas Canarias y viajó a Buenos Aires para regalarlo. “Estamos fabricando un nuevo planeta literario, ideológico, filosófico y humano”, asegura.

A pesar de la persistencia del debate sobre los potenciales alcances de Internet como herramienta de convite de contenidos para todo el mundo, la universalización (virtual o no) de la cultura y sus ventajas sigue siendo una cuestión de privilegiados: en el caso de la web por la inequidad que surge del cruce de las variables “computadoras con conexión” y “seres humanos” y, también en el resto de los soportes, por la brecha de desigualdad de aptitudes de los receptores. Tal cruzada debería estar en manos de todas las naciones planetarias, en paralelo a tantas otras causas irresueltas, como la pobreza. ¿Qué hacer, entonces, ante esa falta de “predisposición” para que la cultura llegue a cada puerto? Afortunadamente, existen algunos adalides dispuestos a multiplicar la oferta, paladines de la “cultura alternativa”. Entre ellos, al escritor y dibujante español Juan Carlos de Sancho se le ocurrió compilar en un libro el trabajo de treinta poetas, vecinos en sus queridas Islas Canarias, y venir a Buenos Aires a regalarlo. Nueve meses después de aquella epifanía que lo encontró frente a la computadora buscando una editorial que aceptara la aventura, Poetas canarios en Buenos Aires (La Máquina del Tiempo) es una realidad.

De Sancho le mandó un correo electrónico al editor argentino Hernán Isnardi, creador y director de la revista virtual La máquina del tiempo (www.lamaquinadeltiempo.com) y le propuso participar en la empresa. Casualmente –providencialmente, según insinúan ellos durante el encuentro con Página/12–, Isnardi andaba queriendo lanzar su casa editorial, así que la oferta le vino como anillo al dedo. “Inmediatamente conectamos. No fueron las miradas, porque en el caso de Internet es imposible, pero sí las palabras, algunos adjetivos. Sucedió lo que (el escritor Carlos) Castañeda llamaba ‘momentos memorables’, ésos en los que algo fuera de tu voluntad te cambia la vida, te moviliza”, afirma el español. A partir de entonces, fue manos al teclado: una vez realizada la selección de los nombres que poblarían las 180 páginas del libro, los socios realizaron la edición de manera conjunta, vía mail, separados por el espacio y el tiempo, unidos por coordenadas de otro orden. “Es fantástico que los canarios entremos en La Máquina del Tiempo. Estamos fabricando un nuevo planeta literario, ideológico, filosófico y humano”, sella De Sancho.

–¿Por qué es necesario universalizar la cultura?

“Porque el mundo es mi barrio. Es lo mismo que lean mis libros en España, México o adonde sea”, arranca Isnardi. “‘Universalizar’ es un concepto cualitativo, no cuantitativo, como la globalización, que pretende homogeneizar”, lo pisa Juan Carlos. Y continúa: “Se trata de vincular. El escritor francés Eduard Glissant dice que le dan miedo aquellas culturas que buscan una identidad atávica, no rizoma, que es la que él propone”. Por eso, Poetas canarios... no es una mera antología, sino una reunión de existencias. “Hay que cambiar el concepto de identidad por el de existencia. Yo sé que la abuela de Hernán le hacía una queque (un bizcocho) con avellanas y eso es lo típico de aquí, allá no existe. Pero es claro que el cariño de su abuela era igual que el de la mía”, compara el español.

–¿Qué criterios emplearon durante la selección de los poetas?

Juan Carlos de Sancho: –Fue terrible. Fui a tiro hecho con diez que me gustaban. A esos diez les pedí que me dijeran sus autores favoritos, que también aparecen en el prólogo, para que el lector sepa cuál es la influencia en Canarias. Y le pedí a cada uno que me hicieran una recomendación de los tres poetas que ellos consideraban que podían entrar. Amén de ello, el criterio de selección fue la calidad, un salto cualitativo de la poesía esteticista, que no cuenta nada, a una poesía abierta al pensamiento, a la filosofía y al análisis de la realidad. En un momento hubo un culto excesivo a la palabra, pero sin decir nada. Y me aburría.

–¿Y por qué una “reunión de existencias” en lugar de publicar a un autor, quizás una obra enteramente suya?

J.C.D.S.: –Porque así se rompe con el círculo del autobombo, del ego excesivo que tienen los poetas, que a veces se tiran a matar. Parecemos todos buenos, pero en el fondo hay poco cariño mutuo. Esto crea una corriente de simpatía. ¡Hombre, yo no soy una ONG! Pero sí creo en el héroe en grupo, que es sano para la cultura. El perfume de este libro es la actitud de generosidad.

–¿Qué particularidades comparten los poemas que conforman el libro?

J.C.D.S.: –Ninguno se parece a ninguno, porque cada isla es una cultura. Tenemos una red por ser canarios, pero es un pueblo mestizo, una mescolanza muy grande. En ese sentido, somos una cultura permeable. Allí vivieron dos poetas fantásticos que son Alonso Quesada y Tomás Morales. Morales era isleño, pero si hubiera sido continental, lo hubieran puesto al nivel de Rubén Darío. El era toda la mitología marina y Alonso Quesada, que era su primo, era más intimista. Y los dos pertenecen a una misma generación. Y eso continúa en Canarias. Somos islas en la isla. Y de vez en cuando, nos conectamos. Estos poemas tienen una profundidad humana que me llamó la atención: no se contactan entre sí, pero al mismo tiempo están elaborando una obra generacional, no individual.

Financiado por el Cabildo de Gran Canaria, más el aporte de un programa de fomento de la producción fuera del archipiélago del Gobierno de Canarias, el libro está dividido en dos partes. En rigor, tres, si se toma el prefacio del propio curador: “Apuntamos a que haya una revalorización del prólogo, que ha ido en bajada. Se ha hecho mucho culto a la amistad”, critica Isnardi. En primer lugar, la recopilación de textos de Cecilia Domínguez, Daniela Martín Hidalgo, Bruno Mesa, Alicia Llarena, Paula Nogales, Sergio Domínguez-Jaén, Angela Ramos, Verónica García y Ricardo Hernández, entre tantos. Y luego, las “Notas subterráneas”, compendio en que los mismos escritores explican qué es la poesía. “Poesía es el idioma del corazón”, define Noel Olivares. “Alcanzar lo profundo y no quedarse en lo superficial”, propone Anelio Rodríguez Concepción.

–Hablan de nuevos actores en el campo cultural y artístico, ¿a qué se debe esa emergencia?

J.C.D.S.: –El mundo se acabó de aburrimiento. Te das cuenta de que están todos con el mando de la tele buscando algo de alegría para la mente, de programas profundos, que salen de madrugada en la televisión. Estamos aburridos de naderías. El gran desafío de la cultura actual es volver a una revolución humanista que se oponga a la homogeneización de las mentes propuesta por el poder económico y político. Nos aterrorizan con el dengue, con la fiebre porcina y no dan opciones a otras alternativas. Entonces, hay que crearlas. Y eso ya está pasando en distintos niveles en muchas culturas del mundo. Estamos viviendo un tiempo de interferencias, pero a río revuelto, ganancia de pescadores. Hay gente que está reaccionando desde sus hormigueros, lo que pasa es que hay que crear un tubito de conexión. Y esperar que no nos fumiguen...

* Quienes deseen solicitar un ejemplar de Poetas canarios en Buenos Aires deberán escribir a [email protected].

Entrevista: Facundo Gari

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