Un sobre se abre y crece la expectativa. Una voz pronuncia su nombre y apellido. En el Auditorio de la librería El Ateneo, Silvina Chediek dice que la abogada y fotógrafa platense Isabel de Gracia es la ganadora del Premio Internacional de Novela Letra Sur con Glasgow 5/15. El asombro, la emoción, los aplausos la empujan hacia el escenario. Todavía no le cae la ficha de los 50 mil pesos que está a punto de recibir, ni que su novela estará en las librerías del país en diciembre. Se deja abrazar por los miembros del jurado, Claudia Piñeiro, Juan Sasturain y Martín Kohan. Se deja llevar por esta sorpresa revestida de alegría que le llega a los 46 años. No se cansa de agradecer y de repetir que el premio se lo dedica a su familia, en especial a su hija, a Leopoldo Brizuela, “el maestro” que la acompañó cuando empezó a garabatear las primeras páginas, y a los integrantes de Carta Abierta de La Plata. A la muchacha K, orgullosa de su condición y de sus convicciones, no le tiembla la voz en un ámbito en cuya epidermis suele aflorar la hostilidad hacia el kirchnerismo-peronismo.

El título de la novela, Glasgow 5/15, remite a la escala neurológica que se utiliza para medir el nivel de conciencia de los pacientes. La voz narradora es la de una mujer cuya hermana está en coma después de haber sufrido un accidente poco claro: la encontraron semisumergida en una laguna, al lado de su coche volcado. La narradora entrega paquetes en bicicleta y recorre una ciudad que es vista a través de un sueño. La mujer en coma se dedica a un oficio que casi se ha perdido: es una de las pocas personas que todavía restaura lapiceras antiguas que le mandan de todas partes del mundo coleccionistas, diseñadores, museos, especialistas en arte e historia. “Me gustó mucho sobre todo por la escritura impecable y reticente, pero porque además logra contar una historia muy buena, donde los huecos no molestan, sino que inquietan e invitan a quedarse con el texto en la cabeza durante un tiempo”, dice Piñeiro. “La protagonista intenta saber qué le pasó a su hermana y mientras la va a visitar entabla relación con un vecino de habitación, que es un chico marginal que fue a parar a ese hospital”, anticipa la autora de Las viudas de los jueves.

Kohan confiesa que leyó el libro con la impresión de que debía ser publicado. “Al concluirlo, mi impresión era más fuerte: que si libros como éste no se publican, se comete una injusticia. Para prevenir esa clase de injusticias, y para neutralizarlas, existen por caso algunos premios literarios”. Brizuela está feliz por el premio, por haber acompañado el itinerario de la novela desde que no era más que una página y por tener una amiga como Isabel, “una tipa frontal, valiente en sus elecciones estéticas y humanas, en la manera de plantarse como persona que escribe”.

Con De Gracia y sus dos compañeros, Diego Peralta y Germán Parmetler, el escritor trabaja en grupo en su taller literario. “Yo no hago más que ayudar a pensar, de acuerdo con lo que ya lleva escrito cada uno, para dónde puede ir el texto. Después nos vamos a comer al club del barrio, religiosamente. Los cuatro somos K”, subraya el autor de Inglaterra. Una fábula. Brizuela también destaca la atmósfera “absolutamente personal” de la novela ganadora; “el estilo seco, como anestesiado; y el modo en que ese estado fronterizo entre la vida y la muerte va librando a la protagonista de su propia anestesia vital, intelectual, moral”. Desde el punto de vista literario, lo que deslumbra al escritor es “la construcción de un mundo ficcional, casi futurista, inspirado evidentemente en la extrañísima ciudad de La Plata en que vivimos, ya acostumbrados a la demencia racionalista de sus calles con números, su desmemoria esencial”.

Glasgow 5/15 es la primera novela que escribió De Gracia, nacida en Junín en 1963. “Mi mayor ambición era llegar a estar entre los diez finalistas; ganar este premio superó todas mis expectativas”, admite. “La idea fundamental es la relación de hermanas, la relación con el otro, con el compañero, con el amigo. Me interesó pensar sobre la fraternidad, tan ausente en nuestra sociedad, justamente cuando el otro aparece como el enemigo, como alguien que sólo te puede agredir”, explica la ganadora a Página/12.